Política

Venezuela

Maduro se “bunkeriza” en el Fuerte Tiuna

Pasa sus noches en una gran instalación militar en Caracas y tras la revuelta ha reforzado la vigilancia a los generales

Maduro visita diariamente distintos cuarteles del territorio para garantizar la fidelidad de las tropas / Reuters
Maduro visita diariamente distintos cuarteles del territorio para garantizar la fidelidad de las tropas / Reuterslarazon

Pasa sus noches en una gran instalación militar en Caracas y tras la revuelta ha reforzado la vigilancia a los generales.

Nicolás Maduro duerme con el enemigo. Tras las revelaciones de distintas fuentes, incluyendo al diputado Freddy Superlano, integrante del partido Voluntad Popular de Juan Guaidó, y del Gobierno de Estados Unidos sobre supuestos acuerdos con el ninistro de Defensa, Vladimir Padrino, y otros altos militares para deponerlo del poder, el gobernante chavista busca mostrar fuerza, entereza y, especialmente, lealtad en los cuarteles.

Ayer amaneció en el Estado de Cojedes (centro de Venezuela) en una unidad castrense haciendo revista de los soldados. Mientras el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, informaba de que el Pentágono diseña planes militares «para estar preparados para ejecutar lo que el presidente requiera», incluyendo operaciones «expeditas, profesionales y exitosas», Maduro supervisaba maniobras de disciplina y patriotismo de la tropa venezolana. Los ejercicios incluían acciones de represión contra la población civil en áreas urbanas, y todo se transmitía por televisión.

Pero sus rutinas no han cambiado, según algunos informantes. Maduro vive dentro de Fuerte Tiuna, una gran instalación militar enclavada en Caracas, desde hace algunos años. Nunca ha ocupado la residencia presidencial ubicada al este de la capital, y prefiere el cuartel al palacio de Miraflores, donde pasaba sus noches su antecesor, Hugo Chávez. Su entorno de seguridad tampoco ha cambiado, pero sí la vigilancia sobre los comandantes de fuerzas. Por los cuarteles corre el rumor de que los señalados de haber conspirado en contra de Maduro serían investigados a fondo, y hasta pasados por polígrafo, para detectar traiciones. Pero nada de eso estaba confirmado, pues los generales habían estado en sus actividades habituales, incluso manteniendo reuniones con el jefe de Estado.

Sebastiana Barráez, investigadora del área militar, desvela que la Dirección de Contrainteligencia Militar ha sido encargada de citar a una larga lista de oficiales para evaluar sospechas de traición. «Dependiendo de cómo responda en la entrevista y luego de revisarles teléfonos, redes sociales y mensajes, algunos han quedado en libertad y otros ya no regresan a la calle. Algunos de los llamados a declarar son generales, así como tropa profesional». Según su información, todos los funcionarios relacionados con el general Manuel Ricardo Cristopher Figuera, quien era el jefe del Sebin y ahora está fuera del país, son los primeros sospechosos.

También hay búsquedas activas para apresar a quienes participaron de la «operación Libertad» el pasado 30 de abril, no solo en Caracas, sino también en el intento de toma y los enfrentamientos posteriores ocurridos en CAVIM, el parque de armas de la Fuerza Armada. Algunos de los involucrados ya están arrestados y cuatro soldados están siendo buscados, informa Barráez, quien además apunta que los oficiales adscritos a esa unidad localizada en Aragua, al oeste de Caracas, están siendo investigados a fondo. La directora ejecutiva de Casla Institute, Tamara Suju, quien ha mostrado evidencias en foros internacionales sobre la torturas que aplica el régimen de Maduro, afirma que en Caracas se está creando un organismo de contrainteligencia paralelo, ante las dudas sobre la lealtad de los cuerpos tradicionales. Afirma que se llama «Los acreditados» y, con más de 300 hombres armados, recibieron entrenamiento en técnicas de combate cuerpo a cuerpo, eliminación silenciosa del enemigo, abrigo y encubrimiento, granadas, explosivos y operaciones psicológicas.

Otro cambio acaba de ocurrir en la Policía Nacional Bolivariana, donde su director, el general Carlos Pérez Ampueda, ha sido destituido. El cargo ahora lo tiene el también general Elio Estrada Paredes, un comandante de la Guardia Nacional. La causa serían las dudas que hay sobre los comportamientos esperados por parte de ese cuerpo para los próximos días a raíz del madrugonazo del martes.

Entretanto, por estos días Maduro duerme poco. Acostumbrado como está a comenzar sus actividades tarde en la mañana, y de allí que sus actos públicos sean vespertinos habitualmente, le ha tocado preparar una agenda de visitas a unidades militares casi a diario apenas despunta el alba, para ajustarse a la rutina de las tropas. Un «tour» similar mantuvo durante más de una semana en enero pasado, después del levantamiento de un contingente de la Guardia Nacional en Caracas que también desconoció su mandato. «Necesita retratarse de nuevo con los uniformados para insistir en que le son leales. En eso estará varios días», cuenta un militar retirado con contactos dentro de las filas castrenses.

Queda por saber si el gobernante realizará cambios ministeriales de alto nivel. Hace dos meses, Maduro solicitó a todo su gabinete ejecutivo poner sus cargos a la orden, pero desde entonces solamente uno de ellos ha cambiado de manos: el del ministro de Energía Eléctrica, sustituido tras la crisis de apagones que marcó todo el mes de marzo. Para este fin de semana, el mandatario llamó a una jornada de diálogo con las fuerzas «revolucionarias» para evaluar errores y fallos y «cambiar lo que haya que cambiar».