Gastronomía

Un menú navideño de diez

José Luis Esteban, chef de La bien aparecida, el nuevo espacio creado por Paco Quirós con el nombre de la patrona de Cantabria, donde no faltan las anchoas de Santoña
José Luis Esteban, chef de La bien aparecida, el nuevo espacio creado por Paco Quirós con el nombre de la patrona de Cantabria, donde no faltan las anchoas de Santoñalarazon

Hacerse con la mesa perfecta estos días se convierte en objeto de deseo. Seleccionamos algunos restaurantes que llegan para despedir el año.

Madrid y Barcelona bullen en espacios nuevos, que ruedan durante los últimos días de 2015 para hacernos más suculenta la entrada del año nuevo. He aquí algunas de nuestras preferidas, porque estos días resultan perfectos para conocer nuevos templos, todos con un denominador común: el mimo por el producto.

La bien aparecida

Así, comenzamos con La Bien Aparecida (C/ Jorge Juan 8), el nuevo espacio de Paco Quirós. Tras las aperturas, con llenos diarios, de Cañadío y La Maruca, llega este local con el nombre de la patrona de Cantabria. La carta anuncia las imprescindibles anchoas de Santoña con tomates y queso de Jarandilla y el pastel de mejillones con salsa de vermut y patatas fritas, pero lo que nos obligará a volver son los canelones de ropa vieja con champiñones y jugo de carne.

Barra atlántica

A Iago Pazos y Marcos Cerqueiro les llenó tanto la aventura efímera en formato pop up que experimentaron hace unos meses en The Table by (Hotel Urso Madrid), que el barrio de Chueca ya acoge Barra Atlántica (C/ Gravina, 17), una marisquería moderna cien por cien gallega, tanto en producto como en vinos y destilados. ¿Lo mejor? Acoplarse en la barra y darse un homenaje, ya sea con sus ya famosos puñados de marisco, servidos al más puro estilo de las lonjas gallegas, con sus pescados desnudos en ceviche o con sus sashimis «imperfectos», es lo mismo. Ojo, los sábados sólo atienden durante la sesión vermut y «a porta pechada».

Atlántico

Bonito, navajas, pulpo, marisco, las clásicas empanadas y las maravillosas carnes rojas gallegas ocupan la despensa de Atlántico (C/ Velázquez, 31), la novísima casa de comidas de Pepe Solla (Casa Solla. Poio. Pontevedra). El chef se estrena en Madrid con un concepto informal, que ofrece manjares tradicionales y sencillos a un precio ajustado. ¿Un motivo para ocupar su barra? Platos de su cocina viajera, como los mejillones al curry verde y la cacheira.

Roca Moo

Roca Moo (Hotel OMM. C/ Rosselló, 265. Barcelona) es el espacio asesorado por los Roca, que renueva estrella Michelin con un sabroso proyecto: los menús personalizados. Disfrute estos días del suyo (90 euros; 30 más, si desea armonizarlo con vinos) diseñado por el chef Juan Petrel y la sumiller Audrey Doré. ¿Un ejemplo?, gnocchi de plancton al pesto marino de primero para continuar con una carrillera de rape en su suquet con alcaparras y avellanas. De postre, un helado de praliné de olivas con bizcocho de arbequina y vainilla y olivas.

Federica & CO

Federica &Co (C/ Nuñez de Balboa, 24) resulta el refugio diez para olvidarse de la locura consumista. Federica Barbarelli huyó de la capital para saber qué significa la filosofía «slow» y esta Navidad nos lo traduce en forma de platos italianos en una sencilla tratoría con Matteo y Chiara, del puesto Artesano de la Pasta, del Mercado de la Paz, entre fogones.

La vaquería montañesa

La Vaquería Montañesa (C/ Blanca de Navarra, 8) la ocupan mesas de madera diseñadas en los 50 por Iimari Tapiovaara y los clientes comen con cubiertos de Liberty. Carlos Zamora ha creado, como nos tiene acostumbrados, un local cien por cien de producto con DNI. ¿ Lo mejor? La cocina con horario ininterrumpido de la que salen platos como el frito de lechazo ecológico en taquitos. A deshora, un prosecco bio como en el mismo Harry’s bar.

La Vanduca

Hacer un paréntesis entre tanta compra en La Vanduca (C/ Columela, 2) tiene su miga. Gusta por el trato a los comensales, que se sienten como en casa, y, por supuesto, por su apuesta gastronómica, que sirven en horario «non stop». Las albóndigas están que se salen, lo mismo que los raviolis de cochinillo y el mollete de Antequera con pringá y langostinos en tempura, que para devorarlo no hace falta estar hambriento.

A Japanese Kiritaka

«Una taberna japonesa no es tan diferente de la española», afirma Álvaro Castellanos. De ahí que se liara la manta a la cabeza junto a Ivan Morales, ambos almas de Arzábal, para abrir este Sushi Bar de nombre A Japenese Kiritaka (C/ Antonio Acuña, 19). Conviven bocados «japocastizos»: embutidos al corte, la croqueta ibérica con leche de oveja y las sardinills José Peña con el nigiri de vieira flambeada con yuzu picante.

Cinco jotas

El jamón de bellota cien por cien ibérico es nuestro tesoro, inquilino de la milla de oro gastronómica. Y es que Cinco Jotas (Callejón de Puigcerdá, s/n) despide el año con un grandioso lavado de cara firmado por Sandra Tarruella. El local cuenta con tres espacios perfectos para alargar la sobremesa. ¿Qué nos gustó? La coca tibia de presa tanto como el sashimi de secreto con algas.

Compartir y disfrutar

Y, por último, qué mejor manera que decir adiós a 2015 con Oriol Castro, Mateu Casañas y Eduard Xatruch, quienes fueran jefes de cocina de elBulli antes de inaugurar Compartir y Disfrutar (C/ Villaroel, 163. Barcelona). Éste último se ha hecho con su primera Michelin. Las responsables, recetas tan geniales como la remolacha que sale de tierra, el bocadillo aéreo de cóctel de langostinos, el polvorón de tomate y caviaroli de arbequina y el ravioli transparente de pesto. Sirven dos menús, Disfrutar y Festival, por 70 y 100 euros. Ya sabe, a disfrutar.