Ciencia y Tecnología
Lo que los JJ OO nos enseñaron sobre televisión
El futuro será muy distinto para la difusión de los eventos deportivos. Éstas son las razones.
El futuro será muy distinto para la difusión de los eventos deportivos. Éstas son las razones.
Las quejas fueron numerosas y se escucharon en voz muy alta. Mientras Ruth Beitia ganaba su tan ansiada medalla de oro, RTVE transmitía otros eventos en los que no participaba ningún español y quienes se despertaron a las tres de la madrugada para ver a la atleta cántabra coronarse en el podio olímpico pusieron el grito en el cielo de las quejas en las redes sociales.
Pero puede que eso no ocurra más. Por un lado, teniendo en cuenta que Panasonic fue el encargado de proveer de 100 cámaras del alta definición y había al menos 50 drones cubriendo los diferentes eventos, más los robots sumergibles que retrataban la acción de piscina y los controlados a distancia para el atletismo, el número es muy alto y permite soñar con emisiones más personalizadas. En este sentido, Netflix inicialmente ha mostrado cierta preocupación. Su jefe de finanzas, David Wells, ha comentado que esperan un impacto significativamente negativo en la cantidad de usuarios nuevos y en la cantidad de películas vistas durante los Juegos Olímpicos. Todo ello les ha hecho plantearse varias opciones. La primera de ellas ha sido subir varias películas y documentales con temáticas deportivas. Pero esto es circunstancial. La segunda medida, aprovechando que existe tiempo para planificar las estrategias adecuadamente, es difundir ellos mismos las olimpiadas.
La idea es crear un servicio de «streaming», similar al existente y venderlo por paquetes y regiones para aquellos interesados en determinados eventos. Obviamente no se difundirían todos, pero sí sería posible ver con mayor profundidad aquellos que la televisión no retrata. ¿Cómo lo harían? Con nuevas tecnologías. Justamente, en el marco de la Reunión Anual de la Sociedad Química de Estados Unidos (ACS), se han presentado dos innovaciones que permitirían obtener otro «punto de vista» en lo que a difusión televisiva se refiere. Por un lado, un equipo de la Universidad Carnegie Mellon de Pensilvania ha presentado una batería que se puede tragar. Aunque útil por apenas 20 horas, sí sería capaz de alimentar «wearables» que filmen diferentes situaciones. Un ejemplo es ver, con los propios ojos de Usain Bolt, una carrera.
Otra innovación presentada son las baterías flexibles y delgadas como una hoja. Estas podrían reemplazar a los dorsales de los competidores o situarse en las camisetas y aportar una nueva «lente» con la cual observar los eventos.
Gracias a esto no sólo podrían verse los eventos deportivos más importantes, sino también con ángulos hasta ahora poco explorados. La iniciativa estaría impulsada no sólo por el gran numero de suscriptores, sino también por las empresas anunciantes que querrían sacar partido de la novedad.
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