Alimentación ecológica

Cultivos biodinámicos o cómo obtener vino enterrando cuernos de vacas

En 1924 surge este concepto que relaciona la buena agricultura incluso con la posición de los astros.

Cultivos biodinámicos o cómo obtener vino enterrando cuernos de vacas
Cultivos biodinámicos o cómo obtener vino enterrando cuernos de vacaslarazon

En 1924 surge este concepto que relaciona la buena agricultura incluso con la posición de los astros.

No sólo se trata de no utilizar productos químicos como ya se hace en la agricultura ecológica, sino de tener en cuenta la tierra, la naturaleza, el entorno e, incluso, la posición de los astros. Es la agricultura biodinámica, un concepto que surgió en 1924 en un ciclo de conferencias y que se sigue extendiendo por Europa., especialmente en el sector vitivinícola. En España más de 8.100 hectáreas se rigen por criterios biodinámicos y cuentan con el sello Demeter (muy por delante está Alemania que supera las 73.000 hectáreas). «La finca se considera como un organismo en el que las plantas, los animales y los seres humanos están conjuntamente integrados. La diferencia más significativa es que en la agricultura biodinámica se trabaja con las energías vitales en la naturaleza y no solamente con las necesidades materiales. Un aspecto de esto es la consideración de los ritmos cósmicos en la producción vegetal y la cría animal (por ejemplo, en un cultivo; la siembra y la cosecha deben estar programadas si es posible en los días favorables)», explica la web del sello Demeter.
«Se trata de un sistema de producción completamente distinto. Hay una parte que sólo se demuestra con la experiencia. En biodinámica lo que hay que hacer es hacerlo; todas las técnicas que usamos están relacionadas con la naturaleza. Se utilizan una serie de preparados naturales a base de manzanillas y otros. Por ejemplo, el 501 está basado en piedra como la calcita. Se machaca la piedra, se hace una pasta y se mete en cuerno de vaca que se deja reposar durante varias semanas. Entonces ya se puede aplicar; las cantidades son como las homeopáticas... a lo mejor cuatro gramos por hectárea. Si te pasas se te puede adelantar la floración u otros problemas», explica Ignacio Valdés, propietario y fundador de la cooperativa La Olivilla, que produce su aceite de forma biodinámica. Aunque, la parte teórica de la conexión de los cuernos de vaca con las fuerzas de la naturaleza suena muy esotérica, los productores creen que hay una explicación científica muy sencilla: «tiene sentido que si cogemos un cuerno de una vaca que ha estado en nuestro terreno, se aporte a la tierra bacterias y microorganismos que ésta ya tenía. Al añadirlo al suelo lo que tenemos es un potenciador que permite al árbol llegar a más nutrientes. Es como si se desbloqueara el suelo». Esta finca es sólo una de las decenas de fincas que aplican estas máximas, y un ejemplo de que algo en la tierra ocurre, ya que gracias a la recuperación de la riqueza de los suelos de sus fincas, en La Olivilla han conseguido participar en programas de conservación como el desarrollado junto a la organización SEO/BirdLife para la reintroducción de aves rapaces o en el proyecto oilvares vivos que premia a aquellas fincas de producción que además aumentan la biodiversidad en sus terrenos.