Cataluña

La CUP sólo avalará los Presupuestos si incluyen la «desobediencia frontal» al Estado

Acusa a JxSí de llevar a cabo políticas propias de un proyecto privatizador

Los diputados de la CUP, Benet Salellas, y Anna Gabriel a su llegada al Parlament
Los diputados de la CUP, Benet Salellas, y Anna Gabriel a su llegada al Parlamentlarazon

La CUP sólo avalará unos Presupuestos catalanes si plantean la "desobediencia clara y frontal en relación a las imposiciones del Estado", especialmente en lo que respecta al techo de déficit y la suspensión de impuestos y leyes.

Carles Puigdemont se estrenó ayer en las reuniones del Círculo de Economía con los deberes hechos para tejer complicidades con el lobby empresarial con más influencia en Cataluña. Tanto es su peso, que en esta edición, que se celebra a apenas quince días de que arranque la campaña del 26-J, los principales cabezas de lista en liza (Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias) desfilarán por Sitges (Barcelona). Puigdemont se cuidó de hacer un discurso políticamente correcto. No nombró a la CUP, ni siquiera cuando habló de los presupuestos. Es más, lanzó un guiño al PSC y a Podemos para que valoren apoyar unas cuentas que apuestan en un 73% por el gasto social, que cumplen con el déficit y son realistas. Es posible que el guiño tenga que transformarse en negociación porque la CUP amenaza con romper la colaboración con JxSí si el Govern no presenta unos presupuestos que planteen «una desobediencia clara y frontal a las imposición del Estado».

Pero Puigdemont aseguró a los empresarios que no le verán conjugar el verbo desobedecer. «No me encontrarán en la desobediencia, sino en el empeño de ir de ley en ley», advirtió a sus socios, que, con astucia, lograron colarse en el XXXII encuentro del Círculo de Economía, pese a que Puigdemont tuvo la precaución de no citarlos. A la misma hora en que intervenía el president de la Generalitat, los antisistema hicieron llegar a la Prensa los detalles de la ponencia política que aprobó el domingo, donde subraya que no avalará unos presupuestos que no desafíen al Estado, especialmente en lo que respecta al techo de déficit y a la suspensión de impuestos por parte del Tribunal Constitucional.

Con sólo diez diputados, la CUP tiene la legistatura por el mango. Aunque tanto Puigdemont como Oriol Junqueras defienden que pueden continuar con unas cuentas prorrogadas, el avance electoral en octubre amenaza a Cataluña. Además, de poner en jaque el mandato de Puigdemont y traicionar el pacto que empujó a Artur Mas a dar un paso hacia a un lado, la CUP aguó el estreno de Puigdemont en Sitges, donde logró seducir al auditorio.

Aunque las del 26-J no son elecciones, sorprendió con un anuncio que a los políticos les gusta hacer en campaña: bajará el IRPF a las rentas bajas. «Ha llegado el momento de aligerar la presión fiscal a los catalanes», proclamó. La noticia llega tras un tenso debate con ERC, que proponía subir el IRPF a las rentas superiores a 90.000 euros para compensar la rebaja. Puigdemont confirmó que no subirá impuestos, porque los ciudadanos no han de cargar con un mal sistema de financiación.