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¿Eres un ‘Grinch’ de la Navidad? Hablamos con un experto para saber por qué pasa y cómo puedes disfrutar de estas fechas
Si la Navidad te produce un profundo rechazo tranquilo, no estás solo
Cuando llega esta época del año, parece que la alegría inunda todo lo que nos rodea. Y si miramos a nuestro alrededor, todo parece rebosar felicidad mires donde mires. Porque parece que en cuanto se acerca la Navidad, el único estado de ánimo posible es la felicidad y la emoción. Las luces, las comidas, las reuniones con amigos y familia, los regalos, las actividades... Pero, aunque en general suele ser así, ya que las celebraciones de estas fechas lo propician, también hay cada vez más gente que no solo no se siente identificada con estos sentimientos, si no que están deseando que llegue el 8 de enero para pasar página. Esas personas son las que la tradición popular se ha empeñado en denominar “Grinch”, en referencia al persona de la ficción que quería cargarse la Navidad. Pero más allá de la anécdota, ¿por qué pasa esto? ¿Se trata simplemente de una cuestión de gustos o ese rechazo a esta época del año esconde algo más?
Hemos querido preguntarle a Lidia Alvarado, psicóloga y experta en el bienestar sentimental, que lleva años ayudando a las mujeres a transformar su vida sobre esta sensación. Para Lidia, el “Síndrome del Grinch” se caracteriza por manifestar un profundo sentimiento de odio hacia todo lo que tenga algún significado navideño. Para saber cuál es su origen hay que entender que la Navidad tiene una connotación especialmente emocional.
Ese ambiente que envuelve a la Navidad, provoca en la mayoría de las personas una activación neuronal que desemboca en el llamado “espíritu navideño”, que se acompaña de emociones positivas como ilusión, esperanza, buenos deseos, etc. Pero que también puede generar emociones negativas y dar lugar a tristeza, reacciones de enfado y odio por todo lo que rodea a la Navidad, convirtiéndose en una condena.
Ahora bien, estar triste en Navidad no tiene por qué ser sinónimo de ser un Grinch. Esta época implica un cierre de ciclo y tendemos a hacer un balance del año, enfrentándonos a recuerdos de situaciones dolorosas vividas que pueden generar tristeza, añoranza o soledad, y que nos impiden disfrutar del todo de la navidad.
Si eres un auténtico Grinch es probable que te sientas identificado con la mayoría de estas afirmaciones:
-Ver a los demás felices y disfrutar de la navidad incrementa tu enfado y tu odio.
-Evitas por todos los medios quedar con gente o salir, huyendo de las aglomeraciones típicas de esta época, convirtiendo tu casa en tu bunker donde te sientes tranquilo y cómodo con tu soledad, y por supuesto sin luces ni ningún otro tipo de adorno.
-Te provoca ansiedad asistir por “obligación” a reuniones familiares o celebraciones. Lo consideras un juego hipócrita para quedar bien en el que no quieres participar.
-No le ves ningún sentido a hacer regalos y te desagrada que te los hagan a ti. Sientes que es un acto forzado y un gasto absurdo e innecesario de dinero.
-Cualquier tipo de símbolo navideño te provoca alta aversión.
Tanto si eres un Grinch como si simplemente esta época del año te genera tristeza y añoranza impidiendo que la disfrutes, toma nota de estas recomendaciones que te ayudarán a disfrutar de estas fiestas:
-Conecta con el niño o niña que llevas dentro y mira la Navidad desde esa perspectiva.
- Enfócate en el lado positivo. Seguramente es una época en la que tienes días libres o vacaciones que puedes aprovechar para hacer lo que te gusta y descansar.
-Organiza planes alternativos a las clásicas celebraciones navideñas.
-No hagas balances. Lo mejor es mantenerse en el ahora y agradecer el lugar dónde estás y lo que tienes.
-Mantén tu mente ocupada realizando actividades que te den placer.
-Dedica un tiempo limitado a compromisos formales. Evalúa cuánto puedes soportar y aprende a rechazar invitaciones que no te interesan.
-Libérate de la culpa que puedes sentir por rechazar participar en ciertos encuentros sociales. Tienes derecho a decir que no.
-Si finalmente te decides a participar, trata de ver el lado bueno de las situaciones y encontrar la parte positiva de reencontrarte con personas que aunque hace tiempo no ves, son parte de tu vida desde siempre.
-Haz algo socialmente útil. En lugar de participar en comidas y cenas que no te interesan, una excelente alternativa es ayudar a los más necesitados, por ejemplo en un comedor social.
-Hazte cargo de tus emociones y no pagues tus frustraciones con los demás.
Y si nada de esto te consuela recuerda que nada dura para siempre y la Navidad tampoco. Es temporal, pasará y la vida volverá a su ritmo habitual.
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