Gente

Ortega Cano. «Hemos firmado los papeles, pero la boda es el domingo»

José Ortega Cano se casó anteayer en secreto con Ana María Aldón ante un notario en Zaragoza; la celebración familiar se mantiene para el fin de semana.

Ana María Aldón y José Ortega Cano
Ana María Aldón y José Ortega Canolarazon

José Ortega Cano se casó anteayer en secreto con Ana María Aldón ante un notario en Zaragoza; la celebración familiar se mantiene para el fin de semana.

En secreto y por sorpresa. José Ortega Cano y Ana María Aldón se casaron por lo civil ante el notario Honorio Romero el martes por la tarde, en Zaragoza, lejos de «paparazzis» y miradas indiscretas. La noticia no trascendió hasta ayer, cuando el diestro de 64 años afirmó que «hemos firmado los papeles, pero nuestra verdadera boda es el domingo». Lo mismo dijo Aldón tras conocerse el adelantado enlace: «Mi boda será el día en que la celebremos en familia, no el que se firmó un documento». En principio, estaba previsto que la boda se celebrara el domingo en Madrid, en una finca cercana a San Sebastián de los Reyes, pero el frágil estado de salud de la madre de Ana ha aconsejado cambiar el lugar del banquete para evitar un desplazamiento nada recomendable. Por eso, será en una finca de Sanlúcar de Barrameda, tierra natal de la novia.

Ana María, que acaba de terminar la carrera de Diseño, es quien firma, junto al modisto Emilio Salinas, su vestido nupcial: corte sencillo, sin adornos innecesarios, en color blanco roto. En cuanto al novio, ha optado por la firma Fields, que ha confeccionado su traje y el de su hijo José María, quien portará las alianzas de sus padres. Como Ana María no tiene todavía la anulación religiosa de su primer matrimonio, este segundo se celebró por lo civil, pero no se descarta que, más adelante, tenga su continuación por la Iglesia.

Vestido de faralaes

Los invitados, y si el tiempo lo permite, disfrutarán de un cóctel con entremeses calientes y fríos, al aire libre, seguido de una comida y, seguramente, merienda y cena. Pescado fresco, chuletones de ternera y solomillo, tarta nupcial... Y barra libre durante varias horas. Aldón también ha diseñado un segundo vestido, de faralaes, para bailar al son que marque un grupo flamenco contratado para la ocasión. Los que prefieran otros ritmos optarán por una orquesta. En la lista de invitados encontramos, entre otros, a los hijos y los hermanos de Ortega, sus sobrinos, la madre de la novia y el resto de los Aldón, Rocío Carrasco y Fidel Albiac, María Teresa Campos y sus dos hijas, los toreros Enrique Ponce (y su mujer, Paloma Cuevas), Israel Lancho y Vicente Ruiz «El Soro», y los hermanos de Rocío Jurado, Gloria y Amador.

Personas cercanas al torero nos desvelan que, «cuando Rocío Jurado supo que le quedaban pocos meses de vida, le dijo a su marido que rehiciera su vida y no le guardara ausencias eternas. Que fuera feliz y no viviera anclado en el recuerdo. A José le costó encontrar el amor, pero Ana María le ha devuelto la ilusión y la estabilidad que le faltaban. Es una mujer cariñosa, comprensiva, trabajadora... En este sentido, Ortega ha tenido mucha suerte con que se cruce en su camino». En su primera boda, Ortega se convirtió en improvisado cantante con su recordado «y estamos tan agustito». Su estado no parecía el más idóneo para lanzarse por bulerías y los presentes (entre los que me incluyo) sentimos vergüenza ajena de sus «gallos». Esperemos que en esta ocasión no se repita la historia.