La dimisión del alcalde de Granada no frena la moción de censura contra el PP

PSOE y Ciudadanos, con el apoyo de IU y Podemos, dejarán al PP sin la Alcaldía de la ciudad.

Esta misma mañana debe presentarse la moción de censura apoyada por todos los partidos de la oposición en el Ayuntamiento de Granada para desalojar al PP del consistorio. La dimisión de José Torres Hurtado, a media tarde de ayer, no frenará la iniciativa, según confirmaron a LA RAZÓN fuentes de Ciudadanos, partido clave que podría inclinar la balanza hacia un lado u otro. La formación naranja, horas antes de la dimisión del alcalde, alcanzó un acuerdo con el PSOE para presentar dicha moción y cerraba la puerta así a cualquier acercamiento con los populares.

Los representantes del Partido Socialista y de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Granada alcanzaron a primera hora de la tarde un acuerdo para promover la moción de censura que acabaría con el periplo de José Torres Hurtado al frente de la ciudad. En apenas una hora, los portavoces de ambas formaciones, Francisco Cuenca (PSOE) y Luis Salvador (C’s), llegaron al pacto para el que ya contaban con el respaldo de IU y Vamos Granada, la marca blanca con la que Podemos concurrió a las últimas elecciones municipales en mayo del año pasado.

Antes de esta cita, el líder de Ciudadanos (C’s) en Andalucía, Juan Marín, anunció la ruptura «total» de su partido con el PP de Granada. No había opción, por tanto, a negociar otro candidato popular, posibilidad que tras la detención de Torres Hurtado no descartó el propio Marín. Con esa vía muerta, comenzaron las negociaciones con el PSOE, que fructificaron rápidamente.

El portavoz del Grupo Parlamentario de Ciudadanos en Andalucía justificó su decisión en que el PP les «ha faltado al respeto» porque estaba dispuesto a esperar al 12 de mayo para exigir la renuncia al alcalde. Ese día Torres Hurtado tiene que declarar ante el Juzgado de Instrucción 2 de Granada tras ser detenido el miércoles pasado por presunta corrupción urbanística y conocerá con exactitud en qué se sustentan los numerosos cargos que se le imputan. El PP exigió de inmediato la renuncia a Torres Hurtado, pero el todavía alcalde se negaba desde el primer momento aludiendo a su presunción de inocencia. Ante sus reticencias, el partido pretendía ganar tiempo, esperar a su declaración ante el juez y abordar entonces un posible relevo dentro del partido para negociar con Ciudadanos. Esta circunstancia ya no será posible. El viernes, en un último intento, el PP solicitó a Torres Hurtado que el lunes –por ayer– presentara voluntariamente su renuncia, decisión que tomó después de conocer que la censura de la oposición era «inevitable». Torres Hurtado se marchó ajustando cuentas dentro del partido, ya que reclamó a la dirección nacional que para formalizar su renuncia también debería irse el presidente del PP de Granada, Sebastián Pérez, teniente de alcalde y concejal en la corporación granadina, y al que lleva enfrentado desde hace mucho tiempo. El propio Pérez comunicó su renuncia, la de Torres Hurtado y la de la concejal de Urbanismo, Isabel Nieto.

La cuestión ahora es cómo será la gobernabilidad en el Ayuntamiento. El socialista Francisco Cuenca, que será previsiblemente el nuevo alcalde, aseguró ayer que tanto su grupo como el de C’s comparten el diagnóstico de «extrema gravedad» en el que se encuentra la ciudad y que ahora es el momento de «salvar Granada» por encima de siglas políticas y en aras de la limpieza. El primer paso, por tanto, es expulsar al PP. Una vez resuelto este paso, tendrían ahora que negociar el nuevo gobierno. De los 27 concejales que hay en el Ayuntamiento, el PP tiene 11; el PSOE, 8; C’s, 4; Vamos Granada (Podemos), 3; e IU, 1. La mayoría, por tanto, son 14. La intención de Ciudadanos es que PSOE y, en todo caso, IU formen parte del Gobierno. No así Vamos Granada. De todas formas, sí sería necesario el concurso de la formación satélite de Podemos para cualquier decisión. El PP confiaba en que con la dimisión se zanjara el asunto. Fernando Martínez-Maíllo subrayó que «ya no cabe moción de censura». La oposición no lo entiende así.