Crisis migratoria

El «muro de Biden» indigna a México

El presidente demócrata da luz verde a la construcción de otros 32 kilómetros de valla fronteriza en la zona de Río Grande

MEX7394. CIUDAD DE MÉXICO (MÉXICO), 05/10/2023.- La secretaria de Relaciones Exteriores de México, Alicia Bárcena (i) y el secretario de Estado, Antony Blinken (d), se saludan hoy, durante una reunión de trabajo en la Ciudad de México (México). El Gobierno de México prometió este jueves combatir el tráfico de fentanilo en el Diálogo de Alto Nivel de Seguridad con Estados Unidos, pero urgió a Washington frenar el trasiego de armas y dinero de ese país que terminan en posesión de los cárteles m...
El secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, junto a su homóloga mexicana, Alicia Bárcena, ayer, en Ciudad de MéxicoJosé MéndezAgencia EFE

«No se trata de estar reteniendo con barreras, con muros. (...) Permitir la construcción de un muro en la frontera es contrario a lo que venía sosteniendo el presidente Biden, que es hasta ahora el único presidente que no ha construido un muro. Todavía no está construido, es una propuesta». Así fue la primera respuesta del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ante la confirmación de que Washington ha abierto la puerta a la construcción de otros 32 kilómetros de vallas fronterizas en el Valle del Río Grande entre ambos países.

Para López Obrador se trata de un «retroceso» que no resolverá la crisis migratoria. Durante su conferencia matutina el gobernante reiteró su respaldo a Biden al asegurar que es víctima de una «muy fuerte» presión de los congresistas republicanos, y reiteró que es necesario aplicar programas económicos y sociales que atiendan las causas de la migración. «Si se apoya a los pueblos de los países de América Latina, del Caribe, que están atravesando por una situación muy difícil, si se les apoya con programas para el bienestar, programas para impulsar actividades productivas, crear empleos, atender a los jóvenes, con eso lo tenemos probado nosotros. Ese es el remedio», sostuvo.

Entretanto, Biden indicó ayer que no cree que los muros fronterizos funcionen, a pesar de que su Gobierno renunciará a 26 leyes federales en el sur de Texas para permitir la construcción de más estructuras que impidan «la entrada ilegal» de personas al país. Es la primera vez que la Casa Blanca usa un amplio poder ejecutivo que antes fue aplicado a menudo durante la presidencia de Donald Trump.

Ocurre, además, en tiempos en los que la frontera sur de EE UU es un hervidero debido a las oleadas de inmigrantes que están poniendo a prueba los recursos federales y locales, amén de ejercer una fuerte presión política. Biden había dicho en su campaña presidencial que bajo su mandato «no se construiría ni un metro más» de muro fronterizo, una de las banderas de propaganda y gestión de su antecesor, Trump. Ayer, el mandatario aseguró que intentó que el dinero se destinara a otros fines, pero no lo consiguió. «No hay nada bajo la ley que no sea que tienen que usar el dinero para lo que fue asignado. Yo no puedo impedirlo», reconoció Biden después de que se conociera que el Departamento de Seguridad Nacional usará fondos asignados en 2019 durante el mandato de Trump para la tarea encomendada entonces.

La decisión de Washington se hace pública apenas horas después de que el secretario de Estado, Antony Blinken, llegara a Ciudad de México para reunirse con el Gobierno de López Obrador y tratar el asunto migratorio, pero también el tráfico del opioide sintético fentanilo y de armas.

Los encuentros se producen en el marco del Diálogo de Alto Nivel sobre Seguridad, y a Blinken lo acompañan el secretario de Justicia, Merrick Garland, y el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, firmante de la decisión. Ayer tuvo lugar el primer encuentro con el presidente mexicano en el Palacio Nacional.

El Departamento de Seguridad Nacional de EE UU explicó que en el condado de Starr, en Texas, se ha registrado un alto índice de personas que intentan llegar a territorio estadounidense de manera ilegal y por eso se harán trabajos en la zona. Precisó que «tomará medidas inmediatas» para construir «barreras físicas y caminos adicionales».

La decisión generó alerta en el Centro de Diversidad Biológica de EE UU, que detalló que con la resolución gubernamental prescinde de 26 leyes que protegen el aire, el agua, las tierras públicas, la vida silvestre en peligro de extinción y las tumbas indígenas. La organización ambientalista indicó que las estructuras del muro también dañarán los entornos en donde habitan plantas en peligro de extinción y especies animales. Entre 2017 y 2021, la Administración Trump mandó construir unos 724 kilómetros de barreras a lo largo de la frontera suroeste del país. Cuando Biden asumió el poder en enero de 2021 proclamó el fin de la construcción del muro. Más de dos años después, la crisis migratoria se impone.

Más de dos millones de migrantes fueron detenidos por la Patrulla Fronteriza durante el año fiscal 2023, que cerró la semana pasada, reveló ayer la cadena CBS News al acceder a documentos del Departamento de Seguridad Nacional. Algunas de estas personas fueron deportadas o devueltas a México, pero la mayoría fueron liberados en territorio estadounidense para que iniciaran su proceso de búsqueda de asilo.

Entre los números de migrantes destacan los de venezolanos que llegan caminando hasta esa frontera, tras cruzar Centroamérica a pie. EE UU está imposibilitado de deportarlos a Venezuela y México limita la cantidad que puede recibir de vuelta. Según el Departamento de Seguridad Nacional, unos 50.000 venezolanos cruzaron la frontera entre México y EE UU en el último mes, un récord histórico.