Astronomía

¿Cuándo hay que decir «buenas noches»?

El crepúsculo en verano se come por completo las horas de noche real en España

La Luna sobre una atracción de feria en Brirminghan (Alabama, EE UU)
La Luna sobre una atracción de feria en Brirminghan (Alabama, EE UU)larazon

Lo de ser cortés es una cualidad que no debería perderse. Pero si uno une la cortesía a cierta obsesión por el rigor científico puede encontrarse con algún problema. ¿Debemos decir buenas tardes a partir del mediodía? ¿Hay que esperar a que caiga el sol para decir «buenas noches»? Pero, ¿cuándo cae realmente el Sol? ¿Tenemos que ser astrónomos para que nuestra buena educación no quede en entredicho? Con la ciencia en la mano deberíamos decir que en realidad no existe un sólo tipo de noche. O, mejor dicho, no hay un único crepúsculo. El crepúsculo es un intervalo de tiempo en el que el cielo está iluminado a pesar de que la esfera de Sol no se ve sobre el horizonte, bien porque aún no ha salido bien porque ya se ha ocultado.

La ocultación del Sol en el horizonte es un fenómeno progresivo que tiene que ver con la velocidad a la que la Tierra nos hace rotar hacia la zona de sombra que no recibe rayos de sol: hacia la oscuridad. En ese proceso existen cuatro fases distintas. El primero es el crepúsculo civil. Empieza cuando el Sol desaparece definitivamente del horizonte y termina cuando cae 6 grados por debajo de él. Durante este tiempo, aunque no hay sol visible, la luz dispersada por la atmósfera permite que en las ciudades no haga falta usar iluminación artificial. El segundo se llama crepúsculo náutico y dura hasta que el sol se sitúa a -12 grados. En ese momento aparecen las primeras estrellas (que usan para orientarse los navegantes) y todavía puede distinguirse el horizonte: algo que también sirve de gran ayuda a los marineros. La tercera fase se conoce como crepúsculo astronómico. Ocurre cuando el sol cae hasta -18 grados por debajo del horizonte. El cielo se vuelve prácticamente negro, se observa casi la totalidad de las estrellas y se hace imprescindible iluminar las calles y casas. Pero esa fase del crepúsculo aún no puede considerarse noche cerrada.

Técnicamente, la noche comienza unos minutos después, cuando el sol cae por debajo de los -18 grados respecto al horizonte. En las regiones situadas a más de 48,5 grados de latitud norte o sur (es decir en las cercanías de los polos) durante el verano el sol nunca llega a más de 18 grados bajo el horizonte; por eso no se hace nunca de noche. Aunque solemos creer que pasamos la mitad de nuestras vidas de día y la otra mitad de noche lo cierto es que la noche (al menos lo que técnicamente debe considerarse noche) ocupa mucho menos de la mitad de un día. Las diferentes fases del crepúsculo en verano casi se comen por completo en España las horas de noche real. En ciudades como Londres, entre mayo y agosto, apenas existe noche y se pasa, como en los polos, del crepúsculo astronómico al amanecer casi sin transición. Así que si decimos «buenas noches» en un país como España tenemos muchas probabilidades de estar adelantándonos a los acontecimientos. Deberíamos decir «buen crepúsculo».