Moda

¿Por qué nos gusta tanto la ropa de ski?

De la pista a la pasarela, la moda alpina se convierte en la gran tendencia esta temporada.

Naty Abascal, en la Giorgio Armani Neve’s High-Altitude Tour, en St. Moritz
Naty Abascal, en la Giorgio Armani Neve’s High-Altitude Tour, en St. MoritzLa Razón

Dicen que el esquí es más que un deporte, que es todo un estilo de vida. Temporada tras temporada, esta máxima sobre la afición más invernal del mundo se convierte en realidad al comprobar como son muchos los que abandonan la ciudad los fines de semana para acudir raudos y veloces a las diversas estaciones que pueblan nuestro país (cuando no el extranjero) para pasar horas deslizándose por pistas infinitas. La libertad que se experimenta sobre estas dos finas tablas y la soledad de la bajada resulta suficiente recompensa para todos los minutos de coche, o de esperas, que son necesarias para conseguir el objetivo final: esquiar desde que sale el sol y hasta que el cuerpo aguante.

Según WWD, una de las publicaciones de referencia en el mundo de las tendencias, la moda de nieve posee uno de los grandes índices de crecimiento en la actualidad. Tanto es así, que se prevé que solamente las chaquetas de esquí tengan un incremento en ventas de un 3,2 % anual durante la próxima década, alcanzando cifras de vértigo para 2031. Y parece que las previsiones de esta cabecera no van muy desencaminadas, ya que solo este invierno se han multiplicado exponencialmente las cifras de búsquedas en internet. Así, se ha conseguido incrementar las consultas sobre la moda de esquí en más de un 100 %, vinculado, al parecer, a la seguridad de poder viajar libremente en 2023, tras la crisis experimentada por la pandemia. La gente quiere hacer turismo y el esquí se presenta como una de las actividades con más seguidores y más atractivas para comenzar el año.

Las firmas de moda tienen claro, por tanto, que este es un sector en crecimiento donde todavía hay parte del pastel para repartirse. Esto convierte de esta manera al esquí en un territorio por conquistar, fomentando así una batalla fashion similar a la que tuvieron hace más de cien años Roald Amundsen y Robert Falcon Scottpara ser los primeros en llegar al Polo Sur. Pero que nadie se lleve a engaño, el esquí no es una novedad para las casas de moda, ni mucho menos.

Kendall Jenner, con snowboard de Dior
Kendall Jenner, con snowboard de DiorLa Razón

UN LUJO DE DEPORTE

Desde sus inicios, el deporte del esquí ha estado vinculado a las clases más adineradas de Europa y Estados Unidos. Ellas fueron las primeras que comenzaron a concebir esta actividad como un pasatiempo para sus momentos de ocio y, así, casas como Redfern lanzaron sus primeras líneas deportivas destinadas a este sector a finales del siglo XIX. Después, tras la I Guerra Mundial, no se concebía deslizarse por alguna de las exclusivas pistas de los Alpes o de Estados Unidos sin un jersey de cuello vuelto de Elsa Schiaparelli (incluso la hija de la diseñadora fue una esquiadora de referencia). Y la creadora italiana no fue la única.Madeleine Vionnet, Hermès o Jean Patou fueron otras de las maisons que se hicieron un hueco en los armarios más prestigiosos de las mujeres de aquel momento, que acababan de cambiar la falda por el pantalón emulando a Coco Chanel y que se dejaban ver esquiando tanto en Gstaad como en Sun Valley, la capital estadounidense de este deporte a principios del siglo XX.

Uno de los datos más curiosos al respecto de la historia de la moda alpina es la de la casa Pucci, que comenzó, curiosamente, vinculada a la montaña. Prácticamente al mismo tiempo que Christian Dior imponía el New Look en los salones de la alta costura parisinos en 1947, los originales y coloristas estampados de la casa italiana se empezaron a ver sobre la nieve y, a día de hoy, la casa sigue conservando este espíritu, que le ha llevado a colaborar con la prestigiosa casa Fusalp, creando una de las colecciones más buscadas de esta temporada. Desde monos multicolor hasta orejeras, sus propuestas demuestran que todavía le queda mucho de la herencia alpina en su ADN.

Pepe Barroso, en la Giorgio Armani Neve’s High-Altitude Tour, en St. Moritz
Pepe Barroso, en la Giorgio Armani Neve’s High-Altitude Tour, en St. MoritzLa Razón

Casas como Redfern lanzaron sus primeras líneas destinadas al esquí a finales del XIX

Pero Pucci no fue la única. Otras como Balenciaga también lanzaron sus colecciones para la nieve por esas fechas. El creador vasco presentó incluso un tejido pensado para proteger a sus clientas de la humedad de la nieve en 1949, y el propio Hubert de Givenchy creó alguno de los diseños más icónicos para Audrey Hepburn en la película Charada. Esto último sucedía en los inicios de la década de los 60, cuando la moda de esquí se comenzaba a perfilar como un universo por sí mismo destinado a conquistar antes o después las pasarelas.

Balenciaga presentó en 1949 un tejido pensado para proteger a sus clientas de la humedad de la nieve

La popularización de este deporte, que hasta hace relativamente poco tiempo estaba destinado sobre todo a las clases más acomodadas, ha provocado que no baste solo con lucir un mono de esquí para diferenciarse. Como bien decía el filósofo George Simmel, nos vestimos para reconocernos en un grupo, pero también para diferenciarnos de él, y en esta búsqueda de la individualización es donde las grandes marcas de moda han encontrado un filón más de negocio.

De esta manera, son muchas las firmas que están aprovechando el buen momento que vive la moda de montaña para conquistar las pistas de esquí con su logo. Lo hizo Prada de la mano de Aspenx y, también Giorgio Armani, que incluso llegó a trasladar la pasarela a una pista de nieve para presentar su propuesta para esta temporada. La estación de St. Moritz acogió este desfile donde se pretendía rememorar los Juegos Olímpicos de Invierno de 1928 y 1948, que se celebraron en esta ubicación y, de paso, dar inicio así a la Giorgio Armani Neve’s High-Altitude Tour, que llevará esta línea de moda deportiva a otras ciudades como Megève, Verbier o Courchevel. Celebrities como Naty Abascal o Pepe Barroso estuvieron allí para contemplarlo, convirtiendo así más chic si cabe la cita.

Está claro, por tanto, que cualquiera que haya sido testigo de la moda esquí de los últimos años ha visto como se han ido sumando cada vez más marcas de high-fashion a este mercado, intentando así conseguir una parte de este suculento pastel, consolidándolo como una parte destacada de su cuenta de resultados. Perfect Moment es quizás el mejor ejemplo de esto. Fundada a finales de los año 90, la firma vivió una delicada existencia hasta que el matrimonio Gottschalk la adquirió en 2011 con un claro propósito: convertirla en una marca de referencia. Y para ello se valieron de las redes sociales creando un producto de inspiración vintage, con un toque muy sexy y que ha arrasado en Instagram. ¿El resultado? Actualmente es una de las firmas más buscadas, con un posicionamiento muy elevado y un precio mucho más competitivo que el resto de la competencia.

Gabrielle Caunesil y Riccardo Pozzoli, en el desfile de Armani en St. Moritz
Gabrielle Caunesil y Riccardo Pozzoli, en el desfile de Armani en St. MoritzLa Razón

SELFIE EN LA NIEVE

Hablando de redes sociales, no podemos negar el atractivo que tiene esta actividad para nuestra vida en el metaverso, y prueba de ello son el sinfín de celebrities que aprovechan para subir a sus distintos perfiles los días de descanso en las montañas, a sabiendas de que la moda esquí, además, es una aliada para pasar desapercibidas.

Dentro del equipaje básico para la nieve encontramos las gafas de ventisca y los cascos y gorros, que nos cubren totalmente el rostro, consiguiendo así la máxima discreción cuando se trata de disfrutar de nuestra afición. Quizás por esto son tantos los famosos que optan por el esquí para disfrutar de la libertad de sentirse desconocidos de nuevo: vestir de incógnito sin que tus fans sean realmente conscientes de que intentas pasar desapercibido. Este detalle suma por tanto un punto más en la cuenta de «pros» de esta actividad que se ha convertido en un sinónimo de una vida «muy chic». En la pista de esquí es, posiblemente, el único lugar del mundo donde las hermanas Kardashian son unas desconocidas, o así por ejemplo nos lo demuestran las imágenes de Kylie o Kendall, donde hay que hacer un acto de fe para creer que son realmente ellas las que se esconden tras sus uniformes de nieve y la tabla de snowboard de Dior.

Kylie Jenner
Kylie JennerLa Razón

Muchas firmas abren «pop up stores» de temporada en las distintas estaciones

Pero no todo en esta vida es bajar pistas cubiertas de nieve y ejercitar las piernas y los glúteos. El esquí también ofrece momentos de ocio y de fiesta que son otro de los atractivos de esta actividad. Y eso las marcas de moda también lo saben, permitiéndose así diseñar una línea de complementos que destaca por su versatilidad, ya que son prácticos para el après ski, pero también han conquistado las calles de las ciudades.

Esto lo podemos ver en elementos como la presencia que la piel tiene esta temporada en distintos complementos, como son los bolsos o mochilas que presenta Gucci(que se estrena este año en la moda de nieve) o Louis Vuitton, dos de las firmas que más fuerte han apostado esta temporada por conquistar este territorio blanco. Ir de shopping también se adivina como una afición perfecta cuando se dejan apartados los esquís, de ahí que sean muchas las firmas que abren pop up stores de temporada en las distintas estaciones. Es el caso de Chanel en Courchevel, en lo que se considera ya todo un clásico, o la reapertura de la tienda de Louis Vuitton en la estación de Cortina d’Ampezzo, lo que viene a confirmar el buen estado y el futuro que tiene la moda esquí. ¿Vamos pidiendo pista?