Berlín

Merkel, en manos de su «hermano díscolo»

Las elecciones de Baviera este domingo son el último test para la canciller. La marca de la CDU en la región se ha convertido en un incordio para Berlín

A la derecha, carteles electorales de los partidos que se enfrentan en las elecciones del 22 de septiembre
A la derecha, carteles electorales de los partidos que se enfrentan en las elecciones del 22 de septiembrelarazon

Las elecciones de Baviera este domingo son el último test para la canciller. La marca de la CDU en la región se ha convertido en un incordio para Berlín

A una semana de las elecciones federales alemanes, los partidos miden sus fuerzas mañana en un último examen electoral en la rica y católica Baviera, que por primera vez celebra elecciones días antes que toda Alemania, en lo que el secretario general de la Unión Social Cristiana (CSU), Alexander Dobrindt, denomina la «etapa reina antes de las generales». A diferencia de los comicios celebrados en Baja Sajonia en enero pasado, que suelen calibrar el termómetro electoral en Alemania, Baviera tiene unas peculiaridades que la hacen muy especial. Aquí, la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Angela Merkel pasa el testigo a su partido hermano, la más conservadora CSU, con la que comparte grupo parlamentario en el Bundestag (Parlamento). Tras gobernar el «land» desde 1949, salvo un pequeño lapso (1950-153), la CSU es hegemónica y prácticamente invencible en las urnas.

El ministro presidente, Horst Seehofer, con un 47% de intención de voto en las encuestas, supera en 29 puntos a su máximo rival, el alcalde de Múnich, el socialdemócrata Christian Ude, y confía en recuperar la mayoría absoluta perdida en 2008. Entonces, la CSU sufrió la mayor derrota de su historia (bajó del 60,7 al 43,4%) y perdió la mayoría absoluta, lo que le obligó a pactar un gobierno de coalición con el Partido Liberal (FDP). La formación quedó sumida en una profunda crisis y cambió dos veces de presidente hasta que Seehofer abandonó el Gobierno de Merkel y se hizo con el mando. Cinco años después, los socialcristianos esperan poder prescindir de sus socios liberales, que podrían quedar fuera del Parlamento muniqués al no superar la barrera del 5%.

Desde la CDU temen que el hecho de que los bávaros acudan a las urnas dos domingos seguidos puede aumentar la abstención en las federales, especialmente si la CSU recupera la mayoría absoluta. «El calendario no beneficia a Merkel», asegura a Dpa el economista de ING Bank Carsten Brzeski. «Si la CSU logra un triunfo abrumador, los votantes de la CDU se cuestionarán si tiene sentido votar en los comicios nacionales», explica.

En cambio, los socialdemócratas, con una intención de voto del 19% y sin posibilidades de desbancar a la hegemónica CSU, pueden rentabilizar cualquier repunte no previsto por los sondeos. «Si el SPD sorprende con mejores resultados de los esperados, sería un fuerte impulso para Steinbrück», opina el economista. Asimismo, una posible debacle de los liberales, socios de la CDU/CSU en el Gobierno federal podría tener consecuencias imprevisibles para Angela Merkel dentro de una semana. Y es que, tal y como pasó en Baja Sajonia a comienzos de año, muchos votantes democristianos podrían optar por dar el voto útil al FDP para garantizar así su entrada en el Bundestag y permitir la reedición de la coalición que gobierna Alemania desde las legislativas de 2009.

Del mismo modo, la CSU persigue mejorar sus resultados para exigir una mayor cuota de poder en Berlín a sus socios de la CDU y más ministros en el futuro Gabinete. Para ello, Seehofer no ha dudado en recurrir al más puro populismo y promete imponer un peaje a los extranjeros que usen las autopistas de Baviera, en compensación, según el ministro presidente, por el dinero que tienen que pagar los bávaros cuando cruzan la frontera de Suiza y Austria. Sin embargo, el nuevo tributo, contrario a la ley europea que prohíbe toda discriminación por nacionalidad, ha sido criticado públicamente por Merkel y ha abierto una fisura en la relación entre ambos partidos. Ya la canciller tuvo que asumir la controvertida propuesta de la CSU de dar un paga a las madres que decidieran quedarse en casa a cuidar a sus hijos, lo que perjudica la integración de las mujeres en el mercado laboral.

Prueba de que la corrupción no es patrimonio de los países mediterráneos, Baviera asistió en primavera a un escándalo de nepotismo y clientelismo que llevó a preguntarse al semanario «Der Spiegel», «¿qué es la buena vida?» A lo que respondía: «Ser diputado en Baviera. Dietas de 7.244 euros, una bolsa de gastos de 3.282 y otros 7.524 para personal. Sin duda la democracia no es sólo muy querida por los bávaros, sino sobre todo cara». «Der Spiegel» se hacía eco de los 79 diputados regionales que habían contratado a familiares a costa del erario público. El caso más notorio fue el de Georg Schmid, el líder parlamentario de la CSU, que dimitió tras revelarse que había empleado durante 23 años a su mujer como secretaria por 5.500 euros al mes.

Un macho alfa en extinción

Hijo de camionero, Horst Seehofer (64 años) no duda en recurrir a su origen modesto para seducir al conservador electorado de Baviera, que incluso le ha perdonado tener un hijo con otra mujer estando casado. Y es que a Seehofer, que llegó a Múnich para sofocar la crisis de la CSU, le gusta ser visto como un bávaro más, campechano y aficionado al fútbol y la cerveza, quien suele recordar cómo su madre le mandaba cada día a buscar a su padre al trabajo para que no se gastara la paga.