Conflicto armado
El talón de Aquiles de EE UU: el uso de misiles THAAD revela una peligrosa brecha de suministro
Washington habría agotado al menos una cuarta parte del suministro de los misiles durante la guerra de los 12 días
Las consecuencias de la última escalada de hostilidades entre Irán e Israel, bautizada como la guerra de los 12 días, también habrían afectado al arsenal militar de Estados Unidos. El conflicto, que se inició el pasado 13 de junio tras un bombardeo de Israel sobre posiciones estratégicas del régimen iraní, derivó rápidamente en la implicación de EE UU, primero de forma indirecta y después con participación activa. Según medios internacionales, esta intervención habría provocado una tensión notable en el suministro de interceptores de misiles estadounidenses.
De acuerdo con la cadena CNN, al menos una cuarta parte del stock de misiles THAAD (Terminal High Altitude Area Defense), diseñados para interceptar misiles balísticos en su fase terminal, habría sido utilizada durante el conflicto. Esto equivaldría al lanzamiento de aproximadamente 150 interceptores en apenas dos semanas de combates. En concreto, dos de los siete sistemas THAAD estadounidenses fueron enviados a Israel para reforzar sus defensas frente a los ataques iraníes.
La situación llegó al punto en que, según The Wall Street Journal, el Departamento de Defensa de EE UU llegó a plantearse redirigir interceptores originalmente destinados a Arabia Saudí hacia los sistemas operativos en Israel, una medida que finalmente no se concretó.
CNN, citando a fuentes familiarizadas con la operación, advirtió que el uso intensivo de interceptores en un periodo tan breve ha puesto en evidencia los límites actuales de la industria armamentística estadounidense, especialmente en lo que respecta a la capacidad de producción acelerada de este tipo de misiles de alta tecnología. Durante los 12 días que duraron los enfrentamientos, Irán habría lanzado más de 400 misiles balísticos, aunque, según las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), solo una pequeña fracción alcanzó áreas urbanas gracias a la efectividad de los sistemas de defensa desplegados.
Así funcionan los THAAD
El sistema THAAD es una de las piezas clave del escudo antimisiles estadounidense. Diseñado para interceptar misiles balísticos de corto a medio alcance, actúa en la fase final del vuelo del proyectil, tanto en el interior como en las capas altas de la atmósfera. Opera con un radar de largo alcance y alta precisión, que detecta amenazas a más de mil kilómetros y guía al interceptor hacia su objetivo. El misil interceptor no porta explosivos; en su lugar, destruye el objetivo mediante colisión directa a gran velocidad -una tecnología conocida como 'hit-to-kill'.
El sistema es altamente móvil, se despliega en camiones y puede funcionar de forma autónoma o integrada con otras plataformas. Cada batería THAAD cuesta alrededor de 800 millones de dólares, mientras que el precio unitario de cada interceptor ronda los 11 millones de dólares. A pesar de su eficacia, la capacidad de producción es limitada. Según datos citados por CNN, en 2024 Estados Unidos solo logró fabricar 11 interceptores nuevos, y se espera recibir apenas otros 12 durante el actual ejercicio fiscal. Esta escasa cadencia de producción podría representar un punto débil estratégico si se repitieran conflictos de alta intensidad como el vivido recientemente en Oriente Medio.