Gucci recupera la cultura pop de lo 80

Inspirada en el lenguaje visual y estético de la cultura pop alemana de los años ochenta, la historia de la colección primavera/verano 2016 tiene lugar en Berlín.

Siguiendo la senda de la campaña otoño/invierno 2015-16, en la que Gucci comenzó su viaje en las calles de Los Ángeles, la casa viaja ahora a Europa, concretamente a Berlín. Este patrón, en el que cada temporada nos transporta a una ciudad distinta, establece un diálogo entre las campañas y una narrativa continua que se abre paso a través de cada nueva colección. Inspirada en el lenguaje visual y estético de la cultura pop alemana de los años ochenta, la historia de la colección primavera/verano 2016 tiene lugar en Berlín.

El marco urbano de esta ciudad artística y brutalista –desde los tejados hasta las discotecas situadas en antiguos almacenes– ofrece un telón de fondo crudo para un relato hedonista y despreocupado. Gucci ha reflejado la decadencia propia del espíritu de la época en sus prendas y complementos para esta temporada, un romance que contrasta con los escenarios de las imágenes: el interior de un baño público o de una discoteca, por ejemplo.

En ellas, vislumbramos grupos de chicas en los baños de mujeres, espejos que crean efectos dinámicos y atrevidos, y el uso de los reflejos evoca una sensación de intimidad nocturna mientras que la interacción entre los protagonistas apunta a un guión profundo e inédito. Asimismo, se respira un ambiente onírico y surrealista, resumido a la perfección por la imagen de una modelo en monopatín con un pavo real en brazos.