Gastronomía
El whisky se bebe con un par de huevos
Max y Stefano Colombo elaboran los clásicos bocados escoceses para armonizar con los cócteles de Dewars en el Scotch Egg Club
Max y Stefano Colombo elaboran los clásicos bocados escoceses para armonizar con los cócteles de Dewars en el Scotch Egg Club
Amantes del buen whisky, sepan que hoy la fiesta del verano se celebra en la Real Fábrica de Tapices de Madrid, que vuelve a acoger el Scotch Egg Club, un proyecto en el que paladear el blended scotch whisky más premiado de la historia en un espacio que reúne las dos pasiones de Tommy Dewar, el hijo menor del fundador de Dewar’s: producir un whisky excepcional, que dio a conocer por todo el mundo, y criar gallinas con pedigrí. De ahí que hoy bebamos el destilado armonizado con huevos escoceses. ¿Conocen su origen? Al parecer, los grandes almacenes Fortnum & Mason (Londres) empezaron a ofrecerlos en 1738 para acompañar a los destilados que allí se vendían. Se hacen fritos y cubiertos de carne picada. ¿La novedad? En esta edición, la dualidad es la protagonista del encuentro, que rinde homenaje al doble envejecimiento de la bebida alcohólica, que logra que resulte un trago más suave en boca. De ahí que los encargados de interpretar el tan famoso bocado escocés sean también dos: los hermanos Colombo, al frente del restaurante Xemei, referente de la cocina veneciana y para los amantes de la buena mesa, el mejor italiano de Barcelona. Quien no lo conozca, devorar su filosofía culinaria gracias al libro «Xemei. Cocina Venexiana» (Planeta Gastro) antes de reservar mesa es una sabrosa opción.
Su primera obra culinaria fue Ocean’s 12, que armonizamos con Dewar’s 12: «El reto ha sido jugar con los sabores del destilado, además de con los aromas de las distintas añadas, a la hora de interpretar tan clásico manjar, que nació para amortiguar la resaca». Lo cuenta mientras reúne los ingredientes de la elaboración: atún, alcaparras, anchoas, la yema, mayonesa y aceite de girasol: «Lo interesante ha sido contrastar el toque marino con la malta, que compensa bien, ya que se trata de un whisky muy gastronómico, con estructura y fuerte», dice mientras coloca el huevo, ya rebozado y frito, con el tartar de atún, la «brunoise» de apio, grissinis rotos y salsa «vitel tonne». Lo acompañamos con el cóctel The Blue Hen, diseñado por Adrián Benito. El whisky como elemento principal, sí, pero también la angostura macerada con queso gorgonzola, que en boca se percibe, además de la pera y el plátano como frutas.
Consistente y crujiente
En nuestra degustación, continuamos por el Smoke’n Mirrors, delicia con la que bebimos el Chicken Attack, preparado con el Dewars White Label. En este caso, en el huevo, consistente y crujiente, llama la atención el ahumado. Una curiosidad, está relleno de pera osmotizada, grana padano rallado, panceta desgrasada y pollo picado. Materias primas que inspiran a Inés Martínez a idear su cóctel con una michelada hecha con las salsas típicas con las que se disfruta el ave: la buffalo y la teriyaki, además de añadir cerveza negra, por eso de que en Escocia es común beberla con el pollo, y zumo de zanahoria. Como resultado, un trago largo, picante y fresco.
Ya en la tercera preparación, los hermanos Colombo cocinaron ante los asistentes un risotto a la milanesa con azafrán y grana padano rallado. De beber, un Green Aberfeldy 12 con Martini rubino infusionado con alcachofa y aceite de trufa: «Armonizar una comida con diferentes cócteles es todo un reto. Sin embargo, los comensales están ansiosos por probar nuevas experiencias en la mesa», opina el cocinero de Xemei. Tras la barra, Adrián e Inés aconsejan comenzar el aperitivo con una mezcla con base de vermut o de vino de Jerez para continuar con otras bebidas más digestivas, que potencien el apetito del comensal, mientras que lo largo de la comida lo suyo es optar por tragos frescos y suaves para terminar con un digestivo. Sobre todo, bebidas dulces con café o nata. Todo para saborear al ritmo de la música de los dj's Airis Sirenis y Oso Leone.
Kombucha e infusión de licores
Dewar’s es un destilado suave que es fácil de mezclar con cualquier ingrediente en cócteles para los que los innovadores barmans crean sus propios vermuts, infusionan licores y hacen fermentaciones a la carta. La kombucha toma la barra.
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