Crisis migratoria
Una marea de migrantes espera en la frontera México-EE UU la decisión del Supremo
Miles de latinos confían en que el tribunal suspenda el Título 42, una medida impuesta por Trump en la pandemia que permite la devolución en caliente de solicitantes de asilo
La desesperación de miles de migrantes se agolpa en la frontera entre México y Estados Unidos. La desilusión de 20.000 migrantes en Ciudad Juárez, fronteriza con El Paso (Texas, EE UU), refleja la incertidumbre de miles de personas en Tijuana, Matamoros y otras ciudades del norte de México tras la decisión del Tribunal Supremo de EE UU de anular la suspensión del Título 42, una medida impuesta por Trump en marzo de 2020. Bajo el pretexto de frenar los contagios de coronavirus, el Título 42 permite la expulsión inmediata a México de migrantes sin estudiar su solicitud de asilo.
Decenas de miles de latinoamericanos que esperan en el lado mexicano de la frontera con Estados Unidos, algunos en Ciudad Juárez frente al río Bravo calentándose con improvisadas hogueras, tenían marcado en el calendario el 21 de diciembre para intentar cruzar a Estados Unidos. Sin embargo, dos días antes de que terminase la aplicación del Título 42, el Tribunal Supremo de EE UU mantuvo en vigor esta polémica medida. Su presidente, John Roberts, admitió un recurso presentado por los fiscales de 19 estados republicanos paralizando la suspensión “hasta nueva orden”. Los republicanos han logrado una victoria judicial, celebrada por el gobernador de Texas Greg Abbott: “Es un paso en la buena dirección. Previene la inmigración ilegal”. El gobierno de Biden argumenta que “ya no existen las condiciones de salud pública para justificar la extensión”.
Miles de migrantes duermen en albergues fronterizos colapsados o a la intemperie pese a las bajas temperaturas de entre 0 y menos 5 grados, la mayoría procedentes de México, Haití, Cuba, Nicaragua, Perú, Ecuador, Colombia y otros países latinoamericanos, muchos de ellos sumidos en una grave crisis económica, política o ambas. La Cruz Roja ha llevado a distintos puntos fronterizos 10.000 catres para ayudar ante la complicada situación humanitaria para niños y adultos. Pese a que la pandemia está controlada y las críticas de grupos defensores de Derechos Humanos, los republicanos tratan de mantener el Título 42.
Tras conocer que se mantenía este polémico artículo, miles de migrantes se han visto obligados a decidir si continuaban una espera que en algunos casos dura meses o, como hizo un grupo la tarde del martes, cruzar el río Grande con la esperanza de no ser expulsados a México. José Gregorio, migrante colombiano, llegó a Ciudad Juárez el martes junto a su hermana y su cuñado venezolano. En la orilla mexicana del río Bravo, los tres miran hacia el otro lado preguntándose si entregarse a las autoridades migratorias es su mejor opción. “Tengo temor a entregarme y que me devuelvan”, comenta José al medio La Verdad de Juárez. José vendió todas sus pertenencias para financiar el viaje a EE UU: “En Colombia ya no tengo nada, ¿a qué vuelvo?”. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, ha asegurado que “la retirada del Título 42 no significa que se abra la frontera”.
En la última semana, más de 6.000 migrantes han sido trasladados a otros sectores fronterizos para ser procesados, informó el Departamento de Seguridad Nacional de EE UU (DHS por sus siglas en inglés). La agencia federal también notificó que más de 3.400 personas han sido expulsadas a México bajo la orden de salud pública del Título 42. En medio de mucha incertidumbre, los migrantes nicaragüenses o cubanos no están siendo sometidos al Título 42. Pese al aumento de las llegadas a ciudades fronterizas, las detenciones de migrantes en la frontera han bajado esta semana un 40%, al pasar de 2.500 diarios a principios de diciembre a 1.500 al día esta semana. Mientras, la Guardia Nacional se mantiene apostada en la orilla estadounidense del río Bravo en una zona utilizada el lunes para un cruce masivo de migrantes. Los agentes fronterizos han instalado allí alambres de púas.
Tras la polémica decisión del Tribunal Supremo, la administración Biden pidió el martes a la Corte Suprema poner fin al controvertido Título 42, una medida que ha permitido realizar 2,5 millones de expulsiones desde su entrada en vigor en marzo de 2020. Las autoridades estadounidenses no aclaran a cuántas personas ha afectado estas expulsiones inmediatas ya que se contabilizan solo las expulsiones, sin tener en cuenta si una misma persona es expulsada varias veces durante estos casi tres años. El Título 42 permite la devolución en caliente, pero no supone una sanción para los migrantes en el caso de que vuelvan a intentar entrar en Estados Unidos.
Un juez de Washington DC falló a favor de estas organizaciones e impuso para el 21 de diciembre el final del Título 42. El Tribunal Supremo ha paralizado temporalmente esta decisión ante el reclamo de los 19 fiscales de estados republicanos. Las organizaciones de Derechos Humanos argumentan que las restricciones para evitar contagios de coronavirus ya no tienen sentido debido al control de la pandemia, las vacunas y los tratamientos contra la enfermedad. Estas asociaciones consideran que EE UU incumple su obligación de dar asilo a quienes huyen de la persecución política, la pobreza o las extorsiones de las pandillas.
Mientras prepara un plan para reforzar el control fronterizo, Biden ha solicitado al Tribunal Supremo mantener al menos hasta el 27 de diciembre el Título 42. Hasta que la Corte Suprema emita una orden, algo que podría ocurrir en cualquier momento ya que no tiene un plazo para hacerlo, el Título 42 seguirá en vigor. Biden ha solicitado al Tribunal Supremo que, en caso de permitir la suspensión del Título 42 después del 27 de diciembre, conceda dos días más de plazo para reforzar la frontera.
Ante el aumento en la llegada de migrantes las últimas semanas, entre 4.000 y 9.000 al día según el alcalde de El Paso, la portavoz de la Casa Blanca ha informado que existe “una sólida planificación adicional en marcha”. La Guardia Nacional de EE UU ha desplegado este miércoles un operativo en Texas a orillas del río Grande, en la frontera de El Paso llamado río Bravo en México, para bloquear el paso de migrantes que intentan llegar a la ciudad. En la noche del martes, la Guardia Nacional instaló alambres de púas para bloquear un cruce común utilizado por miles de migrantes durante las últimas semanas.
Los datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) de octubre ofrecen una idea de la magnitud de la crisis migratoria. Los agentes fronterizos estadounidenses tramitaron en octubre la devolución a México de 81.500 migrantes al amparo del Título 42. Casi 196.000 fueron procesados por la vía del Título 8 y puesto en libertad en EE UU sin ser expulsados.
Actualmente, el 30% de los extranjeros que entran ilegalmente a EE UU están siendo devueltos a México bajo el Título 42, mientras que el 70% está siendo puesto en libertad en EE UU al amparo del Título 8. Cuando se revoque el Título 42, ese 30% también será procesado bajo el Título 8. Sin embargo, casi dos tercios de ellos son ciudadanos mexicanos que caerán bajo la disposición de expulsión acelerada del Título 8, que actúa de manera similar al Título 42.
EE UU mantiene desplegados a 23.000 agentes de la Guardia Nacional y policías estatales en su frontera sur. La portavoz de la Casa Blanca instó al Congreso a aprobar 3.500 millones de dólares en fondos adicionales para que el Departamento de Seguridad Nacional de EE UU pueda ampliar las capacidades de traslado de los migrantes a instalaciones fronterizas menos abarrotadas o les expulse de forma inmediata cuando sea posible legalmente.
EE UU se prepara ante el aumento de migrantes en su frontera sur. Mientras esperan en la frontera o cruzan México o Centroamérica por peligrosas rutas como la Selva del Darién que une Colombia y Panamá, los migrantes se comparten por grupos de WhatsApp y Telegram las noticias sobre el polémico Título 42. Este año está siendo el más letal de la historia en la frontera México-EE UU. En el año fiscal de 2022 que terminó en octubre, 853 migrantes perdieron la vida tratando de cruzar la frontera, la cifra más alta de la historia brindada por las autoridades estadounidenses. La letalidad supera las 546 muertes registradas en el año fiscal 2021.
Antes de llegar a la Casa Blanca, Biden prometió frenar la separación de familias en la frontera y regularizar la situación de 2,5 millones de ‘dreamers’, hijos de inmigrantes nacidos en EE UU pero sin nacionalidad estadounidense. Desde la regulación del expresidente de EE UU Ronald Reagan de millones de ciudadanos extranjeros en 1986, ningún presidente de EE UU había prometido una regulación migratoria de tanto calado. En los primeros meses de su gobierno, las familias y los menores no acompañados que solicitaron asilo aumentaron un 168% y un 63% respectivamente. Animados por la salida de Trump de la Casa Blanca y las promesas de Biden, miles de personas se agruparon en un campamento en Tijuana a pocos metros de la frontera. Ahora, la intención de Biden de anular el Título 42 ha generado un aumento de las llegadas a la frontera.
Al tomar posesión de su cargo a principios de 2021, Biden empezó a crear excepciones al Título 42. El presidente estadounidense permitió que los menores no acompañados quedaran exentos, después la mayoría de las familias y, finalmente, gran parte de los migrantes. Biden refuerza la frontera y los republicanos presionan para mantener el Título 42. Mientras se libra una batalla política y jurídica en el Tribunal Supremo, miles de migrantes latinos esperan en la frontera una oportunidad para alcanzar su sueño americano.
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