Espionaje

Un ataque masivo desmonta la ciberseguridad de EE UU

Washington acusa a Pekín del robo de información de millones de funcionarios

Barack Obama, junto a Jeh Johnson, secretario de Seguridad Nacional, en el centro de ciberseguridad de Arlington, en una imagen de archivo
Barack Obama, junto a Jeh Johnson, secretario de Seguridad Nacional, en el centro de ciberseguridad de Arlington, en una imagen de archivolarazon

Lo han vuelto a hacer. Piratas informáticos con sede en China son sospechosos de nuevo de haberse adentrado en el sistema informático del Gobierno de Estados Unidos. Según el departamento de Seguridad Nacional, la fuerza laboral federal al completo podría estar en peligro en esta ocasión. Esto significa que podrían estar comprometidos todos los trabajadores de todos los departamentos. Según un comunicado de dicha institución, información de la Oficina de Gestión de Personal, es decir, el departamento de Recursos Humanos de la Administración de Estados Unidos, y del personal de Interior ha sido comprometida. «El FBI lleva a cabo una investigación para identificar cómo y por qué esta fuga de información ha tenido lugar», se puede leer en un comunicado enviado ayer desde Washington. En esta ocasión, fue la senadora republicana de Maine, Susan Collins, la encargada de apuntar con el dedo a Pekín. Como miembro del comité de Inteligencia del Senado, indicó que «la brecha ha sido otra muestra de lo que puede hacer una fuerza extranjera».

En cambio, desde Pekín, no tardaron en desmentir lo que se aseguró desde Washington. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Hong Lei, hizo hincapié en una rueda de prensa rutinaria en que «se espera que Estados Unidos tenga menos sospechas y deje de hacer comentarios que están sin contrastar. Y sí muestre más confianza y participe más en lo que es la cooperación», indicó Hong, como cada vez que desde su Gobierno se desmiente cualquier acusación de ciberataque. «Sabemos que los piratas informáticos conducen ataques de forma anónima, a lo ancho de todas las naciones, y que es muy difícil saber cuál es el lugar de procedencia. Hacen conjeturas. Es irresponsable y poco científico sin haber hecho una investigación previa», apuntó Hong.

Esta fuga de información es la tercera por intrusión extranjera que sufre un sistema informático federal en el último año. El primero fue hace meses, cuando funcionarios de la Casa Blanca y el departamento de Estado hallaron que sus sistemas de correo electrónico fueron comprometidos en un ataque que posteriormente fue atribuido a piratas informáticos rusos. En ese caso, los intrusos se hicieron incluso con correos electrónicos no clasificados del presidente Barack Obama. El pasado verano, desde la oficina de personal se reveló una fuga de información en la que los piratas se habían hecho con carpetas de decenas de miles de trabajadores que habían solicitado acceso a información de alto secreto. Esto quiere decir que querían identificar a los agentes encubiertos, científicos y otra información de máxima seguridad del Gobierno de Estados Unidos y otros extranjeros. En esta fuga de información también se cree que estaban implicados piratas informáticos de China.

Más información recabada

De momento, se desconoce cuál es el objetivo y el alcance del último ataque, al haberse hecho con mucha más información que en los anteriores. La brecha en seguridad se produjo días antes de que en la Oficina de Personal se pusiera en marcha una serie de nuevos procedimientos de seguridad que restringen el acceso remoto de los administradores de la red. Aun así, el anuncio del Gobierno de esta fuga coincide con la última filtración sobre las prácticas secretas de la Administración Obama. En la misma, se reveló la ampliación de la vigilancia sin órdenes judiciales del tráfico internacional de los estadounidenses en internet en su búsqueda de piratas en el ciberespacio. Según los documentos sustraídos por el ex contratista de la Agencia de Seguridad Nacional Edward Snowden, a mitad de 2012 los abogados del departamento de Justicia escribieron dos informes que permitían a la agencia de espías comenzar con la caza de cables de internet sin orden judicial que estuviesen relacionados con intromisiones en ordenadores y originadas fuera de las fronteras de Estados Unidos.

A su vez, esta nueva filtración se produce después de que se haya aprobado una ley en el Congreso para controlar los programas de vigilancia secretos del Gobierno. Esta nueva norma todavía da amplio margen a la Casa Blanca para continuar con sus planes de espionaje a los ciudadanos. En cambio, al menos, sí es el primer texto legal que se aprueba sobre estas prácticas oscuras antes amparadas en un párrafo poco claro de la Ley Patriota, la cual fue aprobada inmediatamente después de los ataques a las Torres Gemelas y al Pentágono en 2001.

Las últimas agresiones

Abril de 2015

«Hackers» rusos son los principales sospechosos de los ataques sufridos por el Departamento de Estado, a través de los cuales habrían conseguido acceder a información del sistema informático de la Casa Blanca.

Agosto de 2014

El banco JP Morgan es víctima de un ciberataque, EE UU lo tacha de «espionaje internacional».

Julio de2013

El Gobierno y el Ejército chino lanzan decenas de ataques para acceder a la información armamentística de Estados Unidos.

Febrero de 2013

Washington acusa a China de estar detrás de una larga serie de ciberataques contra empresas e instituciones especializadas en la seguridad en la red.