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La Cúpula Dorada de Donald Trump sigue adelante: ya están contratando personal
El Pentágono activa la maquinaria para el ambicioso proyecto de defensa antimisiles "Golden Dome", con un general al frente

El general Michael Guetlein ha asumido oficialmente la dirección del programa "Cúpula Dorada", una iniciativa de importancia capital impulsada por la administración Trump para desarrollar una arquitectura avanzada de defensa antimisiles para el territorio estadounidense. Su nombramiento, ratificado la semana pasada, lo sitúa en una posición clave para coordinar este proyecto estratégico.
Guetlein, quien previamente ejerció como segundo al mando de la Fuerza Espacial, reportará directamente al subsecretario de Defensa, Stephen Feinberg. Esta estructura jerárquica le otorga una serie de atribuciones importantes, entre las que destaca la capacidad de eludir los procedimientos estándar de contratación, habitualmente más lentos, con el objetivo de acelerar el proceso.
El proyecto "Golden Dome" persigue la creación de una capacidad de defensa antimisiles estratificada que integre sensores e interceptores tanto terrestres como aéreos y espaciales. La meta es establecer un sistema robusto, capaz de neutralizar amenazas misilísticas lanzadas desde cualquier punto del planeta, incluyendo el espacio exterior y ha supuesto un nuevo motivo de tensión entre Estados Unidos y China.
Desafío y liderazgo en el "Golden Dome"
Una de las prioridades inmediatas del general Guetlein es la conformación de un equipo de expertos cohesionado y altamente capacitado. Este grupo será fundamental para la identificación e integración de la tecnología más puntera. Como apuntan desde Defense News, Guetlein ha sido muy selectivo en la elección del talento, buscando perfiles que comprendan la urgencia y el ritmo necesario para avanzar con celeridad.
Aunque la plantilla aún está en construcción, Guetlein ya maneja una lista de alrededor de treinta candidatos procedentes de la industria y el ámbito académico, con los que espera contar para impulsar el programa. Además, está articulando un consorcio a nivel nacional que englobará a empresas, laboratorios y universidades, sirviendo tanto de proveedores de capacidades como de asesores técnicos.
Entre sus primeras tareas como director del programa, Guetlein debe elaborar una visión detallada de la arquitectura del "Golden Dome" y presentarla al secretario de Defensa, Pete Hegseth, en un plazo máximo de sesenta días. Para perfilar esta estrategia, tiene previsto reunirse con el general Gregory Guillot, al mando del Mando Norte de EE. UU., y con el general Stephen Whiting, jefe del Mando Espacial de EE. UU., con el fin de analizar las deficiencias actuales en la arquitectura de defensa nacional.
Los pilares tecnológicos y el plazo presidencial
El presidente Donald Trump anunció sus planes para el desarrollo del "Golden Dome" durante su primera semana en el cargo. En mayo, el expresidente incrementó el desafío al fijar un plazo de finalización para 2028 y un presupuesto de 175.000 millones de dólares para el programa. En aquel momento, Trump afirmó que el sistema sería "el mejor jamás construido".
Guetlein ha identificado el desarrollo y despliegue de interceptores capaces de neutralizar amenazas misilísticas desde el espacio como el mayor reto técnico del proyecto. Aunque las capacidades ya existen y se han probado, subsisten interrogantes sobre la cantidad de interceptores necesarios y su coste asociado, así como sobre la capacidad económica y de escalabilidad para construir los satélites y expandir la base industrial necesaria.
Una tarea a más corto plazo se centra en la integración de los diversos sistemas de las fuerzas militares en una arquitectura común de mando y control. Esto implica la sincronización de sensores, armamento y canales de comunicación para asegurar un funcionamiento coordinado y eficaz del conjunto.
Para abordar estos desafíos, Guetlein planea llevar a cabo demostraciones incrementales cada seis meses, con el propósito de entregar capacidades de manera continua. El general ha subrayado la premura de los plazos, reiterando el compromiso de cumplir con la entrega de esta capacidad en los tres años establecidos por la presidencia.
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