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Cataluña

Color, brillo y creatividad pese al «proces»

Custo Barcelona se lamenta de que la política distorsione la imagen de Cataluña en el mundo

Uno de los momentos del desfile de Custo Barcelona / Foto: Efe
Uno de los momentos del desfile de Custo Barcelona / Foto: Efelarazon

Custo Barcelona se lamenta de que la política distorsione la imagen de Cataluña en el mundo

Si el primer día de desfiles en el 080BCN Fashion es el de las marcas que venden y se expanden por el mundo, el segundo día es el del concepto, el del desfile con contenido. Excepto «Killing Weekend» y Custo Barcelona, el resto lanza su problemática al mundo del textil. «Mans Concept» estalla con los colores de la fiesta hindú del Joli, ojalá más hombres entendieran su costura y se apuntarán a sus propuestas, originales, interesante patronaje con tejidos de calidad.

Miriam Ponsa sigue llevando el «proces» a su ropero y su discurso dejando asientos cubiertos con telas amarillas es repetición de la temporada pasada. Umit Benam es de esos creadores a los que merece la pena seguir y, aunque la religión no le preocupa especialmente, su colección la centra en el momento de la comida en la mezquita, cuando todos los hombres son iguales. Más que los rezos con lo que se queda es con el concepto de la igualdad aún a riesgo de que «muchas veces un concepto fuerte pueda matar la colección, pero para mí la moda es una herramienta para comunicar un mensaje». Qué maravilla de ropa, sigan a este hombre no les defraudará. La semana pasada Custo se presentaba en Madrid. Cuando terminó envió las prendas a Nueva York, donde el sábado desfila y ayer lo hacía en Barcelona «llevo vida de gitano», dice, pero no como una queja sino como una definición de su existencia.

Período de confusión

Teniendo en cuenta que ayer era el día del mensaje, Custo lo tiene muy claro «no hay duda que todo esto del ''proces'' afecta. Te diría que Barcelona ha tenido momentos de más claridad que ahora. La gente de fuera está confundida no entiende lo que pasa. Nosotros llevamos 38 años paseando el nombre de Barcelona por todo el mundo y es una marca potente pero hay cosas que no entiendo, por ejemplo, lo que ha pasado con Cabify. Yo era usuario y me he quedado sin servicio. Creo que estamos en medio de una ola y veremos qué pasa con ella. Estas Navidades hemos notado que el comercio ha estado complicado. El ánimo está confuso. En Nueva York es otro discurso porque hay entusiasmo y en Barcelona hay nubarrones dando vueltas». Gracias a Dios su ADN es la ropa con buenas sensaciones, le funcionan el brillo, el color y la creatividad «yo no soy diseñador de moda, no estoy alineado con las tendencias. Somos bichos raros pero tengo muy claro lo que hago: diseño prendas emocionales».