Elecciones en Alemania
Merkel integra a los críticos para allanar su sucesión
La canciller designa ministro de Sanidad al joven Jens Spahn, una de las voces más rebeldes respecto a su política centrista
La canciller designa ministro de Sanidad al joven Jens Spahn, una de las voces más rebeldes respecto a su política centrista.
Perdedora en las negociaciones de Gobierno con los socialdemócratas, Angela Merkel ha conseguido, no obstante, contentar a todas las corrientes de su partido de cara al congreso que la Unión Cristianodemócrata (CDU) celebra hoy. «En una jugada inteligente», tal y como describió el periódico «Frankfurter Allgemeine Zeitung», la canciller presentó ayer a sus nuevos ministros con los que pretende afrontar la Gran Coalición, pero principalmente acallar las voces que desde el extremo más conservador le exigen un giro a la derecha. Lo hizo sin desdeñar a los que, desde el otro lado, se mantienen contentos del viraje al centro emprendido por la canciller.
En el que con toda probabilidad fue su último reparto de carteras, Merkel ha querido salvaguardar su legado político con una lista equilibrada de políticos que, a la vista de la Prensa, ha conseguido silenciar a sus críticos internos y enfrentar, sin perder un ápice de su liderazgo, el que será su último Gobierno. Así, Merkel incluirá en su próximo Gabinete cuatro rostros nuevos, entre ellos Jens Spahn, representante del ala más derechista y crítica hacia la línea de la líder del partido, que pasará a ocupar la cartera de Sanidad. Spahn, de 37 años, fue en los últimos meses una de las voces críticas más audibles del partido y ha reclamado reiteradamente de la canciller un giro más conservador. Los únicos antiguos ministros de la CDU que se mantendrán serán la titular de Defensa, Ursula von der Leyen, y el hasta ahora ministro de la Cancillería, Peter Altmaier, figura de confianza de Merkel y que ahora asumirá Economía.
Los otros tres rostros nuevos designados por la CDU para el próximo Gobierno, además de Spahn, serán la vicepresidenta del partido, Julia Klöckner, que ocupará Agricultura; Helge Braun, en el Ministerio de la Cancillería, y Anja Karliczek, en Educación e Investigación. Con esta selección, Merkel se asegura una combinación entre personas con experiencia y nuevas incorporaciones, así como un reparto equilibrado entre las distintas corrientes de su formación. Encontrar esa composición «no ha sido fácil», admitió la canciller, que mencionó las «dolorosas renuncias» de antiguos colaboradores, entre ellos el titular de Interior, Thomas de Maizière, cuyo ministerio ahora corresponderá a la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), partido hermanado a la CDU.
El congreso abordará, asimismo, la designación como nueva secretaria general de Annegret Kramp-Karrenbauer, jefa del Gobierno del «Land» de Sarre, afín a la canciller y considerada su posible sucesora al frente de la CDU. También conocida como AKK, no es precisamente a sus 55 años la cara más joven del partido, pero su designación como la «número dos» de la CDU ha supuesto una auténtica revolución en la formación, que ha sido respetada incluso por sus críticos más duros. Es la primera vez que alguien abandona la primera línea de un Estado federado para mudarse al epicentro político de la CDU y será la segunda mujer en asumir la secretaría general.
Dentro y fuera del partido se coincide en que la decisión de la canciller ha sido más que acertada porque AKK es popular y respetada, aunque ahora tenga por delante la difícil misión de renovar y rejuvenecer completamente los cimientos de una formación que acusa una remanente longevidad. En una ocasión, Merkel fue la más joven del Gabinete. En enero de 1991 se convirtió en la ministra de la Mujer y la Juventud, nombrada por el entonces canciller Helmut Kohl. Contaba con 36 años cuando su carrera política cobró impulso con la oficina gubernamental. A los 45 años, asumió la presidencia de la CDU. Pero hoy todo ha cambiado. Tras doce años de Merkel como canciller hay que sumar el trabajo de otros miembros del partido que, como Volker Kauder, sigue a sus 68 años liderando la Unión conservadora en el Bundestag. Como él, otros tantos que circundan su edad y que ahora han hecho resurgir numerosos llamamientos dentro del partido que, como la del jefe de la Unión, Paul Ziemiak, exigen «caras nuevas y frescas».
En el congreso de hoy, la CDU no sólo elegirá a la nueva secretaria general, sino que también será votado el acuerdo de Gran Coalición, días antes de que se conozca el resultado de la militancia socialdemócrata que, desde el martes, vota en una consulta vinculante el entrar a formar parte de otro Gobierno con la canciller. El futuro de la CDU depende de lo que decidan las bases socialdemócratas, cuyos resultados se conocerán el próximo domingo, el 4 de marzo.
Hasta entonces, el diario «Die Welt» empieza a especular si AKK y la próxima líder del Partido Socialdemócrata (SPD), Andrea Nahles, podrían ser las próximas candidatas a las elecciones federales del año 2021. Hasta entonces, a ambas les corresponde la difícil tarea de impulsar sus respectivas formaciones y siempre bajo el acecho de la cada vez más fuerte irrupción de los populistas de Alternativa para Alemania (AfD).
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