Francia
Macron se corona como el nuevo emperador francés
En una ocasión inédita y excepcional, reúne hoy a diputados y senadores para anunciarles las líneas maestras de su mandato
En una ocasión inédita y excepcional, reúne hoy a diputados y senadores para anunciarles las líneas maestras de su mandato.
El presidente de la República francesa, Emmanuel Macron, reúne hoy al Congreso en Versalles para presentar ante diputados y senadores las grandes orientaciones de su mandato. La convocatoria ha sorprendido porque tiene lugar la víspera del discurso de política general que pronunciará mañana el primer ministro, Édouard Philippe, ante la Asamblea Nacional.
Macron se comprometió durante la campaña presidencial a reunir cada año a la Asamblea y al Senado para «rendir cuentas de los avances de su programa», como ha recordado el portavoz del Gobierno, Christophe Castaner, aunque esta primera ocasión su objetivo será anunciar el contenido del programa.
No se conoce de forma oficial el contenido del discurso que hará hoy Macron en Versalles, pero diversos medios hablan de la posibilidad de que abra la vía a una revisión constitucional que podría fijar definitivamente la norma de reducir a tres el número máximo de mandatos electorales. Evidentemente, formará parte del discurso la reforma del código de trabajo, una de las principales promesas de Macron, que ha comenzado a esbozarse la semana pasada con la ley que habilita al Gobierno para legislar a base de ordenanzas. En principio, el presidente de la República esbozará las grandes líneas de lo que fue su programa electoral sobre educación, lucha contra el terrorismo y empleo, para dejar mañana a Philippe el detalle de la hoja de ruta marcada por Macron.
La iniciativa del jefe del Estado ha sido criticada por el conjunto de la oposición. Para Los Republicanos (LR), «la intervención del presidente de la República va a aplastar la del primer ministro» comentó ayer el portavoz del grupo parlamentario, Christian Jacob, en la cadena de televisión BFM. «Ahora bien», añadió, «en nuestras instituciones es éste último el responsable ante la Asamblea Nacional».
Las críticas de la izquierdista Francia Insumisa son más virulentas. Su líder, Jean-Luc Mélenchon, ha decidido boicotear la sesión porque no quieren «someterse» a «la monarquía presidencial» que ha «franqueado el límite en su dimensión faraónica». Los comunistas tampoco estarán presentes en el interior del castillo, pero se han dado cita en el exterior para manifestarse.
Se acusa a Macron de hacer un uso excesivo de su poder, de querer apropiárselos todos. Sin embargo, aunque no sea lo tradicional, el nuevo presidente de Francia no hace más que utilizar sus prerrogativas en tanto que presidente de la República, y con una mayoría absoluta en la Asamblea. Nicolas Sarkozy modificó la Constitución en 2008 para permitir al jefe del Estado dirigirse de palabra a diputados y senadores, y no a través de una nota escrita. El mismo hizo uso una vez de este derecho, y François Hollande en otra ocasión, tras los atentados de París en noviembre de 2015. Hoy será Macron quien se dirija a su mayoría.
Además, el presidente francés ha aprovechado esta intervención ante el Congreso, y a través de él ante los ciudadanos para suprimir la tradicional entrevista a la que se somete el jefe del Estado cada 14 de julio. Pero ya lo dijo entre las dos vuelta de la elección presidencial: «Yo seré dueño de mi tiempo, se tendrán que acostumbrar». Era la respuesta al periodista que le reprochaba su ausencia en los medios de comunicación. «No se construye el futuro de un país comentando sus últimas 24 horas», insistió.
Sin embargo, la «excusa» dada por el entorno de Macron para no responder a los periodistas no le va a procurar muchos amigos. Según «Le Monde», el Palacio del Elíseo ha justificado la supresión de la entrevista porque el «pensamiento complejo del presidente no es adecuado al juego de preguntas-respuestas con los periodistas», y han preferido optar con una intervención «más solemne». La respuesta de algunos medios no se ha hecho esperar, como «Marianne», que titula «Nosotros no comprender al presidente Macron», sin contar con los numerosos comentarios en las redes sociales sobre la condescendencia del presidente de la República con los medios.
Mientras, el desencanto y el pesimismo va ganando el corazón entre los franceses, después de la ola de optimismo que supuso la victoria del dirigente socio liberal frente a la ultraderechista Marine Le Pen. Tras las presidenciales, el 52% de franceses se mostraba optimistas sobre el futuro de Francia y el 59% sobre el suyo propio. Han pasado dos meses, y ahora los optimistas sobre el futuro del país se reducen al 44% y sobre el futuro personal al 50%.
Quienes no se muestran pesimistas son los diputados de la República en Marcha. Según recogía «Le Parisien» ayer, el presidente del grupo parlamentario, Richard Ferrand, les reunió para un fin de semana de formación y les dejó claro el objetivo de este quinquenio: «La reelección de Emmanuel Macron en 2022» porque el presidente «necesita diez años para reformar el país».
El diario francés traía en portada la foto oficial de Macron bajo el título «El hiper presidente» y el comentario: «Decide todo, monopoliza la palabra y controla la comunicación».
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