Gastronomía
Comida de nivel en un ambiente informal
El Bar Mut sorprende por el constraste entre la calidad de su oferta gastronómica, de carácter tradicional y mediterráneo, y su aire informal
El Bar Mut sorprende por el constraste entre la calidad de su oferta gastronómica, de carácter tradicional y mediterráneo, y su aire informal
Hace algo más de una década nación el Bar Mut, un establecimiento que dio sus primeros pasos como un lugar donde disfrutar del vermut pero que pronto orientó su oferta hacia las comidas, para romper con el concepto gastronómico de Barcelona, que entonces asociaba la buena calidad de la comida con un ambiente formal y serio. Este restaurante sorprende, ya que su aspecto de tarberna de los años 50 esconde una cocina de nivel, donde el producto de alta calidad es el protagonista
«Aquí apostamos por una cocina tradicional y mediterránea; una cocina de la madre, que busca y trabaja con el mejor producto de temporada y de mercado, un producto clásico, pero que cuenta con la opinión del niño, puesto que se adapta para actualizar el plato». explica el propietario, Quim Díaz. A modo de ejemplo, el carpaccio de huevo o el arroz con calabaza y gambas, platos muy comunes pero con un toque y elaboración singular.
Su carta, con la carne, el pescado y las creaciones propias como especialidades, se basa en el concepto de las medias raciones con el fin de que «el comensal pueda probar muchos platos y compartirlos» , aclara el dueño, y ésta se complementa con una extensa y variada carta de vinos, que cuenta con cerca de 200 referencias. Pero, pese a lo que podría dar a entender su oferta gastronómica, el Bar Mut no es el típico restaurante formal y serio.
«El establecimiento recuerda a una taberna de los años 50 o a un bistreau parisino de esa época», indica Quim Díaz, quien explica que «es una sala pequeña, de unos 40 metros cuadrados, en la que predomina el mármol, el latón y la madera negra». En el interior, la barra adquiere un papel protagonista, ya que el restaurante sólo cuenta con dos mesas, una grande para una decena de comensales y otra con un piano, y algunos barriles altos con taburete. Además, la cocina está a la vista y los tres grandes ventanales de la fachada proporcionan al local mucha luz natural. También existe la posibilidad de disfrutar de la cocina del Bar Mut en su terraza, con un estilo muy cuidado en el que preominan las plantas.
«Nuestro objetivo era crear un restaurante informal de nivel», señala el propietario, algo en lo que también tiene mucho peso la actitud y trato del personal. «Para romper el hielo y la seriedad, el personal, que destaca por su simpatía, se sienta a la mesa para tomar nota y canta todos los platos, porque no tenemos carta», comenta Díaz, quien recuerda que el horario de cocina en el Bar Mut es ininterrumpido desde las 13 horas a la medianoche.
Todo ello convierte a este restaurante en un lugar atractivo para la clientela extranjera, que representa un alto porcentaje de sus comensales. «En el Bar Mut hay un ambiente muy cosmopolita y variopinto porque viene gente de todo el mundo, clientes extranjeros de nivel alto que no buscan un buen precio, sino la calidad», señala el propietario.
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