Carrera a la Casa Blanca
Los reveses judiciales no desgastan a Trump
Sus acusaciones de «juicio político» y «caza de brujas» contra Biden calan entre el electorado republicano, entre el que es el favorito en los sondeos de cara a las primarias de 2024
Donald Trump tiene la habilidad de convertir un revés legal en su mejor arma, y esta vez no ha sido menos. Da igual que un juez le haya imputado dos veces en menos de tres meses y que enfrente varias causas legales que le van a seguir llevando ante las Cortes por lo menos hasta finales de marzo del 2024, cuando será juzgado por 34 delitos criminales, el exmandatario sabe mejor que nadie cómo reconducir la tempestad y conquistar el corazón de los votantes.
Al día siguiente de la lectura de cargos en un tribunal federal de Miami por presuntamente retener documentos clasificados y no colaborar con su devolución, la campaña electoral de Trump envió un email a sus seguidores asegurando que se habían recaudado 6,6 millones de dólares, 4,4 millones de manera digital desde que se anunció su acusación el jueves 8 de junio y 2,1 en el evento planeado anteriormente y celebrado la misma noche de la imputación en su club de golf en Bedminster, en Nueva Jersey.
¨Hoy marca el comienzo del fin de la presidencia corrupta de ¨Crooked Joe¨ (en español viene a ser algo así como ¨Joe torcido¨). Por favor haga una contribución de CUALQUIER cantidad, de verdad, incluso solo 1 dólar, para DEFENDER pacíficamente nuestro movimiento de las interminables cacerías de brujas¨, decía en uno de los varios emails que envía su equipo de comunicación a lo largo del día solicitando apoyo financiero para su cruzada.
Confirmar las cifras de la recaudación es imposible hasta que la campaña presente sus datos el próximo mes, pero lo que sí queda demostrado es que su popularidad en los últimos días ha vuelto a vivir un empujón importante tras pasar por delante del juez. Donald Trump continúa encabezando la lista de candidatos republicanos (seguido del gobernador de Florida, Ron DeSantis) para las elecciones primarias dentro de su partido, aunque es cierto que cada vez más votantes republicanos empiezan a estar preocupados por los problemas legales de su líder, sobre todo hay inquietud entre el electorado independiente. Además, el exmandatario ha ido ganando posiciones y se ha conseguido situarsee casi a la par del que podría ser su contrincante final, el presidente Joe Biden. Según la última encuesta de Quinnipiac University el 48% de los encuestados apoyaría a Biden frente a Trump, con un 44% de apoyo. Unos datos que han hecho saltar las alarmas en el partido demócrata.
Trump, que el pasado miércoles cumplió 77 años, es el primer presidente y expresidente que enfrenta una acusación federal, pero aun así ha conseguido convencer a gran parte de su electorado que él es solo una víctima más de lo que tilda de ¨caza de brujas¨, un ¨juicio político¨, ¨una interferencia electoral¨ orquestada por el presidente Joe Biden para impedirle su regreso a la Casa Blanca. Desde el actual gobierno y el partido demócrata están intentando mantenerse al margen de cada proceso legal que vive el candidato republicano y su estrategia hasta ahora ha sido no hacer valoraciones. Los asesores de Biden coinciden en que el silencio es su mejor aliado porque cualquier comentario podría alimentar las afirmaciones de Trump acerca de una persecución política.
El presidente estadounidense ha tratado de mostrar siempre que su administración y el Departamento de Justicia son dos entidades completamente separadas. Todo con el fin de restar argumentos a la acusación de Trump de que es el sistema legal está politizado. Pero es importante hacer hincapié en que esta ocasión, Biden podría atacarle con el mismo argumento. En EE UU los jueces son elegidos por los gobernantes de turno, y en este caso se da la coincidencia de que la jueza que se encargará del proceso de Trump fue designada por él mismo el pasado noviembre en un cargo que es vitalicio, indefinido. La jueza Aileen Cannon, exfiscal federal adjunta en Florida, ya tuvo que enfrentar críticas de poca imparcialidad y favoritismo al exmandatario cuando el año pasado interrumpió la investigación del Departamento de Justicia para nombrar a un ¨investigador especial¨ que revisara los documentos incautados por el FBI en la mansión de Mar-a- Lago de Trump, una medida extraordinaria, según apuntaron en su día varios expertos, que sorprendió a muchos.
Un ordenador en la oficina del secretario del Distrito Sur de Florida es el encargado de asignar al azar los nuevos casos que llegan a los juzgados entre los 5 jueces que hay en esa división. Esta vez, Cannon fue la elegida para conducir el proceso de Trump. Según la Ley Federal estadounidense, si los fiscales tienen dudas razonables sobre que la jueza no va a ser justa, pueden presentar una declaración jurada solicitando un cambio de magistrada en el proceso. La misma Cannon también podría apartarse del caso por decisión propia, pero de momento no hay señales de que ninguna de las dos opciones vaya a ocurrir.
Aileen Cannon es hija de un cubano exiliado, nació en Cali (Colombia) hace 42 años y creció en Miami. Ha sido miembro de la Federalist Society (Sociedad Federalista), una organización legal conservadora que ha defendido a los jueces designados por Donald Trump. Llegó a EE UU siendo una niña y en 2003 se graduó en la Universidad de Duke. Tiene escasa experiencia en juicios criminales. Según "The New York Times", una base de datos de Bloomberg Law asegura que hasta ahora se le han asignado 224 casos penales, y de ellos el diario estadounidense ¨identificó cuatro que fueron a juicio¨, por lo que no ha vivido más de ¨14 días¨ de proceso penal. A pesar de esta situación, el expresidente ha repetido hasta la saciedad que su juicio está amañado y él es una víctima. Aún no ha hecho referencia a que la jueza que lleva el proceso en esta ocasión ha sido su propia elección, una decisión que además tomó en las últimas horas antes de salir de la Casa Blanca.
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