Infidelidad

Radiografía de la traición

Pensamos que “te meten los cuernos” cuando hay sexo por medio, pero la infidelidad emocional es mucho peor. No hay nada que separe más a una pareja que tener sentimientos por un tercero.

Deseo, fidelidad y lealtad ¿son términos incompatibles en las parejas?
Deseo, fidelidad y lealtad ¿son términos incompatibles en las parejas?unsplashUnsplash

¿Qué es una traición? No existe una respuesta certera, ya que cada persona varía y tiene sus propios límites y creencias. Hay quien considera que coquetear por redes sociales ya es una infidelidad, mientras que existen también los que afirman que “mirar sin tocar” no significa nada. Hay quien piensa que echar una canita al aire sin que la pareja se entera puede incluso enriquecer una relación y quien no perdonaría una infidelidad en la que el sexo no sea el protagonista pero sí el tener conexión con otra persona. Además de que cada pareja tiene su particular concepto de fidelidad, en los últimos años hemos abierto el abanico de las relaciones a una red de opciones infinitas (amigovio, poliamor, triejas…) donde lealtad y fidelidad se diluyen y entremezclan sin poder especificar los limites.

Lo que si está claro es que si haces algo ocultándolo a tu pareja, eso podría ser un inicio de infidelidad. Si tienes que esconderte para mandar un mensaje o mientes a tu pareja para tomar un “inofensivo café”, enciende las alarmas de los cuernos.

La infidelidad por sexos

Los hombres tienen tendencia a engañar cuando ven en su edad que aparece un 9, y es que el cambio de década les hace sentir ganas de experimentar. No por nada está tan asentada la crisis de los 50, aunque el periodo entre los 29 y los 49 años es el que se lleva la palma.

En cuanto a las mujeres, es la temida cuarentena el momento crítico para las infieles. Con cuarenta años una mujer se siente aún joven pero más madura y busca un escape en su vida. Muchas veces ese periodo de rebeldía lo encuentra en los brazos de un compañero de trabajo. Sin embargo, las mujeres de 20 y 30 son menos propensas a engañar a sus parejas sin motivo justificado.

¿Y en parejas casadas? Un parámetro que influye a la hora de medir la propensión a la traición es la cantidad de años que lleve un matrimonio casado. Después del séptimo año (¿os suena la famosa crisis?) cinco de cada diez mujeres y seis de cada diez hombres engañan a su pareja. Sin embargo, después de llevar doce años casados, los matrimonios se estancan en una fidelidad acomodada.

Clases de infidelidades

La traición física. Esta es la más rotunda y clara, y sin embargo también puede tener su nicho de discordia. Todos los que hayan visto la serie Friends se acordarán cuando Ross y Rachelse dan un tiempo” y él se empieza a ver con otra mujer. Para muchos, acostarse con un tercero no es infidelidad si se produce durante un periodo de pausa de la pareja mientras que para otros se cae igualmente en la deslealtad.

Dentro de esta traición cada pareja tiene que delimitar también su significado: mientras hay parejas que solo no perdonarían un contacto físico, para otras un simple beso ya puede ser motivo de ruptura.

Las fantasías sexuales. Otro terreno pantanoso es tener sueños eróticos de manera recurrente con alguien que no es tu pareja. Es difícil separar la línea entre pensar en una compañera de gimnasio (por ejemplo) y otra el condicionar tu día a día para hacer coincidir vuestros horarios o rutinas solo para verla y hablar con ella. Esta conducta, aunque se ampare bajo el terreno de la fantasía, es abono de inseguridades y una actitud deshonesta.

Las redes sociales. Sí, estar coqueteando por redes o alabar el cuerpo de una persona puede ser considerado un tipo de traición implícitamente sexual. También se puede pensar el tiempo que esa persona usa para estar interactuando con otras vía redes en vez de estar atendiendo a su pareja. Este tipo de comportamiento causa mucha inseguridad en la otra parte, además de hacer que se sea propenso a intentar averiguar a quién sigue su pareja y con quien habla. (Y además de infidelidades nos metemos en el tóxico mundo de los celos y en control).

La traición emocional. Tener sentimientos por otra persona es parte de la infidelidad. Querer conocer a alguien, sentir cariño… no tiene porqué ser malo, pero si cultivas esa “curiosidad” por esa persona a espaldas de tu pareja oficial, sí que estás en el camino de la traición.

Es fácil pasar de la admiración y el cariño por otra persona a enamorarse de ella, aunque no haya relaciones sexuales. Tener monotonía en la pareja, insatisfacción sexual, ganas de reafirmar la autoestima o el continuar en contacto con un ex con el que nunca se acabó de cerrar la relación puede hacer que sintamos confusión sobre nuestros vínculos afectivos. Y desarrollar sentimientos sobrepasa a lo que sería un simple intercambio sexual.