Gastronomía
Cher y Christina Aguilera cenan en Sublimotion
El chef Paco Roncero es el artífice de la experiencia gastrónomica que cautiva a las «celebrities» en Ibiza
El chef Paco Roncero es el artífice de la experiencia gastrónomica que cautiva a las «celebrities» en Ibiza
Casi 500 experiencias Sublimotion lleva repartidas el cocinero Paco Roncero en Ibiza. Fiel a sus deseos por innovar, reinventar y asombrar con el proceso alquímico de los alimentos, se inventó hace cinco años un nuevo concepto que no es exactamente cena con espectáculo, aunque haya «show», ni tampoco degustación gastronómica, aunque comas 15 miniplatos.
A su «invento» le llamó Sublimotion cuando lo puso en marcha en una de las zonas de moda de Ibiza, la playa d’en Bossa, limitando con el aeropuerto de la isla. Una zona que a priori cualquier estudio de mercado desaconsejaría para instalar dos hoteles de lujo (por ejemplo, mi habitación daba a la pista de aterrizaje) y el que posiblemente sea el restaurante más caro del mundo, aunque Roncero prefiera decir que «es el más costoso del mundo». El éxito del lugar donde está ubicado es un fenómeno que necesita ser estudiado en una escuela de negocio por lo increíble que resulta ver cómo se descorcha, en el chiringuito de la playa a cada segundo, botellas de champagne a 1000 euros ejemplar.
Sublimotion está ahí, pero no necesariamente tienes que alojarte en esa locura de lugar para vivir la experiencia. Haces la reserva, pagas y dices dónde quieres ser recogido. A la hora acordada un Land Rover va a recogerte. Sublimotion es una sublimación del acto de comer y una performance alrededor de la comida, que ha sido posible al apoyo de una marca muy asociada al chef, ya que comparten los mismos valores de excelencia, Land Rover, así que gracias a los coches favoritos de la familia real inglesa Roncero pudo levantar su «locura» gastronómica y sensorial. No voy a desvelar el misterio, pero el asunto comienza al traspasar una puerta blanca de una especie de almacén y llegar a la recepción de un motel americano que huele a rosas. En ese momento y todos juntos, los 12 o 14 comensales, que puede que no se conozcan, vivirán la experiencia Sublimotion durante casi cinco horas. Hay comida de avión, inmersión acuática en las profundidades marinas rodeados de tiburones y mantas, vuelos rasantes sobre acantilados, jardines suspendidos que se comen y algo de cabaret.
Hay quién repite, como Ronaldo, y quien viene por el boca a boca. A Christina Aguilera le gustó tanto, que la semana pasada se lo recomendó a Cher, cuando la actriz le dijo que andaba por Ibiza, entre promoción y promoción de «Mamma mía». Cher se plantó en Sublimotion y allí se lo pasó bomba. Dicen que fue la que más participó. Lástima que no se arrancase cantando una de «sirenas» cuando apareció el fondo marino ante la sopa de moluscos con la que comenzó su experiencia gastronómica. Por cierto, ni Aguilera ni Cher hicieron reservas a sus nombres, querían anonimato. Lo que ellas no supieron nunca, porque es todo muy discreto, es que por cada comensal hay tres personas trabajando para proporcionarle una experiencia sublime y que gracias a un equipo de escenógrafos, informáticos, arquitectos, guionistas, magos, cantantes, djs, ingenieros y buenos cocineros han creado esa locura llamada Sublimotion.
Y ya puestos con las confidencias, decir que Paco Roncero fue el cocinero con dos estrellas Michelin, encargado de preparar la cena sorpresa de la pedida de mano de Sergio Ramos a Pilar Rubio.: «Yo lo supe un par de días antes y fue en la sastrería donde Ramos se encarga sus trajes, que a la vez es un club privado. Preparamos unos entrantes, lenguado, gallo y pastelitos de chocolate, entre los que pusimos una caja blanca con el anillo de pedida dentro».
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