Ahorro de energía
Una vuelta al cole sostenible
Evitar los acelerones, llevar una velocidad constante y usar marchas largas son algunos gestos sencillos que permiten ahorrar hasta un 15% de combustible.
Evitar los acelerones, llevar una velocidad constante y usar marchas largas son algunos gestos sencillos que permiten ahorrar hasta un 15% de combustible.
Faltan pocos días para la vuelta al cole y las vacaciones de verano se nos antojarán un lejano recuerdo. Es el momento de pensar qué vamos a necesitar para equipar a los peques de la casa y adquirir el material necesario. ¿Cómo podemos conseguir un inicio de curso más ecológico y sostenible? Utilizando las tres erres: reducir, reutilizar y reciclar, para que nuestros hijos aprendan la importancia que ello tiene. Está demostrado que la conciencia ecológica se desarrolla a edades tempranas.
Reducir el gasto comprando solo lo necesario, evitando caer en los caprichos infantiles, es también una forma de ser sostenible. Una regla de oro es no entrar con los peques en tiendas llenas de cuadernos, mochilas, estuches de colores llamativos y estampados con sus dibujos favoritos únicamente para mirar. ¡Será muy difícil salir con las manos vacías!
Reutilizar el material escolar de otros años: desde las pinturas hasta el compás, hay que revisarlo todo y no desecharlo si está en buen estado. Los libros de texto pueden tener varias vidas, lo más común es pasarlos del hermano mayor al pequeño, aunque muchas veces varía el contenido cada dos o tres años y quedan obsoletos. Una buena idea es acudir a los bancos de libros gestionados por comunidades autónomas o por el AMPA de muchos colegios. Estos bancos reciben libros donados por alumnos y otros pueden utilizarlos durante el curso. Es también una forma
de enseñar a los niños la importancia de cuidar bien
los libros de texto.
Comprar productos reciclados y ecológicos. Para saber que realmente se trata de material escolar ecológico hay que saber leer las etiquetas. Algunos sellos reconocidos son los certificados ISO 14001 o el Reglamento Comunitario de Ecogestión y Ecoauditoría (EMAS) y en los productos de madera el distintivo FSC, que garantiza que proviene de bosques gestionados de forma sostenible.
Otra opción es comprar en tiendas especializadas en productos sostenibles como Green Habitat o Ecomarket. Además, adquirir material ecológico tiene otras ventajas aparte de cuidar el planeta. No son productos tóxicos, así que si tu peque se «come» los bolígrafos no pasa nada y si se mancha con, por ejemplo, los rotuladores, se quita fácilmente con agua. Desde mochilas hechas con redes de pescar, pasando por bolígrafos de verduras o ropa hecha con plásticos, todo lo necesario para la vuelta al cole puede ser eco.
Y una vez que comienzan las clases, se puede seguir haciendo pequeños gestos con cosas tan sencillas como llevar el bocadillo del almuerzo en un envoltorio reutilizable, como los de Roll’eat, y el agua en una botella rellenable. Poco a poco, los centros educativos también van dando pasos en esta dirección. Cada vez son más lo que apuestan por la comida ecológica en el comedor escolar para enseñar a los niños el valor de lo fresco frente a lo procesado y la importancia de cuidar el planeta.
WWF destaca los beneficios de los ríos saludables
La Semana del Agua, celebrada del 26 al 31 de agosto en Estocolmo, ha traído consigo un informe de la organización WWF en el que se destaca el poder de los ríos sanos para mitigar las consecuencias de desastres naturales como sequías e inundaciones. Para la entidad, resulta fundamental dejar de «tratar a los ríos como meras cañerías». En el estudio se alerta, además, de que «los grandes beneficios de los ríos podrían perderse si seguimos tratando a estos vitales ecosistemas como meras fuentes de agua y energía». Entre estas ventajas, los autores aluden a «la pesca de agua dulce, la protección de inundaciones para las ciudades, o los flujos de sedimentos que mantienen los grandes deltas del planeta en pie frente a la subida del nivel del mar». Según WWF, las grandes amenazas que se ciernen sobre los ríos se producen a partir de la construcción de presas, la influencia del cambio climático y la enorme demanda de agua para el riego agrícola y las plantas hidroeléctricas.
Nueva notificación: alguien ha alquilado tu piscina
Altas temperaturas, verano en la ciudad y una larga tarde por delante. ¿Qué hacer? Una buena posibilidad es darse un baño en una piscina. Y si nuestra comunidad no dispone de una y no hay ninguna pública en los alrededores, encontrar una desaprovechada es el objetivo número uno. En Estados Unidos y Canadá, una aplicación facilita la labor. Se llama «Swimply» y conecta a más de 100.000 usuarios con la suerte de tener piscina con todos aquellos que la desean. Su funcionamiento, simplificado, recuerda al de Airbnb. Unos suben a la app sus piscinas mientras otros las alquilan según el precio, las características, la cercanía... Incluso se puede conocer con anterioridad el número de tumbonas y sillas, si ofrece servicio de comida y bebida o si se ponen toallas a disposición de los usuarios. Los precios parten de 17 euros al día, pero hay para bolsillos más atrevidos dependiendo de la exclusividad que
se busque.
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