Independencia de Reino Unido
Víctima de su propia amb
Cuando el popular político se convirtió en cabecilla de la campaña euroescéptica, los expertos señalaron que, más que por convicción, lo suyo era pura estrategia para ganarse el apoyo de los tories una vez llegara el momento de elegir nuevo líder. Pero la jugada no ha salido como esperaba y finalmente ha sido víctima de su propia ambición. La campaña Vote Leave (Vota para Salir) se ha aprovechado de su verborrea y a la hora de la verdad le ha dado la espalda. Nadie esperaba un final así para el político de melena albina.
Boris ansiaba las llaves de Downing Street desde los tiempos universitarios de Oxford, donde coincidió con David Cameron. Era único aludiendo a los clásicos en los improvisados discursos que se montaban en las escaleras. Acabó presidiendo la reputada Oxford Union Society. Se presentó como candidato varias veces, no siempre con los “tories”, y finalmente consiguió su objetivo en 1985. Todo hacía pensar que se dedicaría de lleno a la política, pero al terminar la universidad se fue por la rama del periodismo y fue Cameron quien sorprendió a todo el mundo concertando una cita con el Partido Conservador.
Pero en 2008 sus caminos se volvieron a unir. Cameron no dudó en tirar de su “amigo” para presentarle como candidato a la alcaldía de Londres. ¿Qué otro podría haber derrotado a Ken Livingstone, el perpetuo rebelde del Partido Laborista? Sin embargo, todo el mundo era consciente que, tarde o temprano, la alcaldía de Londres –cargo que ocupó hasta el pasado mes de mayo- se le quedaría en algún momento pequeño. Con el escaño que ganó en 2015, se aseguró su salto al panorama nacional. Pero finalmente, la ambición ha podido con él.
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