Nueva York
El «dolce far niente» de la princesa Beatriz
La séptima en la línea de sucesión al trono británico ha disfrutado de diecisiete vacaciones en año y medio. Para rematar, acaba de celebrar su cumpleaños en Ibiza, a bordo de dos de los yates más caros del mundo
La séptima en la línea de sucesión al trono británico ha disfrutado de diecisiete vacaciones en año y medio. Para rematar, acaba de celebrar su cumpleaños en Ibiza, a bordo de dos de los yates más caros del mundo
La princesa Beatriz ha cogido el gusto a eso de vivir la vida jet-set. En los últimos dieciocho meses, la nieta de la reina Isabel II se ha ido de vacaciones en diecisiete ocasiones. El pasado diciembre dejó su trabajo de 20.000 libras anuales en Sony Entertainment cuando sus datos personales fueron robados en un ataque cibernético. El episodio supuso un auténtico disgusto y le recomendaron que se diera un respiro. Pero parece que se ha tomado la recomendación al pie de la letra porque, desde entonces, la hija del príncipe Andrés y Sarah Ferguson no ha parado. Cuatro escapadas a esquiar –tres de ellas en la mansión de trece millones de libras que sus padres tienen en Verbier, y una en Aspen–, dos viajes al Caribe, otros dos a Nueva York y dos a Italia. También ha visitado Grecia, Florida, Bahrein, las Bahamas, China y los Emiratos Árabes.
Los tabloides han seguido de cerca su agenda. Y las críticas no han faltado. Aunque la verdadera polémica ha venido con su última excursión a Ibiza. A la princesa no se le ha ocurrido nada mejor que celebrar su 27 cumpleaños a bordo de dos de los yates más caros del mundo.
Mientras el resto de los mortales se aprieta el cinturón para hacer frente a los recortes del Gobierno de Cameron, la joven, acompañada en todo momento por su novio Dave Clark, estuvo primero en «Eclipse», el segundo yate privado más grande del mundo, propiedad del multimillonario ruso Román Abramóvich. Luego se trasladó a «Rising Sun», la embarcación del magnate de Hollywood David Geffen, que también navegaba frente a las costas españolas. Allí la esperaban, entre otros, Oprah Winfrey, y el consejero delegado de Disney, Bob Iger.
La pregunta es: ¿es adecuado el modo de vida que lleva la séptima en la línea de sucesión al trono? Hasta la prensa más seria ha planteado que es hora de que la joven siente cabeza. Su círculo más cercano asegura que entre sus planes estaba dejar el Reino Unido para instalarse en Estados Unidos, donde vive su hermana pequeña, la princesa Eugenia, que trabaja en la casa de subastas Paddle 8.
- Destino: Nueva York
Tras licenciarse en Historia en el Goldsmiths College, Beatriz realizó un curso de Económicas en una universidad de San Francisco. Sus amigos aseguran al «Daily Mail» que estaba haciendo algunas entrevistas para un puesto en el área de finanzas en Nueva York, donde su novio ha empezado a trabajar con Uber, la empresa que ofrece el polémico servicio de taxi. Las malas lenguas aseguran que los dos enamorados comparten ya piso en Manhattan.
Desde Palacio no han hecho comentarios al respecto. Tampoco han realizado aclaración sobre la vida laboral de la nieta de la soberana. Aunque en la página web de su padre, Beatriz aparece como «trabajadora a tiempo completo en negocios». Sin más detalles. Una fuente de su círculo cercano se limitó a decir al «Daily Mail» que era «completamente normal» que alguien que «trabaja en finanzas a tiempo completo se tome unos días de descanso para celebrar su cumpleaños».
No se sabe cuándo volverá Beatriz a Estados Unidos para reanudar su puesto en el equipo que está a las órdenes de su progenitor. Éste sería su tercer trabajo desde que se graduó en 2011. Anteriormente trabajó para la firma de inversiones de Cabot Square Capital y Sony Pictures, pero renunció a los dos puestos antes de cumplirse el año. De momento, a juzgar por las imágenes que estos días publican los tabloides, la joven permanece ajena a la polémica. Su pose no puede ser más relajada. No es para menos. El yate «Rising Sun» cuenta, entre otras comodidades, con bodega, varias piscinas, sala de cine privada y hasta cancha de baloncesto. Oprah, la reina de la televisión americana responsable del «reality» en el que Ferguson contaba su vida, pasó a bordo del transatlántico el verano de 2013.
Para pisar tierra firme, la familia al completo se reunirá esta semana en Sotogrande. Aunque el príncipe Andrés y Ferguson están divorciados, guardan una excelente relación y ninguno quería perderse la celebración de su primogénita.
En caso de que Beatriz quiera pasarse luego por la capital británica, una de las ciudades más caras del mundo, tiene a su disposición dos viviendas. Una en los terrenos pertenecientes al mismísimo Castillo de Windsor. Otra, en el Palacio de St. James, donde el alquiler se lo paga su padre. Éste último ha sido renovado con 250.000 libras de dinero de los contribuyentes, según el «Daily Mail».
Mientras, su madre se muda a suiza
A Sarah Ferguson también le gusta la buena vida. La ex esposa del príncipe Andrés ha sabido comercializar muy bien su imagen y ahora parece haber tomado otra decisión astuta, en un sentido económico, al trasladar su residencia oficial a Suiza, donde pagará impuestos mucho más bajos que en Reino Unido. Después de vivir durante 20 años junto a su ex pareja, en el palacio de Windsor, Fergie se ha mudado a un lujoso chalet en Verbier.
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