
Bienestar
Nootrópicos: la nueva frontera para mantener la concentración y frenar el paso del tiempo
Los nootrópicos, desde extractos naturales hasta fórmulas de laboratorio, prometen mejorar la memoria y la concentración. Pero, ¿funcionan de verdad?

El interés por los nootrópicos (también conocidos como “píldoras para el cerebro”) ha crecido en los últimos años. Cada vez más personas los utilizan para mejorar la concentración, la memoria o la agilidad mental. Sin embargo, los expertos advierten que la evidencia científica sigue siendo limitada y que sus efectos varían según el tipo de sustancia y la persona.
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Aunque parezca una moda reciente, los nootrópicos se usan desde los años 70, cuando se desarrolló el piracetam para mejorar la función cerebral en personas mayores. Hoy el término abarca desde ingredientes naturales como el ginkgo biloba, la cafeína o la L-teanina, hasta fármacos de prescripción médica empleados en trastornos neurológicos.
El interés actual se centra en su posible capacidad para prevenir el deterioro cognitivo relacionado con la edad. Algunos estudios sugieren que ciertos compuestos pueden favorecer la comunicación entre neuronas y mejorar el flujo sanguíneo cerebral, ayudando a mantener la mente activa.
Aun así, los especialistas insisten en que no existe una “píldora mágica” para la memoria. Los resultados dependen de la genética, el descanso, la alimentación y los hábitos mentales. Los suplementos pueden apoyar la función cognitiva, pero no sustituyen una vida saludable ni el entrenamiento mental continuo.
El fenómeno se ha amplificado en redes sociales, donde creadores de contenido y seguidores del biohacking comparten rutinas basadas en cápsulas o mezclas herbales para “activar el cerebro”. Sin embargo, muchos de estos productos no están regulados ni cuentan con estudios sólidos, lo que puede generar expectativas poco realistas.
En definitiva, los nootrópicos despiertan curiosidad y esperanza, pero su eficacia real aún está por demostrar. Hasta que la ciencia aclare su verdadero potencial, los expertos coinciden en una receta sencilla: alimentación equilibrada, descanso y una mente curiosa siguen siendo el mejor estímulo para el cerebro.
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