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Las víctimas del Grenfell que nunca serán identificadas

La cadena de negligencias, que podría cobrarse 70 vidas, desata fuertes protestas en Londres

Decenas de personas irrumpen en el Ayuntamiento de Kensington
Decenas de personas irrumpen en el Ayuntamiento de Kensingtonlarazon

La cadena de negligencias, que podría cobrarse 70 vidas, desata fuertes protestas en Londres

Scotland Yard llevará a cabo una investigación criminal sobre el incendio de la torre Grenfell para averiguar qué o quiénes son los responsables de uno de los peores fuegos de la historia reciente de la capital británica. Al cierre de esta edición, el número de muertos ascendía a 30. Aunque el comandante Stuart Cundy precisó que «tristemente» la cifra volverá a aumentar en las próximas horas y muchas de las víctimas «no podrán ser nunca identificadas». Anoche se estimaba que alrededor de 70 personas podían estar desaparecidas. En distintos hospitales de la ciudad se estaban tratando 24 heridos, 12 de ellos en estado crítico. Debido a que los bomberos continúan apuntalando el interior del edificio, es poco probable que inicien una búsqueda detallada de los cuerpos hasta este sábado o quizá mañana domingo. La estructura de la torre es tan inestable que ayer aún no habían podido acceder a los pisos superiores por temor a un posible derrumbe. En los 120 pisos de protección oficial de las 24 plantas de la torre vivían entre 400 y 600 personas, la mayoría descendientes de inmigrantes.

Las autoridades no se pronunciaron sobre las causas de la tragedia aunque descartaron que el incendio fuera intencionado. Los medios apuntan a que el fuego pudo haber sido provocado por un fallo eléctrico en un frigorífico de un taxista etíope, identificado por «The Daily Mail» como Behailu Kebede. El hombre de 44 años, que logró escapar, vivía en la cuarta planta y llamó a la puerta de su vecina Maryann Adam a las 00:50 de la madrugada del miércoles hora local para decirle que había un fuego en su cocina. Otra vecina, Eshete Meried, relató cómo el taxista dio el aviso a los vecinos y probablemente llamó a los bomberos (la primera llamada fue recibida a las 00:54), antes de abandonar el edificio.

La pesquisa criminal que llevará a cabo la Policía será aparte de la investigación pública anunciada el jueves por la premier Theresa May y examinará, entre otros, por qué, según la versión de los testigos, a los vecinos se les dijo que permanecieran en sus viviendas. Así mismo se centrará sobre todo en analizar los materiales utilizados en una reforma de 10 millones de euros que se completó el verano pasado en el bloque.

Construida en 1974, la torre Grenfell fue reformada en mayo de 2016, pero los vecinos ya advirtieron entonces que sólo había sido un «lavado de cara» y que las instalaciones eran muy viejas y había «muchos problemas eléctricos». Según los medios locales, en la fachada se instalaron supuestamente centenares de paneles de aluminio llamados «Reynobond», cuya composición está prohibida en Estados Unidos para edificios que superen los 12 metros. El bloque del este de Londres, que ha quedado completamente calcinado tiene 70 metros de altura.

Por otra parte, durante la remodelación, se sugirió colocar rociadores contra incendios, pero también se descartó la idea para ahorrar costes. Gavin Barwell, que fue ministro de Vivienda antes de perder su escaño la semana pasada y ahora es el jefe de Gabinete de la primera ministra, se negó a responder cuestiones sobre por qué retrasó la revisión en torres de viviendas susceptibles de ser pasto de las llamas. Aunque la primera ministra británica anunció ayer un fondo de 5 millones de libras (6 millones de euros) para las víctimas, algunos medios británicos como «The Guardian» aseguran que el fuego comienza a parecerse al «huracán Katrina de Gran Bretaña». Mientras, decenas de personas irrumpieron ayer en el Ayuntamiento de Kensington y Chelsea, en el oeste de Londres, para protestar por la falta de respuestas tras el incendio. Algunos lograron entrar en las dependencias del consistorio, mientras que otras muchas personas protestan indignadas en el exterior.