Restringido
Usted no podrá alquilar el Fortuna
Tras la venta a Balearia, sus propietarios sólo recuperan un 12% de la inversión realizada
Los millones de euros le han parecido suficientes a la Fundación Turística y Cultural de las Islas Baleares (Fundatur) para vender el Fortuna, rebautizado por los propios empresarios como Foners. En sesión extraordinaria, la fundación creada con el fin de regalarle el barco a Don Juan Carlos hace 17 años decidió ayer aceptar la oferta de la naviera Balearia por unanimidad. El que fuera el yate del Rey durante 13 años costó entonces 18 millones de euros. Con su venta, no se recupera ni un 12% de su inversión. La realidad es que, según ha podido saber LA RAZÓN, el buque estaba tasado en 1,8 millones de euros, por lo que había perdido el 90% de su valor, pese a que no llegaba a las 1.000 horas de navegación. Desde que el pasado mes de marzo el buque arribara a Port Adriano –uno de los puertos más lujosos del Mediterráneo, situado en el municipio de Calviá–, la naviera se estaba haciendo cargo de sus gastos. Y esto no es cuestión baladí, ya que su mantenimiento está cifrado en 1,8 millones de euros anuales. Así, tenerlo amarrado en el puerto «vip» de la Europa mediterránea ronda los 150.000 euros por año.
Balearia hizo una oferta en firme en marzo por la misma cantidad. Pero se encontraron con el rechazo por parte de Fundatur. ¿La razón? Querían hacerse con las tres turbinas de gas Rolls Royce con las que cuenta el Fortuna, que le permite alcanzar una velocidad de 120 kilómetros por hora, mientras que otros buques de las mismas dimensiones que el antiguo yate del Rey no llegan a los 40 kilómetros por hora. Sin embargo, los empresarios baleares querían que la utilización del barco fuera el recreo y que no se desguazara como ocurrió con el «Azor», el barco de Francisco Franco, que está expuesto en el Matadero de Madrid convertido en chatarra. Hasta que se conforme la transacción, la naviera no va a dar los detalles sobre el uso que le va a dar al barco, aunque sí han confirmado que no lo van a alquilar y que se va a utilizar. Si bien es cierto que eso no quiere decir que vayan a aprovechar las tres turbinas para otras embarcaciones. La posibilidad de alquilar el buque y el uso que se le va a dar son dos cuestiones que preocupaban al grupo de empresarios que forman Fundatur, ya que consideran el yate como un emblema. Por eso, no todo el mundo podía acercarse a ver el barco. Debían acreditar solvencia económica, así como tener una buena reputación en el mundo empresarial. En definitiva, un currículum «intachable».
El 15 de agosto caducaba la otra oferta de 2,2 millones realizada por Balearia. Por eso, Fundatur ha terminado por aceptar, pese a que está lejos de ser un negocio redondo. La naviera no iba a desembolsar los 10 millones que pedían los empresarios en enero, cuando recuperaron el yate en un acuerdo firmado con Patrimonio Nacional en el Palacio de la Almudaina (Palma de Mallorca). Tampoco los ocho «negociables» a los que se agarraron después, puesto que la naviera era consciente de la pérdida de valor del buque así como de las prisas por deshacerse de él por parte de la fundación. A ellos les había tocado la mala fortuna de hacerse cargo del Fortuna. De cualquier modo, no es una sorpresa para los empresarios isleños el hecho de perder dinero con la transacción, ya que siempre ocurre cuando se hace una donación.
- El vigésimo buque de Balearia
Balearia aumenta su flota con la compra del Fortuna, que ya se sitúa en 20 buques. Desde el pasado mes de marzo, la naviera había puesto a cinco tripulantes a cargo del yate para su mantenimiento diario, ya que, como indican desde Port Adriano, «estos barcos necesitan atención en todo momento. Siempre hay cosas que hacer». Estos trabajadores reemplazaron a los diez miembros de la tripulación del antiguo Fortuna, que se encargaron del mantenimiento del buque hasta que en 2013 Don Juan Carlos renunció a su uso como medida de sensibilización con los problemas económicos que sufría el país. Y es que llenar el depósito de gasolina del yate ronda los 25.000 euros. De hecho, en el año 2012 sólo salió a navegar en una ocasión y no por gusto del monarca, sino porque la tripulación recomendó su puesta en marcha al llevar tanto tiempo parado.
Por otro lado, la propia fundación, que llevaba seis meses estudiando ofertas, confirmó que habían tocado a su puerta varios interesados en el barco. Entre ellos, un monegasco, un chileno, un árabe y Jorge Méndez, el representante de los galácticos del balón. Sin embargo, al final, el barco va a parar a una naviera de las propias islas. De hecho, el Grupo Matutes, uno de las empresas que ayudó en la compra del yate para el monarca, cuenta con un porcentaje de Balearia. Y es que la presidenta de Fundatur, Carmen Matutes, lo es también del Grupo Matutes. Todo queda en casa.
Los detalles de la operación se desconocen hasta la fecha, ya que todos los miembros de Fundatur –formada por Carmen Matutes, consejera del Grupo Matutes; Gabriel Escarrer, presidente de Meliá; Gabriel Barceló, presidente de la Fundación Barceló; Miguel Fluxá, presidente de Iberostar; Pere Serra, presidente del Grupo Serra; José Fernández, de Riu Hoteles; Juan José Hidalgo, presidente ejecutivo de Globalia o Antonio Fontanet, de Productos Fontanet, entre otros– guardan silencio al respecto.
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