Presentación
Charo Izquierdo: «Hay que digitalizar la pasarela e internacionalizarla»
La periodista desea aunar a los diseñadores, la industria y los medios porque cree que, hasta ahora, «cada uno iba por su lado».
La periodista desea aunar a los diseñadores, la industria y los medios porque cree que, hasta ahora, «cada uno iba por su lado».
Charo Izquierdo es una reputada periodista con una brillante trayectoria. Y una experta en moda. Ha dirigido unas cuantas revistas femeninas y liderado diferentes proyectos a lo largo de su carrera. Quizá su éxito más destacado hasta ahora fue convertir «Yo Dona» en una publicación de referencia en España. Se dejó la piel para aunar sus dos pasiones: la moda y el estilo de vida con los asuntos relacionados con la mujer. Tras un parón de dos años en el sector, y tras su paso como directora de la edición de la revista «Grazia» en España, hasta su cierre, que Charo aprovechó, entre otras cosas, para escribir una novela, «Puta no soy» (Editorial Gallus), acaba de comenzar una nueva etapa al frente de la pasarela de moda más importante de este país: la Mercedes Benz Fashion Week Madrid.
Antes de preguntarle por cómo se encuentra en este interesante momento de reto, intercambiamos sonrisas de complicidad y nos preguntamos por la vida y por los hijos, aunque, en realidad, lo sabemos casi todo la una de la otra. Somos amigas, antes que cualquier otra cosa. Da gusto poder presumir de las amigas y, más aún, verlas felices. «Es verdad que estoy feliz. Casi te diría que pellizcándome. Es una suerte poder vivir esta nueva etapa que, en el fondo, es una continuación de la anterior. Porque cuando estás en revistas que tienen que ver con este sector crees en la moda española, como ha sido mi caso. Habiendo trabajado en ello no es tan raro, de repente, seguir en ello, aunque sea desde el otro lado», dice Charo.
Hacer evolucionar
Precisamente el haber estado en el otro lado y conocerlo al dedillo es el valor añadido que aporta Charo, que viene con ganas, si no de cambiarlo todo, sí de hacerlo evolucionar: «Creo que estoy aportando el conocimiento de los medios y el de la comunicación y así puedo completar el trabajo de la pasarela», afirma. Está en su salsa, se le nota. Aunque eso no significa que el impasse no haya sido duro. Y eso que ella, además de reflexionar, lo ha aprovechado para otras muchas cosas y ha salido fortalecida. «Han sido dos años y tres meses. Creía que iba a ser una etapa más de reflexión, pero ha acabado siendo también un periodo de acción en el que me he dedicado menos a la moda y más a esa otra faceta que es la investigación en torno a los temas de la mujer. En este tiempo he podido reflexionar sobre el momento tan crítico que viven los medios de comunicación, aunque los dedicados a la mujer y al estilo de vida han sufrido algo menos porque los anunciantes del sector aún quieren la imagen del papel. También éstos se han desarrollado muchísimo en internet y se han expandido a negocios de eventos, por ejemplo, que están nutriendo a otros muchos medios».
La moda nutre de puestos de trabajo a España. Es un sector muy vivo, pero cada vez se piensa más que su poderío corresponde a Inditex y que el resto sobrevive. «La moda en España está llena de creatividad y de unos contenidos increíbles. Y hay una joven generación que está devolviendo la pasión por la moda y también la fe, de alguna manera. Es cierto que tenemos una empresa que ha cambiado la distribución y la forma de vestirse en el mundo, que es Inditex, pero poseemos muchas más marcas interesantes. Delpozo, por ejemplo, está triunfando a nivel internacional y ya viste a las “celebrities”. O el grupo Puig, que es dueño de Nina Ricci, Paco Rabanne, Carolina Herrera, Jean Paul Gaultier y que hace los perfumes de Prada. Quiero decir, que es fuerte. Y tenemos un joven, Palomo Spain que, de repente, ha revolucionado todo. En fin, que la moda de España está de moda. Sólo que los españoles, incluidos los medios, tienen que creérselo. Eso no significa que todos los diseñadores vendan, claro. Los hay a los que les cuesta mucho, como también a los arquitectos o a los escritores, pero es que los diseñadores no viven del tráfico de órganos ni del de drogas sino de su trabajo y cada cual tiene un modelo de negocio: unos venden más imagen, otros más licencias, otros más costura», reflexiona.
Le digo a Charo que en la moda, como en el cine, pesa la sombra de la sospecha de las subvenciones y su mala repartición. «Uno de los grandes tópicos de la moda española es que es subvencionada. No es cierto. Hubo años de subvenciones al diseñador donde, desde mi punto de vista, no se hicieron las cosas bien porque lo que tendrían que haber hecho era trabajar en aras de la unión entre la industria y el diseño, que es lo que falta en este país», opina. No quiero llevarle la contraria a Charo, pero si algo estuvo bajo sospecha fue precisamente la pasarela que ahora ella dirige. «La MBFWM es la punta del iceberg de lo que es la moda. Es lo que se ve. Debajo de eso hay infinidad de diseñadores, unos que desfilan y otros que no, o que hacen desfiles pequeñitos, o que tienen un taller o que trabajan para grandes marcas internacionales. ¿Sabías que Georges Rech la diseña un español? Hay muchas cosas bajo la pasarela y eso es lo que muchas veces se ha puesto en tela de juicio, pero también ahí se ha vivido del pasado y yo creo que hay que explicar el presente», arguye Izquierdo.
Eso es lo que quiero saber, qué nos va a deparar el presente: «Pues la pasarela confía en mí, así que yo quiero hacerla evolucionar hacia el futuro. Quizá hay que construir una moda más de puertas hacia fuera. Hay que internacionalizar la pasarela y también digitalizarla. Y hay que hacerla más sostenible. Lo que quiero hacer con mi trabajo es contribuir a la construcción del sector, que es lo que no se ha hecho hasta ahora, porque han trabajado los diseñadores, la industria y los medios cada uno por su lado. Hay que unir. Y eso es lo que me gustaría conseguir. Esas son las bases de mi aportación a la MBFWM».
✕
Accede a tu cuenta para comentar