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Porqué el vestido de novia de Isabel Preysler se llevaría en 2026

Uno de los diseños más recordados de la década de los 70 que todavía sigue siendo una referencia en la actualidad

Vestido de novia de Isabel Preysler en su boda con Julio Iglesias. Gtres

En cada temporada conocemos nuevos diseños, enfoques e innovaciones que determinan lo más llevado en el sector nupcial, pero no todos los vestidos de novia logran superar el paso del tiempo. Es decir, aquellos que se han posicionado como un referente en la moda que sigue actuando como fuente de inspiración sin importar en qué año nos situemos. Hablamos del más clásico de Grace Kelly en 1956, el más ochentero de Diana de Gales o el de inclinación romántica de Jacqueline Kennedy en la década de los 50.

No obstante, según las tendencias de novia 2026, volveremos a reinterpretar los diseños propios de los 60, 70 o 80 con un estilo clásico, escasos de detalles y con una absoluta feminidad. De nuevo, abrazaremos el minimalismo escultural con líneas limpias y cortes arquitectónicos frente a lo más efímero o volátil. Dado todo ello, no hemos dejado atrás el vestido de novia de Isabel Preysler en su boda con Julio Iglesias en 1971, un símbolo de sofisticación y clasismo. Lo cierto es que favorece a todo tipo de siluetas, así como reúne todos estos requisitos para convertirse en uno de los modelos más mirados durante los próximos meses. Con un estilo elegantísimo que perdura en la actualidad, está reconocido como uno de los looks nupciales más recordados de la historia. En sí, una demostración sobre cómo la elegancia sin exceso vuelve a ser la gran protagonista de las bodas frente a otras propuestas más extravagantes.

El vestido de novia de Isabel Preysler a análisis

En la década de los 70, Isabel Preysler se posicionó como una de las bridals más recordadas hasta el momento, donde todavía vemos muchas referencias en otras propuestas. Si lo analizamos al detalle, se trata de un diseño sobrio que apuesta por la durabilidad y atemporalidad. De cuello ligeramente alto y estructurado, mangas abullonadas terminadas en volante discreto y falda recta con cola sutil. Lo más innovador fue un elemento que marcó la diferencia, como es un fajín en champagne. Además de ayudar a estilizar su figura, también se trató de un añadido distintivo y que se alejaba de las novias convencionales que apostaban por la simplicidad del color blanco impoluto.

Vestido de novia de Isabel Preysler en su boda con Julio Iglesias.Gtres

Nos referimos a una alternativa que huye de los arriesgas de volúmenes o cortes estridentes que podían pasar de moda rápidamente. Lo completó con un ramo de flores delicado y minimalista, así como con un clásico velo con volumen que se posicionó en su recogido que hace referencia al estilo de los años 70. Con ello, también vimos a una Isabel Preysler al corriente de las tendencias del momento con un look de maquillaje llamativo con sombra de ojos en un tono azul metalizado.

Un look nupcial que nunca caduca y seguirá vigente en 2026

El vestido de novia de Isabel Preysler destaca por la simplicidad, convertida en elegancia, así como por la faceta más romántica. Con cortes limpios y una fuerte estética discreta, refinada y auténtica que vuelve a ser tendencia este 2026. Según lo que ya nos están mostrando las firmas líder en este sector, la moda nostálgica con una búsqueda de lo vintage volverá a ser vista con la preferencia de las siluetas que alargan la figura o las faldas que aportan un movimiento sutil sin ser nada exagerada. Asimismo, habría una mirada hacia el uso de tejidos nobles o las líneas arquitectónicas que evocan la serenidad de los vestidos clásicos como el de la celebridad. Y aunque el blanco sea el color por excelencia, también veremos incorporación de otras tonalidades suaves, como beige, champagne o rosa empolvado.

Vestido de novia de Isabel Preysler en su boda con Julio Iglesias.Gtres

Ahora bien, es posible encontrar un equilibrio entre lo clásico y lo moderno gracias a la simplicidad de su diseño. Algunas de estas ideas podrían ser el añadido de otros materiales (como organzas, encajes o bordados), reestructurar el escote con otros más actuales, detalles que estilizan la figura (como del drapeado) u otros accesorios más llamativos. En definitiva, el vestido de novia de Isabel Preysler volverá a ser una referencia en las bridals de este 2026 gracias a su versatilidad, autenticidad y sofisticación. Uno de sus puntos fuertes es que permite la libertad absoluta de reinterpretarlo con agregados contemporáneos, siguiendo la esencia minimalista y sofisticada que le caracteriza.

De la misma manera que otras figuras de la realeza o la jet set, este diseño se ha posicionado como uno de los más referentes y distintivos en la década de los 70. Todo un lienzo en el que podemos aportar ideas actualizadas, consiguiendo un equilibrio entre lo moderno y lo tradicional.