Francia
Rachida Dati, una ministra y aspirante a alcaldesa de París en apuros
La titular de Cultura deberá aclarar sus cuentas pendientes con la Justicia antes de optar a la Alcaldía de la capital. Su caso pone en entredicho el discurso de Macron
Rachida Dati es la actual ministra de Cultura de Francia, pero sobre todo, es la candidata más fuerte para coronarse como futura alcaldesa de París en las elecciones de marzo 2026. Pero ahora, los fantasmas del pasado podrían cambiar su panorama político.
El 22 de julio, la fiscalía general de finanzas ordenó a Rachida Dati presentarse ante los tribunales correccionales, acusándole de “encubrimiento de abuso de poder” y «tráfico de influencias por parte de una persona que ostenta un cargo público”. Los hechos que se le reprochan remontan a los años 2009 al 2012, cuando Dati fungía como ministra de justicia bajo el gobierno de Nicolás Sarkozy y, al mismo tiempo, como eurodiputada.
La historia comienza con un cuestionado contrato que Rachida Dati firmó como abogada privada -en octubre de 2009 - con la empresa RNBV, la alianza entre los fabricantes de automóviles Renault y Nissan, presidida entonces por Carlos Ghosn. ¿Sus honorarios? Nada menos que 900.000 euros. Una suma que a la justicia le parece excesiva por una simple consultoría.
El contrato infringía, sin lugar a dudas, las normas del Parlamento Europeo, al que Dati había llegado apenas meses atrás. Las actividades de consultoría privada y lobby político están prohibidas para los eurodiputados.
Los magistrados de la fiscalía financiera francesa, consideran que la ex ministra de Justicia asesoró al grupo Renault en la promoción de sus derechos e intereses ante el Parlamento Europeo. También habría utilizado su influencia para llevar a cabo actividades de cabildeo. En el expediente, se acusa a Dati de ser “el caballo de Troya de Ghosn en el Parlamento Europeo”.
Rachida Dati ha negado todos los cargos desde el principio. Se defiende diciendo que trabajó como abogada en “un marco legal” para Renault-Nissan, que se encontraba en plena crisis financiera internacional y en plena Primavera Árabe. Pero el caso se complica aún más cuando se recuerda que el mismo Carlos Ghosn es fugitivo de la justicia internacional - desde que escapó de manera rocambolesca de una cárcel japonesa en 2019 - y es acusado por la justicia francesa de abuso de poder, tráfico de influencias y corrupción en el manejo ilegal de Renault. En sus declaraciones a la policía de París, Ghosn se refiere a Rachida Dati como “asesora” de su empresa, haciendo mención varias veces a la “diplomacia de los negocios”.
“Carlos Ghosn era el presidente del grupo automotriz más importante del mundo. ¿De verdad creéis que me necesitaba como lobbysta en el parlamento?” - responde Dati en diferentes entrevistas de radio y televisión.
La ministra denuncia una manipulación para sacarla del juego político y bloquear su llegada a la alcaldía de París. Y en ese sentido, ha pedido a la fiscalía de finanzas que anule la denuncia original del caso, señalando que ha sido interpuesta por la esposa de un abogado accionista de Renault que busca perjudicarla.
Las reacciones de la clase política francesa
El gobierno de Emmanuel Macron ha anunciado casi inmediatamente que Rachida Dati continuará en su puesto de Ministra de Cultura, respetando el principio de la “presunción de inocencia” y guardando un prudente silencio sobre el caso. Emmanuel Macron ha dicho escuetamente que “toma nota del caso pero que un llamado a tribunales no es una condena”.
Una afirmación que contradice el lema de Macron en 2017, cuando decía que todo funcionario procesado por la justicia debía apartarse de su cargo. Definitivamente, los tiempos cambian. Sólo el ministro de justicia, Gerald Darmanin (él mismo acusado de abuso sexual), ha declarado que “desea fervientemente que Dati sea alcaldesa de París”.
Los que sí han reaccionado con dardos son los políticos de izquierda: Emmanuel Grégoire, alcalde adjunto de París y candidato natural al puesto por el Partido Socialista, ha dicho que “París merece algo mejor que un imputado”. Por el lado de los ecologistas, el pre-candidato David Belliard también fustiga a Dati afirmando que su candidatura “es una falta de respeto para los parisinos”.
Por lo pronto, Rachida Dati debe comparecer ante los tribunales el 29 de septiembre para conocer las fechas de su juicio. Sin embargo, la ministra de Cultura ya ha introducido una apelación a su proceso. Si el juicio sigue adelante, es probable que se celebre después de las elecciones municipales previstas para marzo de 2026. Dati tendría entonces la posibilidad de presentarse como candidata a la alcaldía de París, aunque su imagen estaría bastante debilitada y sus oportunidades de ganar, disminuidas. Si es hallada culpable, Rachida Dati se enfrentaría a una pena de hasta 10 años de prisión y una multa de un millón de euros.