
Análisis
Un nuevo empezar para el motor franco-alemán: ¿qué podemos esperar del encuentro entre Macron y Merz?
Merz viaja a Francia tras ser elegido canciller
“Nos toca hacer el motor franco-alemán más fuerte que nunca y acelerar nuestra agenda europea de soberanía, seguridad y competitividad”, escribió en su cuenta en X el mandatario galo.
Fiel a la tradición, Merz viaja hoy a Francia en su primer viaje como canciller federal. Las dos principales potencias de la Unión Europea, que tienen un pasado bastante cercano de diferencias en ámbitos que van desde el energético hasta el comercial. Según el Elíseo, dejará varios acuerdos económicos, en un contexto desafiante, por el conflicto en Ucrania y la guerra arancelaria desatada desde Estados Unidos con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
Günther Auth, profesor del Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad de Ludwig Maximilian de Múnich, asegura en declaraciones a LA RAZÓN que “el resultado más probable será una revitalización simbólica de la tradicional alianza franco-alemana como base para la continua construcción de un complejo militar-industrial europeo”.
Ambos países están tratando de tener un papel protagonista en la búsqueda de un acuerdo de paz que ponga fin a la invasión rusa de Ucrania. Además, están comprometidos con el aumento del gasto en Defensa. De hecho, hace un año, dieron un paso histórico en materia de defensa al anunciar la posibilidad de producir un tanque conjunto: el Sistema Principal de Combate Terrestre (MGCS, por sus siglas en inglés).
La invasión rusa contra Ucrania iniciada en febrero de 2022 supuso para Alemania un "shock" histórico que obligaba a un "tiempo de cambio", según la expresión del canciller saliente, Olaf Scholz. Tras esas palabras se esconde que Alemania pasará a gastar un 2,12 % del PIB en defensa en 2024 tras décadas lejos del 2 % acordado como mínimo en la OTAN y a adoptar un papel de liderazgo europeo en lo que al apoyo militar a Ucrania se refiere. En paralelo, la llegada de Trump a la Casa Blanca está también la decisión histórica de aumentar el gasto en Defensa. En concreto, en 2023, Alemania destinó aproximadamente 63.605,8 millones de euros (unos 68.774,9 millones de dólares) al gasto en defensa, lo que representó un aumento del 19,95% respecto al año anterior. Este gasto equivalió al 1,52% del Producto Interno Bruto (PIB) alemán y al 3,08% del gasto público total. En 2024, Alemania incrementó aún más su inversión en defensa, alcanzando los 71.750 millones de euros (aproximadamente 77.800 millones de dólares), lo que representó el 2,12% del PIB. Este aumento permitió a Alemania cumplir con el objetivo de la OTAN de destinar al menos el 2% del PIB al gasto militar .
Por su parte, en 2023, Francia destinó aproximadamente 58.040,6 millones de euros (unos 62.757,5 millones de dólares) al gasto en defensa, lo que representó un 2,06% de su Producto Interno Bruto (PIB) y un 3,57% del gasto público total. Para el período 2024-2030, el gobierno francés ha aprobado una Ley de Programación Militar que contempla un presupuesto total de 413.000 millones de euros, lo que supone un aumento del 40% respecto al período anterior (2019-2025) . Este incremento permitirá a Francia alcanzar y mantener el objetivo de la OTAN de destinar al menos el 2% del PIB al gasto en defensa a partir de 2024.
Política energética
Otro de los puntos que debatirán ambos mandatarios está relacionado con la política energética. Sin Los Verdes en la coalición de Gobierno, se espera que Merz frene menos a Francia en el futuro en materia de energía nuclear, porque Alemania también necesita electricidad barata para su economía y sus ciudadanos. “Los planes del nuevo gobierno de coalición contemplan, entre otras cosas, una reducción de los costos energéticos y la inversión en infraestructura”, apunta Günther Auth, profesor del Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad de Ludwig Maximilian de Múnich.
No obstante el experto se muestra cauteloso sobre el futuro rol del eje franco-alemán. “Dadas las dificultades de Francia con respecto a su presencia en África, y dada la dependencia general de Alemania hacia Estados Unidos, no parece estar gestándose una nueva gran estrategia franco-alemana”, concluye.
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