Paleontología

¿Desde cuándo existen los dentistas?

¿Desde cuándo existen los dentistas?
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Hace 7.500 años los humanos ya disponían de odontólogos para aliviar el dolor de sus dentaduras

El paleontólogo Roberto Macchiarelli descubrió hace unos años un auténtico tesoro para la ciencia. Una pieza de 7.500 años de antigüedad que no era tan importante por su antigüedad como por el secreto que guardaba. Su valor no residía en lo que tenía, sino en lo que no tenía. Aquel pequeño trozo de molar pertenecía a la colección de varias mandíbulas desenterradas en Pakistán por el equipo de la Universidad de Poitiers que Macchiarelli dirigía. Había restos de 11 incisivos y molares pertenecientes, al menos a cuatro mujeres, dos hombres y otros tres individuos cuyo sexo era imposible de determinar. Todos ellos habitaron esas tierras en el Neolítico.

A los científicos no se les escapó un detalle que pronto sería conocido por la comunidad investigadora de medio mundo. Aquellas piezas dentales estaba horadadas. Les faltaba un trozo, pero no un pedazo fragmentado al azar. Les faltaba una porción de tamaño y forma similar en todos los casos: un pequeño círculo en algunas de las paredes del hueso que sugerían que aquellos dientes habían sido taladrados.

Los estudios radiológicos confirmaron que el esmalte había invadido parte de la cavidad tras haberse practicado los taladros lo que evidenciaba que la operación sobre ellos se había realizado cuando los individuos dueños de aquellas mandíbulas aún estaban vivos. ¿Cuál sería el objetivo de las perforaciones? Parecía poco evidente que se tratara de prácticas decorativas o rituales, ya que en la mayoría de los casos las piezas intervenidas eran molares muy profundos, que no se ven habitualmente a menos que se abra en extremo la mandíbula. Algo fascinante estaba a punto de descubrirse y tendría mucho que ver con la historia de la medicina.

Y es que Macchiarelli presentó en abril de 2006 los resultados de su investigación y la explicación más plausible para tan peculiares observaciones: aquellos dientes eran la evidencia más antigua jamás descubierta de la práctica de la odontología. Nuestros antepasados que ocupaban hace 7.500 años lo que hoy conocemos por Pakistán ya tenían dentistas a su disposición. El objetivo de aquellas perforaciones no era otro que tratar de aliviar los terribles dolores molares de nuestros ancestros. La mayoría de las mandíbulas descubiertas mostraban rasgos de decadencia dental y más de una había llegado a extremos elevados de infección lo que tendría que haber supuesto un auténtico suplicio para los pacientes. Es cierto que no menor tortura parece haber sufrido un taladro de aquellas características 7.500 años antes de la invención de la novocaina y al menos 2.000 antes de que pudieran si quiera, aliviarse con un trago de licor.

¿Hasta dónde llega la arena del Sáhara?

La mayor parte del polvo atmosférico que flota en todo el planeta procede del desierto del Sáhara. El 55% de las partículas arenosas en suspensión que hay en el mundo son saharianas, como esas que tiñen de rojo las tardes de calima en la península Ibérica. Una mota de polvo africano puede llegar a recorrer 8.000 kilómetros desde su origen hasta lugares tan remotos como Florida y grumos de arena erosionada pueden viajar de China a los Alpes. Estudios realizados con satélites de la NASA han demostrado que el Sáhara suministra cada año 22 toneladas de polvo al Amazonas. De hecho, la riqueza natural del río americano se debe al aporte de nutrientes que lleva la arena del desierto africano.

¿Existe un límite para la memoria de los ordenadores?

Según la famosa ley formulada por el fundador de Intel Gordon Moore, cada dos años los chips de los ordenadores disminuyen su tamaño a la mitad y duplican su capacidad de computación. Esta ley tiene como límite físico el tamaño de los chips. Se cree que para 2025 ya no se podrán fabricar transistores y procesadores más pequeños con lo que la fuerza de cálculo dejará de crecer. Aunque en tecnología nada está escrito y el hallazgo de nuevos materiales o de nuevas formas de computación podrán superar, sin duda, ese inconveniente.