Venezuela

Un galardón contra el hambre en el país de la escasez

El presidente de Venezuela visitó ayer al Papa en el Vaticano
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¿Cómo se puede premiar que los precios de los alimentos en Venezuela se hayan multiplicado por 31 en los últimos años? ¿Cómo es posible que con lo que gasta una familia en Venezuela en alimentos al mes le alcanzara para comer durante más de dos años y medio a comienzos de 1999? ¿Revisó la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) realmente la situación venezolana? Son preguntas obvias, aunque sin respuesta. El premio de la FAO que recogió el pasado domingo el presidente Nicolás Maduro por contribuir a la reducción del hambre en su país ha causado polémica en Venezuela, porque en la práctica, la organización mundial lo que ha premiado es la desnutrición, la escasez y la inflación. A esto hay que sumar el hecho de que a pesar de los miles de millones de dólares que el Gobierno ha recibido de la renta petrolera en Venezuela, aún existen 2,5 millones de personas viviendo en la pobreza extrema.

Para cumplir con el Desafío Hambre Cero hay que lograr cinco objetivos: acceso a una alimentación adecuada todo el año para toda la población; cero retraso en el crecimiento en la primera infancia; sistemas alimentarios sostenibles; cien por cien de incremento en la productividad y el ingreso de los pequeños productores, además de no desperdiciar alimentos ni tener pérdidas después de la cosecha.

Pero como explica el diputado Julio Borges, coordinador nacional del partido Primero Justicia, «la cruda realidad que sufrimos es totalmente distinta a lo que supuestamente se debió lograr para ser merecedores de un reconocimiento. Lo único que pudiera considerarse es la reducción de la pobreza extrema, según cifras oficiales, pero eso ha sido resultado exclusivo del inmenso chorro de dólares».

Para este diputado opositor, «el premio de la FAO es producto del lobby del ex presidente Lula Da Silva y su equipo que tienen a muchos enchufados en la FAO, quienes lograron montar un show que no es otra cosa que un premio comprado con los favores de tantos países que chulean a Venezuela. Ya no les basta con caerle a mentiras a los venezolanos sino que ahora el show mediático es internacional», agrega.

Los venezolanos han sufrido en los últimos años la escasez periódica de algunos alimentos y productos, entre ellos café, azúcar, aceite, manteca, harina y papel higiénico, una situación que se ha recrudecido en las últimas semanas.

Debido al desabastecimiento, el Parlamento aprobó hace unas semanas un crédito por más de 500 millones de bolívares (59,9 millones de euros) para hacer llegar al mercado papel higiénico, pasta dental, jabón, pañales y toallas sanitarias.

Prueba de ello es que Venezuela espera la llegada de unas 760.000 toneladas de alimentos procedentes de estados con los que está asociada y que serán destinados a la reserva alimentaria nacional. El Gobierno chavista acude de nuevo en busca de los países aliados, encantados de cambiar arroz por petróleo. La desesperación siempre fue un buen negocio.