Artistas

Mónica Pont: «Nunca perderé a mi hijo»

La actriz presenta su primera novela, basada en su batalla judicial para recuperar al menor.

La actriz Mónica Pont aún no ha recuperado la custodia de Javier, de 12 años
La actriz Mónica Pont aún no ha recuperado la custodia de Javier, de 12 añoslarazon

La actriz presenta su primera novela, basada en su batalla judicial para recuperar al menor

Mónica Pont lleva luchando durante diez años por la custodia de su hijo Javier. Cuando ella dejó Barcelona para trabajar en Madrid, un juez de Gerona ordenó que el niño debía quedarse con su padre por «arraigo al territorio» donde había nacido y crecido. En ese duro y largo proceso, la actriz y presentadora ha recibido muchos mensajes de seguidores que se sienten identificados con su historia y que le agradecen el haberla compartido. Con la ilusión de poder ayudar a más personas con experiencias similares, Pont se sentó finalmente a plasmar en papel sus vivencias. «Durante estos años me han pasado cosas tan surreales que en muchas ocasiones pensé: tengo que escribir un libro sobre esto. Luego, cuando mi historia se hizo pública, recibí apoyo de mucha gente: “No estás sola”, me decían. De ahí viene el titular de mi novela», explica Pont.

«No estás sola» (Ediciones Martínez Roca) se presenta esta semana en Madrid y en Barcelona y reúne no sólo las anécdotas de la vida de Pont, especialmente aquellas relacionadas con la batalla por la custodia de su hijo, sino también las de aquellos que compartieron con ella sus historias. «Necesitaba nutrirme de las experiencias de otros, así que el libro pasó de autobiografía a ficción», dice la autora. Aunque es su debut como novelista, Pont se dedica a la escritura de manera profesional desde hace cuatro años, ya que ha escrito para varios medios y tiene un blog con la revista «Love».

La novela se desarrolla en la Toscana italiana –territorio que conoce bien y que considera muy similar al Ampurdán, donde vivía antes de mudarse a Madrid–, donde Carolina, la protagonista, se reencuentra con un viejo amor, con el que pronto se casa y tiene un hijo. Sin embargo, la relación se deshace por los abusos de él y Carolina decide dejarlo. Comienza entonces una larga batalla legal en la que quedan al descubierto las incongruencias del sistema. Por eso, para Pont, la obra es también una denuncia de «la injusticia de la Justicia». «Para ganar un juicio necesitas tres cosas: tener la razón, saber argumentarla y que te la quieran dar», asegura Pont, que hasta ahora ha perdido su batalla legal contra su ex, Javier Sagrera Sebate.

Sin embargo, asegura que la novela ha sido escrita «desde la serenidad. Lo he soltado todo en este libro y ahora me siento bien. Me sirvió de terapia a nivel personal, pero espero que el testimonio de Carolina también pueda ayudar a otros. Quiero que los padres que lo lean tomen sus decisiones con los niños en mente, que no permitan que un juez sea quien decida su futuro. Es mejor ceder que pelear».

Y eso está haciendo Pont en este momento. Aunque ya su hijo tiene edad para ser escuchado por un juez, ella prefiere esperar: «Necesito que sea más maduro, aunque después de todo lo que ha vivido, Javier ha crecido a pasos agigantados. A los 12 años, tiene la mentalidad de un joven de 16», asegura. Mientras tanto, su hijo la ha apoyado en su proceso de escritura y a Mónica no le preocupa que lea algunas de las cosas más duras que cuenta, inspiradas en la realidad. «Cuando recibí la primera caja con ejemplares de la novela, lo primero que hice fue dedicarle uno. Él tiene muy clara la historia real y la ficcionada. De hecho, el último capítulo casi lo decidimos juntos», explica.

Como el bienestar de los niños ha sido siempre su mayor motivación, Pont donará todo lo recaudado con el libro a la Fundación Mujeres, que destinará el dinero al fondo de becas Fiscal Soledad Cazorla Prieto. Se trata de un fondo que ayuda a niños que han sido víctimas de la violencia doméstica y que viven en hogares inestables o con problemas económicos.

«Algo de positivo tenemos que hacer con nuestras desgracias, por eso he escrito este libro», reflexiona Pont. «Me han quitado el derecho de estar con mi hijo en su día a día, de prepararle el desayuno y llevarle al colegio, pero nunca lo perderé, somos uno», asegura.