Guerra
"Putin vive en una burbuja de información donde nadie se atreve a cuestionar sus puntos de vista fallidos"
Derrotar al Ejército ruso y liberar los territorios ocupados de Ucrania no eliminarán, sin embargo, la amenaza de Rusia
Rusia lanzó una guerra contra Ucrania en un intento revanchista de restaurar la antigua gloria de los imperios ruso y soviético. Muy pocos creían que Ucrania resistiría al llamado segundo Ejército del mundo durante más de tres días. Sin embargo, los ucranianos no solo resistieron la fuerza invasora muy superior. En cuestión de meses lograron liberar una gran parte de sus territorios ocupados por Rusia en las primeras semanas del asalto. El Ejército ucraniano también logró dañar severamente a las fuerzas de los invasores. Desde el comienzo de la invasión, Rusia perdió al menos la mitad de sus soldados y oficiales profesionales mejor entrenados y equipo militar. El mito del «ejército invencible» se acabó y el mundo entero ha visto que el agresor puede ser derrotado. La pregunta es ¿cómo Moscú se equivocó tanto?
En primer lugar, es un gran malentendido por parte del Kremlin sobre quiénes son los ucranianos. A lo largo de los años, Vladimir Putin y su máquina de propaganda, ignorando la realidad, fueron difundiendo un viejo mito imperial de que los ucranianos y los bielorrusos no existen como naciones y que son parte del pueblo ruso. Creyó que la independencia de Ucrania era un capricho histórico, creado artificialmente por Occidente para debilitar y dividir a la Rusia histórica. Ignorando la realidad, negó delirantemente la identidad nacional de Ucrania. Como cualquier dictador en el poder durante tanto tiempo, Putin vive en una burbuja de información donde nadie se atreve a cuestionar sus puntos de vista fallidos.
Las percepciones erróneas por parte del autócrata ruso y su círculo cercano les hicieron creer que los ucranianos no resistirían la invasión y en cambio recibirían a las tropas rusas con flores. El Kremlin también creía con arrogancia que el Ejército ucraniano era débil y que caería o se rendiría en unos pocos días, y que el Gobierno abandonaría el país. Los rusos incluso trajeron sus uniformes de desfile para usarlos en Kyiv. Los ucranianos demostraron que los rusos estaban absolutamente equivocados. Las fuerzas de defensa y los civiles comenzaron a luchar contra los invasores desde los primeros minutos de la invasión. Decenas de miles de ucranianos, hombres y mujeres de todas las edades, hacían cola en los centros de reclutamiento militar para alistarse en el Ejército. Muchos se unieron a las unidades locales de defensa territorial en sus comunidades. Los invasores rusos se sorprendieron mucho al enfrentarse a una resistencia tan severa y heroica por parte de los ucranianos. También se sorprendieron por el alto profesionalismo de las fuerzas de defensa aérea ucranianas, que negaron al enemigo el dominio de los cielos del país.
Otra sorpresa para Moscú vino de Occidente. El Kremlin se acostumbró a años de vacilación por parte de los poderes del mundo libre y no esperaba una respuesta tan unida y decisiva a su agresión contra una nación europea soberana. El suministro de armas a Ucrania, el apoyo financiero a su economía, nuevas sanciones severas y la retirada de cientos de empresas occidentales de Rusia también supusieron un gran golpe para el agresor. En lugar de una guerra relámpago victoriosa, el Kremlin tuvo una guerra para la que no estaba ni mental ni militarmente preparado. Sus ataques masivos a la infraestructura civil de Ucrania en un intento de hacer que se rindiera congelando a su población y paralizando la economía tampoco lograron su objetivo. Los ataques por parte de soldados rusos recién movilizados, mal entrenados y equipados en Donbás no supusieron ninguna diferencia significativa en la línea del frente.
El apoyo económico, político y diplomático de los aliados occidentales no tiene precedentes. Sin embargo, la ayuda más crucial para Ucrania ha sido el suministro de armas modernas, municiones y entrenamiento de sus soldados. España ha puesto su granito de arena en este apoyo sin precedentes. Es importante destacar que los ucranianos están muy motivados ya que no tienen más remedio que luchar hasta la victoria. No tienen dudas de que la matanza de Bucha espera a todo el país si Ucrania pierde la guerra y que la única forma de terminarla es destruyendo las capacidades militares de Rusia para continuar la ofensiva.
La lucha valiente y eficaz de Ucrania durante un año ha demostrado que se puede derrotar a Moscú. Pero eso depende completamente del envío de armas modernas y otros suministros militares, que deberían aumentar significativamente. Estoy lejos de creer ingenuamente que derrotar a las Fuerzas Armadas rusas en Ucrania y liberar todos sus territorios ocupados eliminaría la amenaza proveniente de Rusia. La victoria le dará tiempo a Ucrania para restaurar su economía, fortalecerá su Ejército y también permitirá que Ucrania se una a la OTAN, lo que debería ser el principal elemento disuasorio para el Kremlin. La historia, incluida la de Rusia, nos enseña que el dictador que pierde la guerra probablemente perderá el poder y eso da esperanza para un cambio de régimen y un nuevo gobierno que respetará el derecho internacional y dejará de ser una amenaza para sus vecinos y la paz en Europa.
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