Casamiento amargo

Viajó ocho horas para ir a la boda de unos amigos en Escocia: cuando llegó se tuvo que dar la vuelta por una razón sorprendente

La joven, que asistía a su primera boda, descubrió demasiado tarde que solo estaba invitada a la ceremonia y no al banquete

Este es el gasto más alto en una boda española
Boda en EscociaLa Razón

Lo que prometía ser una experiencia inolvidable acabó convirtiéndose en una amarga decepción para una mujer que viajó durante 16 horas hasta Escocia para asistir a la boda de una compañera de trabajo. Ilusionada por acudir a su primer enlace, la invitada se encontró con la desagradable sorpresa de que solo estaba invitada a la ceremonia y no al banquete posterior, algo que no había visto en la letra pequeña de la invitación.

La protagonista, que compartió su historia en Reddit, relató cómo tras disfrutar de la ceremonia junto a otro compañero, ambos acudieron emocionados al lugar del convite para buscar sus asientos. Sin embargo, el maestro de ceremonias les informó de forma tajante que sus nombres no figuraban en el plan de mesas porque únicamente estaban invitados a la iglesia y a la fiesta de la noche. "Me sentí absolutamente humillada", confesó.

Avergonzados, ambos decidieron marcharse discretamente. Pasaron las horas siguientes en una cafetería local y más tarde descansaron en su alojamiento, donde la dueña intentó consolarles y hasta se ofreció a llevarlos de vuelta a la fiesta nocturna. Aunque finalmente regresaron, descubrieron que eran los únicos invitados “de la noche” y que todos los demás llevaban horas bebiendo, por lo que terminaron abandonando la celebración antes de tiempo.

Como gesto de protesta, la mujer y su compañero recuperaron el dinero que habían metido en la tarjeta de felicitación —50 libras cada uno— aunque sí entregaron el regalo que habían comprado del registro de bodas. Pese al mal sabor de boca, la historia despertó una gran ola de apoyo en redes sociales, donde muchos usuarios criticaron la falta de consideración de la novia y coincidieron en que lo habitual es invitar a alguien a toda la celebración o, como mucho, solo a la parte final, pero no a todo menos al banquete.