Arte, Cultura y Espectáculos

Blanca Cuesta: «Cuando expongo en el extranjero dejo de ser la mujer de...»

Es un valor al alza, ha dado el salto al otro lado del charco y ya se han vendido los dos cuadros que llevó a Miami

Blanca Cuesta vive volcada en el cuidado de su familia, pero su gran pasión es la pintura
Blanca Cuesta vive volcada en el cuidado de su familia, pero su gran pasión es la pinturalarazon

Es un valor al alza, ha dado el salto al otro lado del charco y ya se han vendido los dos cuadros que llevó a Miami

A pesar de que lleva muchos años pintando, todavía se define como «una aprendiz». Una modestia que no se corresponde con su éxito, ya que las obras de Blanca Cuesta, por primera vez, han cruzado el charco. La esposa de Borja Thyssen ha expuesto estos días en Miami dos de sus cuadros, en el marco de la Feria Red Dot, y ambos ya tienen comprador por 9.000 euros cada uno. Aunque debido a su último embarazo redujo el número de horas para pintar al día, ahora vuelve a coger impulso para seguir creciendo como artista.

–¿Veremos algun día una de sus obras en el Thyssen?

–Cuando pinto no me planteo que mis cuadros acaben en un museo. De momento, sí decoran las paredes de varios amantes del arte.

–¿Qué supone en su carrera artística exponer en el extranjero?

–Salir al extranjero con los cuadros siempre me hace una ilusión especial. Fuera de España dejo de ser «la mujer de» y entonces el público sólo ve una obra; le puede gustar o no, pero no la juzga en primer instancia desde la perspectiva de quién la ha hecho. Hace un año expuse en Mónaco y así fue. Era una artista más. Nadie hablada de la mujer de..., sino de Blanca Cuesta. Pero, en esta ocasión, me hace especial ilusión que mi obra haya cruzado el charco. Dar el salto a Miami ha sido muy importante para mi carrera, no sólo por conocer la respuesta de un nuevo público, sino también porque Miami está considerada centro neurálgico para las actividades artísticas, galerías, museos... De cualquier forma, sólo el hecho de poder mostrar mi obra al público, ya sea en España o el extranjero, y que tenga buena acogida me anima a seguir trabajando.

– ¿Cómo ha surgido esta oportunidad? ¿En qué consiste esta exposición? ¿Cuántas obras expone y cuál es el hilo conductor?

–A raíz de la exposición de mis obras en la galería de David Bardía se recibieron muestras de interés desde el extranjero, peticiones que no se pudieron atender porque la verdad es que no había más piezas disponibles. La Feria Red Dot se celebra en Miami coincidiendo con la Art Basel y ya va por la novena edición. Es una feria diversa, en la que una selección de galerías especializadas en artistas consagrados, medios y emergentes, exhibe pinturas, esculturas, fotografías... David me comentó que la galería llevaba una selección de artistas y he tenido ocasión de participar con dos obras.

–¿Esto demuestra que sus cuadros no eran un capricho y que su carrera va para largo?

–Me gusta pintar y, aunque por diversas circunstancias, como las molestias de mi último embarazo, por las que tuve que aparcar la pintura, para mí nunca ha sido un capricho. Disfruto pintando y experimentando nuevas técnicas. Durante estos últimos meses me he centrado algo más en colaborar con mi pintura en proyectos solidarios y eso lo he combinado con la preparación de mis próximas obras, entre ellas, las de Miami.

–¿Acudió a la inauguración sola, con Borja...?

–Me habría encantado ir y haberlo hecho acompañada de toda la familia. Hoy por hoy, con las obligaciones diarias no ha sido posible. Espero que haya otras ocasiones en el futuro.

–¿Qué opinan de su trabajo tanto su marido como sus padres y su suegra?

–La gente que me quiere me apoya constantemente y sólo me dice cosas buenas; están tan orgullosos de mí como yo de ellos. Todos animan mis proyectos y, desde luego, si tengo éxito, se alegran.

–¿Le gustaría ver colgado un cuadro suyo en el museo que lleva el apellido de su marido?

–Cuando pinto sólo me gusta pensar que quien contemple mis obras, sea donde sea, las disfrute. Ese pensamiento es el que dibuja una sonrisa en mi cara.

–¿Cómo le da tiempo a todo: ser madre, esposa y artista?

–Son facetas muy distintas. Mi prioridad es el cuidado de mi familia, aunque tengo ayuda, y la verdad es que no me considero una profesional del arte sino aprendiz. Intento ser organizada y dar a cada cosa el tiempo necesario.

–¿Le da respeto o miedo la crítica que puedan hacer de su carrera artística?

–¿Miedo? Ninguno. Soy optimista y constructiva por naturaleza, así que si recibo alguna crítica argumentada y que me puede ayudar a mejorar, la tomo bien. Aunque, las críticas que destilan veneno no las tengo en consideración.

–¿Cuál es el crítico que más le impone?

–Siempre le digo a Borja que es el más duro que conozco, pero la verdad es que la más crítica con mi obra soy yo misma. Para que se pueda hacer una idea, cada una que considero acabada se ha dejado en el camino un par de lienzos rotos...

–¿Dónde y con quién pasará las Navidades?

–Las pasaremos en Andorra y en familia.

–¿Cómo reaccionó ante el problema de salud de Borja? ¿Ya está recuperado?

–Fue un buen susto, pero ese capítulo ya está superado, gracias a Dios.