Cumbre de San Petersburgo
Putin promete cereal gratis a los países africanos tras romper el pacto con Kyiv
El líder ruso agradece así a los Estados que no han condenado la invasión ucraniana
El inicio de la cumbre entre Rusia y África hoy jueves en San Petersburgo ha sido el escenario de la esperada reaparición del líder del grupo de mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin, cuyos rumores sobre su paradero habían iniciado toda clase de especulaciones en Rusia. El oligarca, lejos de encontrarse enterrado o en un gulag, como mantenían algunos medios, parece haber recuperado la libertad de movimiento demostrándolo en la antigua capital de los zares, donde se reunió en un hotel de su propiedad con representantes de Níger, país que actualmente es noticia por el golpe de Estado llevado cabo un grupo de militares.
Además Prigozhin, que no ha sido invitado al foro bilateral, ha mantenido encuentros con delegados de Mali, país en el que se encuentra un destacamento del grupo Wagner, y con representantes de la República Centroafricana, adonde han llegado también los miembros de este grupo de mercenarios con el objetivo de garantizar la seguridad durante el referéndum constitucional del domingo. Las noticias sobre los miembros de Wagner que salieron de Rusia tras el intento de rebelión del pasado 24 de junio han disminuido considerablemente, pero se sabe que uno de sus objetivos sería volver al continente africano, lugar en el que comenzaron a hacerse famosos.
La semana pasada, el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, afirmaba que miembros de Wagner le habían comentado su intención de pasar desde esa exrepública soviética a Polonia para llevar a cabo una incursión armada.
El foro Rusia-África inaugurado ayer con la presencia del presidente ruso, Vladimir Putin, se ha convertido en el principal estímulo de comunicación entre Moscú y aquellos países de dicho continente que no han condenado la invasión rusa en Ucrania. A la Cumbre de San Petersburgo, que finalizará hoy, asisten 49 delegaciones de países africanos, contando con la presencia de un total de 17 jefes de Estado, una representación al más alto nivel que nada tiene que ver con los 43 líderes que se desplazaron a la anterior cumbre, celebrada en Moscú en 2019.
En su discurso de apertura, el líder ruso confirmó que su país espera para los próximos meses finalizar una cosecha récord de cereales que hará posible sustituir el grano nacional por el procedente de Ucrania. El jefe del Kremlin ha prometido suministrar de manera gratuita a algunos países africanos entre 25.000 y 50.000 toneladas de cereal, mensaje destinado a acallar las críticas internacionales tras abandonar de manera unilateral el acuerdo de suministro de grano ucraniano por el mar Negro. El presidente ruso ha querido hacer hincapié en su discurso en el hecho de que el 70% del cereal que se exportaba desde los puertos de Ucrania iba a parar a países ricos, algunos de ellos dentro de la Unión Europea, afirmando que «por un lado, los países occidentales están obstaculizando el suministro de grano y fertilizantes [a Rusia], por otro, esos países nos culpan de manera hipócrita por la actual situación de crisis en el mercado alimentario global».
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