Unión Europea
Macron insiste en que la City deberá pagar para acceder al mercado único
Los líderes de Reino Unido y Francia acuerdan aumentar la cooperación en inmigración y defensa
Los líderes de Reino Unido y Francia acuerdan aumentar la cooperación en inmigración y defensa.
La «premier» Theresa May rindió ayer homenaje a la «relación fuerte y profunda» que existe entre Londres y París con motivo de la primera visita a Reino Unido de Emmanuel Macron como presidente de Francia. Los dos mandatarios se dieron cita en la academia militar de Sandhurst para celebrar la 35ª cumbre bilateral entre ambos países.
El Brexit no estaba oficialmente en la agenda, pero era obvio que cada detalle se miraba con lupa por las posibles repercusiones que pudiera tener en el marco de las negociaciones de salida que, en marzo, se reanudarán para tratar las futuras relaciones comerciales. En este sentido, Macron representa el núcleo duro, ya que se opone a que la City pueda tener una «puerta trasera» de acceso al mercado común y además no quiere desaprovechar la oportunidad de dar la bienvenida en París a las entidades que ya han comenzado a ejecutar planes de contingencia para reubicar a algunos de sus empleados.
«Si se quiere tener acceso al mercado único, incluidos los servicios financieros, bienvenidos, pero eso significa que se debe contribuir al presupuesto comunitario y aceptar la jurisdicción europea. Ésas son las normas», afirmó el presidente galo en la rueda de prensa conjunta.
En la cumbre ambos mandatarios acordaron «complementar» el Tratado de Touquet de 2003, en el que se establecen dónde empiezan las fronteras de cada uno de los dos países, unidos por el túnel bajo el Canal de la Mancha. En este sentido, el Gobierno británico anunció una partida de 50 millones de euros –que se sumarán a los 113 millones de euros que Londres ha invertido en los últimos tres años– para reforzar los puntos fronterizos más conflictivos en la costa francesa, como el de Calais, utilizado cada año por centenares de inmigrantes para acceder a territorio británico. Asimismo, la «premier» anunció que se facilitará una nueva acogida de menores inmigrantes no acompañados y el reagrupamiento familiar. Desde que llegó al Elíseo, el presidente francés había buscado una revisión del Tratado de Touquet, asegurando que Francia no podía ser la «guardia costera» de Gran Bretaña sin concesiones que ayudaran a aliviar la crisis migratoria.
Macron advirtió de que «no permitirá que se reconstruya otra jungla», en referencia a los asentamientos del puerto del norte de Francia donde se llegaron a instalar 8.000 inmigrantes en campamentos improvisados y en condiciones insalubres. A pesar de que la «Jungla de Calais» fue desmantelada en 2016, en la actualidad se calcula que hay unos 700 inmigrantes a la espera de poder llegar a Reino Unido.
Pese a las reticencias de los ultraconservadores «tories», la mayoría de los británicos ven con buenos ojos que se aumente la contribución económica a Francia para que refuerce los controles y evitar así que el problema migratorio recale en el puerto de Dover. Por otra parte, los mandatarios acordaron reforzar la cooperación bilateral en defensa para mejorar la seguridad del conjunto de Europa. En este sentido, ambos países preparan una fuerza militar conjunta capaz de desplegar 10.000 soldados de forma «rápida y efectiva» en 2020, mientras que Reino Unido enviará tres helicópteros para reforzar la misión del Ejército francés en Mali.
May afirmó que Londres continuará al lado de sus «amigos y aliados», a pesar de que esté preparando su salida de la UE y recalcó que Reino Unido y Francia continuarán siendo «los dos principales poderes militares» del continente.
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