Lifestyle
Llega la primavera al Museo Sorolla
Ha llegado la primavera!! Todas las plantas se desbordan, todos los verdes son provocadores, los nuevos tallos presumen de sus hojas y orgullosas bailan al ritmo del viento. Incluso el canto de las aves es más claro y alegre. Y es que un ambiente más limpio nos dignifica a todos.
Por primer vez desde el 1929, el mítico Rosal Amarillo del jardín de la Casa Museo Sorolla, se ha reencarnado y ha vuelto a trepar como lo hacia en sus mejores días el rosal original.
“Mirad qué belleza, cómo se ha puesto el rosal amarillo.La lluvia, la falta de polución yel aire limpio lo han puesto esplendoroso !!!! ¡Precioso! Qué ganas de ir al Museo Sorolla!!!! Me la acaba de enviar Enrique Varela, el actual director del museo, como regalo esta mañana!!” Este es el mensaje que viene con la foto que me ha enviado nuestra amiga Blanca Pons-Sorolla, la bisnieta del pintor y presidenta de La Comisión Permanente de la Fundación Museo Sorolla.
La casa madrileña que el pintor valenciano más universal construyó, y donde vivió, hoy alberga un museo lleno de historia, con mas de mil trecientos cuadros y cinco mil dibujos, además de muebles y cartas. Es ahí donde Blanca me contó, mientras paseábamos por esos jardines que diseñó el propio artista, la historia de amor detrás del mítico cuadro el “Rosal de La Casa Sorolla”, que es por tanto, el monumento al recuerdo de ese amor.
La historia de amor entre Clotilde y Joaquín Sorolla comenzó en 1879, siendo ambos muy jóvenes. Esta historia de amor se mantuvo a lo largo de toda la vida, marcando la trayectoria artística del pintor. Por ello Clotilde es una de las mujeres más retratadas por Sorolla, y su vida puede reconstruirse mediante pinturas y dibujos de los que es protagonista.
El pintor construyó esta casa que hoy es su museo y la planeó hasta el último detalle para que fuera el hogar de la pareja. En ella vivieron felices con sus hijos. Un día plantó un rosal amarillo en su jardín, con sus propias manos. Él mismo lo ‘retrató’ en varias vistas de los jardines de su casa. Especialmente hermoso es el cuadro que lleva por título “Rosal de la casa Sorolla” (1918-1919), donde pinta el rosal florido en todo su esplendor.
Durante los viajes que tenía que realizar el pintor, su esposa “Clotilde respondía a sus cartas poniéndole al día de si el rosal amarillo de su casa había ya florecido”. Pasaron los años y Sorolla murió, el rosal enfermó, y se secó definitivamente, poco después, cuando murió Clotilde.
El rosal amarillo era el favorito de Clotilde, y ya no estaba.
Según se recoge en una entrevista a Joaquín Sorolla García, hijo del matrimonio y primer director del museo, en una entrevista “La casa de Sorolla, convertida en Museo”. Blanco y Negro, en 1932 “este hermoso rosal amarillo de la fachada de la casa, enfermó a la muerte de Sorolla y murió poco después de hacerlo Clotilde: ¿Usted recuerda esta casa hace diez años? Tenía un hermoso rosal de rosas amarillas que trepaba por la fachada principal del hotel. Cuando murió mi padre el rosal enfermó. Perdió su antigua y bizarra lozanía, y ya sus ramas no trepaban audaces hasta las ventanas altas para brindar de cerca sus flores. Le prodigamos mil cuidados, llamamos a técnicos, pero todo inútil. Seis años después, al morir mi madre, el rosal empeoró visiblemente. Los cuidados aumentaron, llamando a expertos jardineros, quisimos defender a todo trance la vida del rosal. Inútilmente. El rosal se murió.”
Enrique Varela, el actual director del Museo quien acaba de publicar un maravilloso libro que se titula “Los Jardines de la casa Sorolla. Biografía de una obra de arte” me comenta:
“Para empezar te puedo decir que, Joaquín Sorolla encargó el diseño de su casa al reputado arquitecto Enrique María de Rebulles, pero el diseño de los jardines de la casa es obra del propio Sorolla, que en este caso actuó, no como pintor, sino como paisajista.
Cuando en 1911 se termina la construcción de la casa, también se realizaron las primeras plantaciones de especies vegetales en el jardín.
El rosal amarillo, situado en el pórtico de entrada a la casa, ocupó desde un primer momento un lugar destacado en la configuración arquitectónica y vegetal del primer jardín de la casa.Las ideas para el diseño del jardín primero de la casa, las toma Sorolla del jardín de Troya de los Reales Alcázares de Sevilla.
Sorolla y presuponemos que su mujer Clotilde decidieron plantar un rosal trepador en las columnas del pórtico de entrada. Como señala Coro Miralles (ingeniera agrónoma y paisajista) en el catálogo de la exposición que celebró el Museo “ Sorolla, un jardín para pintar”, “las plantas trepadoras representan la fusión entre la naturaleza y la arquitectura, y también desvelan un simbolismo relacionado con el amor devoto, la fidelidad y la unión de almas”. De hecho, este rosal trepador guarda una historia vinculada precisamente con ello. El hermoso rosal que hoy podemos disfrutar en el primer jardín de la casa es una plantación reciente, que rememora ese rosal anterior”
No se volvió a conseguir que un rosal amarillo creciese y trepase por la fachada del Museo hasta que Consuelo Luca de Tena fuera nombrada hace años directora del Museo (hoy ya exdirectora), que como gran amante de jardines y especialmente de jardines históricos decidió romper esa especie de maleficio. Buscó y encontró con la ayuda de Lucía Sarredi, la jardinera paisajista de la Casa Sorolla, el rosal amarillo que deseaba, y el primer año aparecieron unos capullos amarillos muy hermosos, pero cuando las rosas abrieron se volvieron casi blancas. Se ocupó de que se le alimentara con los minerales necesarios para que lucieran en su color. Al año siguiente las rosas eran amarillas, pero la “araña roja” atacó al rosal. Sin embargo lo sacaron adelante a base de cuidados y poco a poco fue creciendo y regalándonos rosas amarillas.
Pero nunca como esta primavera que, con el confinamiento por el Covid-19, las lluvias frecuentes y la atmósfera de Madrid limpia y fresca, el rosal nos está regalando sus mejores galas… Así cuando el Museo Sorolla vuelva a abrir sus puertas al público, disfrutaremos aún mas de la belleza de su casa y de sus jardines”.
✕
Accede a tu cuenta para comentar