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Merkel da tiempo a May para activar el Brexit
La «premier» británica reitera en Berlín que no iniciará la desconexión con la UE hasta 2017. La inmigración y las relaciones comerciales serán las prioridades británicas en la negociación¡
La primera ministra británica reiteró hoy ante la canciller alemana, Angela Merkel, que "brexit significa brexit", pero señaló que su país necesita preparar esas negociaciones y tener "claros"sus objetivos.
Reino Unido no comenzará antes de final de año el proceso de abandono de la UE, según declaró ayer en Berlín la nueva «premier» británica, Theresa May, en su primera visita al extranjero desde que asumiese el cargo hace una semana. A su lado, la canciller Angela Merkel dijo estar dispuesta a esperar «por el interés de todos» a que Londres tenga esa posición de negociación «bien definida».
A pesar de la victoria del Brexit, Reino Unido no parece tener demasiada prisa en oficializar el divorcio, mientras Merkel, hasta el momento y a pesar de que probablemente Alemania será el socio que más pierda con este abandono, no tiene intenciones de presionar a Londres. «Me parece correcto que Reino Unido considere sus opciones antes de dirigirse al Artículo 50 [del Tratado de Lisboa] y necesite cierto tiempo», dijo. Esta actitud de comprensión contrasta con las reacciones de otros líderes europeos frente al Brexit, que reclaman que la situación de incertidumbre no se extienda durante demasiado tiempo.
Las dos damas fuertes de Europa buscaron un clima de entendimiento en su primera reunión bilateral tras el referéndum y Merkel puntualizó que los diálogos en torno a las negociaciones ni habían tenido lugar ni lo harían antes de que Reino Unido oficializara su salida. «Alemania y Reino Unido trabajaron bien en la Unión Europea», dijo la canciller, añadiendo que ambas pretenden preservar en los próximos meses el mismo espíritu de cooperación. Merkel recordó que se trata de dos naciones «cercanas» con «valores similares».
Si Frank-Walter Steinmeier, uno de los ministros más cercanos a Merkel, aún guardaba esperanzas de que Reino Unido pudiera dar marcha atrás en su conducción fuera de la UE, como ha expuesto en alguna ocasión, ayer May se encargó de no alimentarlas. «Brexit significa Brexit», repitió, subrayando una vez más que respetará el resultado del referéndum del 23 de junio, aunque señaló que no por ello daría la espalda a sus «amigos europeos».
Si hay una materia que se resentirá con la salida británica de la UE será el terreno económico. Con la salida británica del mercado común, la actual relación mercantil y económica entre ambos países se debilitará. Aunque May recalcó que peleará por un buen acuerdo llegado el momento, ni Berlín ni Bruselas permitirán una permanencia en el mercado común sin la asunción de una serie de compromisos. «Queremos mantenernos lo más cerca posible de Alemania», dijo la «premier» británica, que parece dispuesta a cumplir los controles de inmigración que piden los ciudadanos de su país, a pesar de que con ello sacrifique parte de su mercado.
La sucesora de David Cameron fue recibida en Berlín con todos los honores militares, al ritmo del «God Save the Queen» y entre banderas de ambas naciones, escenario que definió como «espléndido». Ayer, Merkel y May, dos mujeres de orígenes y temperamentos similares, se encontraron por primera vez cara a cara. La visita de May ha supuesto un hito histórico: nunca antes un «premier» británico había hecho su primera visita oficial a Alemania, normalmente era un honor reservado a Washington.
Antes de volar a París, May debutó ayer en la sesión de control al Gobierno en la Cámara de los Comunes. Está claro que la dirigente se está dejando aconsejar porque dejó a un lado esa imagen introvertida para mostrar a una mujer con carácter que provocó el aplauso de sus filas cuando protagonizó el primer careo con la oposición. «Durante mis años en esta Cámara, he oído al Partido Laborista preguntando qué hace el Conservador por las mujeres. Pues bien, nos hace primeras ministras», recalcó.
En su estreno, la nueva «dama de hierro» se mostró especialmente dura con el líder laborista, Jeremy Corbyn, al que comparó con un «jefe sin escrúpulos» que hace lo posible para mantenerse en el poder a pesar de la censura de sus diputados.
Cuando éste le preguntó qué pensaba hacer como primera ministra sobre la explotación y la inseguridad laborales, May contestó: «Me interesa que se refiera a la situación de algunos trabajadores que pueden tener algo de inseguridad laboral y jefes potencialmente sin escrúpulos. Sospecho que habrá muchos miembros de la bancada de la oposición que estén familiarizados con jefes sin escrúpulos».
Con respecto al Brexit, la líder conservadora tampoco aclaró cuándo invocará el artículo 50 para iniciar el proceso de divorcio con Bruselas. Se limitó a avanzar cuáles serán sus prioridades de cara a las próximas negociaciones. «Lo que necesitamos hacer al negociar el acuerdo es asegurarnos de que escuchamos lo que dijo el pueblo británico sobre los controles a la libertad de movimiento, pero negociaremos un acuerdo adecuado y el mejor pacto para el comercio de bienes y servicios», señaló. En este sentido, May aspira a pactar una serie de «controles a la libertad de movimiento», ya que continúa su deseo «absolutamente firme» de reducir el flujo migratorio a 100.000 inmigrantes anuales.
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