Edad avanzada

El "olor a persona mayor" existe, pero hay un superalimento que lo evita

Un olor distintivo se asocia a menudo con la edad avanzada, pero ¿es inevitable? Descubre su causa real y un alimento inesperado que podría combatirlo desde dentro

La tercera edad ya no está en los 65 años
La tercera edad ya no está en los 65 añosCristina BejaranoLa Razón

Existe un olor particular que se asocia con las personas de mayor edad y, durante mucho tiempo, se ha asumido que es simplemente una consecuencia inevitable del proceso de envejecimiento del cuerpo humano.

Sin embargo, la ciencia está empezando a arrojar luz sobre las causas exactas de este olor. Las investigaciones apuntan a procesos biológicos específicos que ocurren a nivel celular y molecular en la piel.

Comprender el origen de este aroma abre la puerta a la posibilidad de gestionarlo o incluso mitigarlo, no a través de perfumes o jabones, sino abordando las causas subyacentes desde el interior del organismo, potencialmente a través de la dieta.

La ciencia explica el "olor a edad" y propone un aliado natural

El origen de este olor se encuentra en un proceso conocido como peroxidación lipídica en la superficie de la piel. Este fenómeno, descrito por expertos, implica la oxidación de las grasas cutáneas, lo que genera un compuesto volátil específico, el 2-nonenal, según asegura Leslie Kenny (fundadora de Oxford Healthspan) a The Post.

Con el paso de los años, las defensas antioxidantes naturales del cuerpo se debilitan, lo que facilita esta oxidación. Además, la tasa de renovación celular de la piel disminuye de forma considerable, permitiendo que el 2-nonenal se acumule y persista en la superficie cutánea durante más tiempo.

Esta acumulación explica por qué el olor no se elimina fácilmente con la higiene convencional o se disimula con fragancias. Es un problema que reside en la estructura y metabolismo de la piel a medida que envejece, más allá de la limpieza superficial.

Frente a esto, se plantea que la solución más efectiva pasa por abordar las causas desde el interior, fortaleciendo las defensas del cuerpo. La nutrición es clave para combatir este proceso oxidativo y promover la salud celular.

En este contexto, un alimento en particular ha sido destacado por su potencial: los hongos. Son una fuente notable de ergotionina, un potente antioxidante que ayuda a neutralizar los radicales libres responsables de la peroxidación lipídica, y de espermidina, que estimula la autofagia, un proceso de limpieza y renovación celular.

Incorporar hongos a la dieta podría, por tanto, ayudar a reducir la formación del 2-nonenal y promover una renovación celular más eficiente de la piel. Además, los hongos aportan otros beneficios probados, como la mejora de la salud cognitiva y el apoyo al sistema inmune, lo que refuerza su valor como componente de una dieta saludable en la edad adulta.