
EE UU
La mano dura de Donald Trump en la Sudamérica izquierdista
Desde su vuelta al poder, el presidente de EE UU ha protagonizado numerosos enfrentamientos con políticos sudamericanos

Primero fue el líder Venezolano Nicolás Maduro, y ahora es el turno de su homólogo colombiano Gustavo Petro. Donald Trump se ha propuesto acabar con la izquierda en Latinoamérica, aunque para ello tenga que cruzar fronteras geográficas, políticas o diplomáticas, influyendo abiertamente en las elecciones de un país extranjero, cómo es el caso de Argentina, donde el republicano ha prometido un rescate de $20 mil millones de dólares con la condición de que su aliado, Javier Milei, se mantenga en el poder. Por no olvidar el castigo arancelario a Brasil, por el juicio a su aliado político y expresidente Jair Bolsonaro.
El siguiente objetivo de Trump es Colombia. Su enemistad con Petro viene desde que el presidente norteamericano llegó a la Casa Blanca. Todo comenzó por la repatriación de inmigrantes colombianos sin antecedentes penales que iban a ser devueltos a casa esposados. Una imagen que enfureció al presidente latinoamericano y que criticó en la red social X anunciando la prohibición de "entrada de aviones norteamericanos con migrantes colombianos" a su país, hasta que EE. UU. estableciera un protocolo que los tratara con "dignidad". Solo recibiría a sus compatriotas en "aviones civiles", y no militares, y "sin trato de delincuentes. Colombia se respeta", aseguró el colombiano.
Al mandatario norteamericano no le gustó nada este pulso público y respondió con su mejor arma, la amenaza de nuevos aranceles. El domingo 26 de enero, ambos dirigentes lograron poner fin a este primer choque diplomático y llegaron a un acuerdo. Sin embargo, la tensa relación entre ellos no mejoró y a mediados de septiembre Washington dio un golpe de efecto inesperado.
La lucha contra el narcotráfico
Por primera vez en tres décadas, el gobierno norteamericano eliminó a Colombia de la lista de países que cooperan en la lucha contra el narcotráfico, colocándolo en el mismo grupo que Venezuela y Bolivia por, supuestamente, no cumplir con "sus obligaciones para el control de drogas", publicó en la red social X el departamento de Estado. La respuesta de Petro no tardó en llegar. "Estados Unidos nos desertifica después de decenas de muertes de policías, soldados y gente común tratando de impedir que les llegue la cocaína", criticó durante un Consejo de Ministros, consciente de que la relación entre ambos países estaba a punto de entrar en una nueva trifulca.
EE UU no revisará su decisión de "descertificación" hasta septiembre del 2026, para entonces Petro ya no estará en el poder. Es el primer presidente de tendencia política izquierdista en la historia de Colombia y apenas le quedan diez meses de mandato. Además, no puede aspirar a la reelección porque lo prohíbe la Constitución de su país desde el 2015, por lo que, en principio, tiene poco que perder en lo personal. Sin embargo, sus encontronazos con Trump podrían perjudicar seriamente a sus sucesores políticos y complicar los acuerdos entre ambos países de cara al futuro.
Cuando abandone la presidencia, Petro no podrá pisar suelo estadounidense porque Trump ordenó retirarle la visa después de que el colombiano pidiera a los soldados norteamericanos desobedecer a su presidente durante una protesta pro-palestina en el marco de la reunión de alto nivel de la Asamblea General de la ONU. "No la necesito", respondió el colombiano orgulloso.
Una "boca insolente" hacia EE UU
El último encontronazo ha escalado el conflicto a la esfera personal. Anoche Trump dijo que su homólogo colombiano tenía una "boca insolente hacia EE UU". Una frase que aumenta aún más la tensión, ya de por sí al límite, tras la oposición de Petro al despliegue militar estadounidense en el Caribe para, en principio, acabar con el narcotráfico que llega al país procedente de Venezuela. "Funcionarios del gobierno de EE. UU. han cometido un asesinato y violado nuestra soberanía en aguas territoriales" denunció Petro en las redes sociales.
A Trump no le ha gustado nada esta crítica y, fiel a su estilo, no se ha quedado callado. Petro "no hace nada para detener" la producción de drogas en su país, "a pesar de los pagos y subsidios a gran escala por parte de EE UU, que no son más que una estafa a largo plazo" contra este país, ha dicho en una publicación en redes sociales, "A PARTIR DE HOY, ESTOS PAGOS, O CUALQUIER OTRA FORMA DE PAGO O SUBSIDIO, YA NO SE REALIZARÁN A COLOMBIA", enfatizó con mayúsculas.
No está claro a qué partida económica se refiere exactamente, pero solo en lo que va de año Colombia ha recibido cerca de $210 millones de dólares en fondos estadounidenses, según datos del departamento de Estado. Por si fuera poco, durante un viaje este domingo en el Air Force One adelantó a los periodistas que le acompañaban que este lunes anunciaría nuevos aranceles a productos colombianos como castigo. Sin embargo, al cierre de esta edición la amenaza seguía sin concretarse.
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