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Los bomberos encienden el rastrillo
Echaron una mano sirviendo el almuerzo en Vistalegre y los hijos de Margarita Vargas aportaron dulces caseros para ser vendidos
Echaron una mano sirviendo el almuerzo en Vistalegre y los hijos de Margarita Vargas aportaron dulces caseros para ser vendidos.
La espera de que hoy se produzca la visita más esperada, la de la Reina Sofía, casi siempre acompañada de su hermana Irene, para deleite de los puestos y no solo por tener el lujo de poder saludarla, sino también porque Doña Sofía soluciona buena parte de sus regalos navideños comprándolos en el Rastrillo Nuevo Futuro, eayer resultó escaso el número de rostros conocidos pero abundante en lo que uno de sus grandes colaboradoras, Margarita Vargas, pretendía atraer el público joven. Muchos padres con hijos pequeños acudieron a la cita anual benéfica en el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo. Un marco incomparable para hacer las primeras compras de las próximas fiestas como el que reúne el puesto de las Misiones, al frente del cual el padre Miguel Ángel, al que todo el mundo en el rastrillo llama «páter», recauda dinero con la venta de ropa, bisutería, comida y hasta muebles.
Así lo hizo ayer Margarita Vargas, aunque sin la compañía de su marido, Luis Alfonso de Borbón. Llegó a las tres de la tarde y se puso a despachar en su puesto, Comala, donde sobre todo hay ropa de niños a unos precios más que ventajosos (doy fe con dos vestidos y un mono burdeos de viscosa). En torno a las cinco llegaron sus tres hijos, portando cada uno una cesta repleta de dulces hechos por ellos mismos, que venden entre el puesto de su madre y el de la familia Franco, el de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalem. Una vez repartidos los dulces los niños jugaron por los espacios del Rastrillo hasta que mamá dejó de colaborar.
50 aniversario
Son manos extras de ayuda la de estos pequeños como también lo fueron ayer una decena de represtantes de los bomberos de la Comunidad de Madrid, que este año celebran su 50 aniversario, que se acercaron al Rastrillo para servir el almuerzo de uno de los restaurantes, el de Vistalegre. Además, de forma anónima, aunque pudimos reconocerlos, estuvieron en el rastrillo el actor Ricardo Arroyo, al que muchos niños reconocieron por su papel de Vicente en la serie «La que se avecina», el humorista Tony Antonio, que repitió, y la madre de Irene Villa, María Jesús González. Asimismo, firmaron libros (otro gran idea para regalo de Navidad) Inocencio Arias («Yo siempre creí que los diplomáticos eran unos mamones», Plaza &Janés), Sonsoles Ónega («Después del amor», Planeta, Premio de Novela Fernando Lara 2017) y Cristina López Schlichting («Los días modernos», Plaza & Janés) y el escritor independiente Plácido Díez Gansert, que acude al Rastrillo desde 2011 y al que –cuenta– la Reina Sofía le ha comprado en este tiempo cuatro de los cinco títulos que ha llevado en esos años.
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