Caracas

Maduro militariza la economía

El presidente venezolano amplía el poder del general Marco Torres y le da el Ministerio económico

El presidente Maduro, durante su comparecencia en la Asamblea Nacional en Caracas
El presidente Maduro, durante su comparecencia en la Asamblea Nacional en Caracaslarazon

Cuando, ya postrado en cama en La Habana, Hugo Chávez nombró a Nicolás Maduro su sucesor, le susurró al oído un consejo que su delfín siguió a raja tabla: «Déjate rodear por militares de confianza, agrádalos». El actual presidente tomó nota y, siguiendo el modelo cubano, consolidó la influencia del Ejército en el Gobierno venezolano. La militarización de la política venezolana quedó patente con el nombramiento de un general como ministro de Economía. Maduro encara 2014 con los ojos puestos en el Ejército. Rodolfo Marco Torres es el jefe de la nueva versión del ministerio de Finanzas, según dispuso el mandatario durante su rendición de cuentas anual en la Asamblea Nacional la noche del miércoles. Torres es general de brigada y ocupaba hasta ayer el Ministerio de la Banca Pública, una cartera que desapareció tras su fusión con el ministerio de Economía. El general sustituirá a Nelson Merentes, un hombre que era considerado como un pragmático, con ideas más liberales mientras que su sucesor es un ideólogo del chavismo.

Cambios de Gabinete que extienden la sombra militar sobre el poder político y dejan entrever que, lejos de grandes reformas, el sistema heredado por Chávez se consolida. Seguirá el estricto control a las importaciones, el cepo al dólar y por ende, el desabastecimiento y el alza de los precios. De hecho en la Asamblea Nacional, Maduro dijo que la divisa «se mantendrá a 6,3 por todo el año» a pesar de los rumores de una devaluación y de que la tasa del dólar en el mercado paralelo es diez veces más alta. Tampoco anunció la esperada subida del precio de la gasolina. Y es que pese a unos indicadores económicos que de por sí alcanzan los niveles más críticos de los últimos quince años, no se anunció ninguna medida que indicara un cambio. Según cifras oficiales, la inflación cerró en 56% el año pasado y la escasez supera el 20%. En cualquier caso, el crecimiento económico previsto para este año no superará el 2%, mientras las reservas en dólares siguen disminuyendo.

En este contexto, determinó que se creará un nuevo organismo: el Centro de Comercio Exterior, que atenderá los renglones actualmente cubiertos por la Comisión de Administración de Divisas (el cual desaparecerá). «La Superintendecia de precios justos» será la nueva trinchera de Maduro en su «guerra económica». Un organismo mixto de civiles y militares que fue presentado ante el Parlamento. El Gobierno venezolano sacará a la calle a un millón de inspectores, y se espera que la mayoría sean integrantes de las Fuerzas Armadas. La oficina es la última de una serie de medidas de corte castrista contra el descalabro económico de Venezuela. La lista incluye prisión a «especuladores burgueses», rebajas compulsivas y cierre de comercios.

Durante su comparecencia anunció además, la «Ley de Precios Justos», por la que limitará a un 30% los beneficios de todos los sectores económicos. Otro jarro de agua fría para las empresas que quieran invertir en el país. Maduro heredó de Chávez un Estado excesivamente militarizado. Estos «estados mayores», precisó el mandatario, se conforman tomando el concepto de «organización militar de máximo nivel». Pero Maduro nunca fue soldado. La presidenta de Control Ciudadano, Rocío San Miguel, un organismo sin ánimo de lucro dedicado a asuntos militares, considera que el bolivariano no comprende el ámbito militar. Casi la mitad de los 23 estados (regiones) de Venezuela tiene a un ex funcionario militar como gobernador, mientras que un cuarto del Gabinete está compuesto por miembros de las Fuerzas Armadas. El Ejército también controla los puertos y aeropuertos. Maduro ha conseguido el respaldo de los militares lo que le fortalece de cara a las batallas internas del chavismo. Los altos mandos sienten un mayor grado de libertad con él que con Chávez. No hay que olvidar que la cúpula militar ha sido acusada en varias ocasiones por la Agencia Antidroga Norteamericana –DEA– de colaborar con los cárteles de droga mexicanos. Ahora no sienten la mirada vigilante del comandante en sus cogotes, controlándolos e incluso encarcelándolos, como en su momento hizo con el ex ministro de Defensa, Raúl Isaías Baduel.

Para San Miguel «el escenario más plausible es un aumento de la presencia de los militares en los espacios públicos que podría desatar una anarquía interna en la distribución de los recursos estatales». Considera que Maduro hará la vista gorda por temor a perder sus apoyos. En este contexto, la oposición venezolana critica el fin de la separación de poderes y el despilfarro de los militares, que en muchos casos, ocupan puestos para los que no están preparados. La nueva guardia pretoriana de Maduro la completan el general de brigada Manuel Bernal Martínez y el general Iván Hernández Dala, ambos pupilos del ministro Rodolfo Marco Torres, en nuevo hombre fuerte del Palacio de Miraflores. El lazo con los militares se estrecha.

El nuevo símbolo nacional

Un perro pastor es el nuevo símbolo de Venezuela. Aparece en pósters, mítines oficialistas y se pasea por los jardines del Palacio de Miraflores. El fallecido Chávez evitó la extinción de los mucuchíes (por el pueblo andino donde se originó esa raza hace 400 años), cuando asignó fondos en 2008 para que se reprodujesen los 23 pura raza que quedaban. Además, la presidenta argentina reapareció en noviembre junto a un cachorro, que le regaló un hermano de Chávez, y al que llamó Simón, en honor al libertador.