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Julio Iglesias: la vida sigue igual para Javier Santos

El presunto hijo del cantante confía en que el juzgado no dilate el proceso este viernes.

Javier Santos y su abogado, Fernando Osuna, a la salida de los juzgados de Valencia, donde está presentada la demanda de paternidad. Foto: Kike Taberner
Javier Santos y su abogado, Fernando Osuna, a la salida de los juzgados de Valencia, donde está presentada la demanda de paternidad. Foto: Kike Tabernerlarazon

El presunto hijo del cantante confía en que el juzgado no dilate el proceso este viernes.

Parafraseando una de las canciones más conocidas de Julio Iglesias, «La vida sigue igual» para su presunto hijo, Javier Santos. El cantante, que tiene de plazo hasta este viernes para contestar a la demanda de paternidad presentada por este hombre de 42 años, sigue poniendo trabas para dilatar un proceso que elude por sistema desde que el pasado mes de diciembre un juzgado valenciano admitió a trámite la demanda contra el cantante.

Santos, según asegura a este periódico su entorno, «está muy tranquilo, ya sabía que Julio no está dispuesto a hacerse las pruebas, así que no le pilla por sorpresa; pero sabe que estamos en el tramo final y que Iglesias tendrá que darle sus apellidos por mandato del juez». El abogado de Santos, Fernando Osuna, aseguró a LA RAZÓN que «el caso ha sufrido una incidencia procesal porque el señor Iglesias dice que la competencia para juzgar este caso no la tiene el juzgado de Valencia, sino el de Madrid. Su argumento es muy endeble, se basa en que él vivió en la capital, pero la realidad es que su último domicilio ahí data de 1978. Es más, la única residencia que se le conoce actualmente a Julio Iglesias en España está en la localidad malagueña de Ojén, en donde el artista posee una finca que le compró hace años al veterano torero Curro Romero, y sigue siendo de su propiedad. De hecho, sus dos hijas gemelas están pasando unos días de vacaciones en este lugar. Por tanto, qué más da que se le juzgue en una ciudad o en otra si los jueces son imparciales, independientes... Nos oponemos a Madrid porque ello supondría retrasar el proceso, que es lo que pretende la parte contraria con el fin de cansarnos».

Ahora la estrategia pasa, según Osuna, por «demandar al hombre que, en su momento, le dio sus apellidos a mi cliente, para que revoquen la condición de hijo de ese hombre, con el fin de que el juez pueda conceder posteriormente a Javier la condición de hijo de Julio Iglesias».

Si el viernes el artista sigue resistiéndose a someterse a las pruebas de ADN, indica el abogado, «el proceso se retrasará entre un mes y mes y medio por el asunto de la competencia. Hasta que no se resuelva esto último, lo demás queda “congelado”... Esperamos que antes de que finalice julio el juez dictamine si el caso sigue siendo de su competencia o se traslada a Madrid, cosa que me extrañaría muchísimo por los escasos argumentos de la parte contraria».

El letrado aclara que «hace más de un año que no tenemos contacto con los representantes legales del señor Iglesias, desde que conseguimos las pruebas de ADN que demuestran una compatibilidad del 99 por ciento entre los genes de mi cliente y los del señor Iglesias. Le mandamos una carta al cantante para comunicarle los resultados, me llamó un hombre de su confianza para facilitarme el número de un abogado en España y no llegamos a ningún tipo de entendimiento».

La justicia de la genética

Ante la pregunta de cómo se encuentra Javier Santos, contesta que «muy contento, sabe que es hijo de Julio Iglesias y que yo no aceptaría este caso si no estuviera seguro al cien por cien de que lo vamos a ganar. Y confiamos en que la Justicia respalde las pruebas de ADN conseguidas hace un año. No tendría sentido que la genética fuera por un camino y el Derecho o la Justicia por otro».

El abogado opina que «al señor Iglesias le debe dar miedo que David venza a Goliat, que él, que es el poderoso, tenga todas las de perder ante el más débil. Ese tipo de hombres tiene su ego y les cuesta bajarse del “burro” ante la adversidad. Además, tenemos el tema económico, porque si a Javier le reconocen como hijo del cantante, tendrá derecho a su parte de la herencia... Imagino que todo este asunto le pone en evidencia ante sus otros hijos, su familia y sus amigos».

En el círculo más cercano a Isabel Preysler, que era esposa del artista cuando, en teoría, Julio le fue infiel con María Edite, madre de Javier, desvelan que «a Isabel le molesta mucho que se haya reactivado el caso porque, indirectamente, está quedando como una tonta, como la esposa que le perdonaba todo a su marido, aun sabiendo que sus aventuras extramatrimoniales estaban en boca de todo el mundo».

Tal y como están las cosas, no se espera que Julio Iglesias venga este verano a España, como sí ha hecho en años anteriores.